Antonio José Chinchetru (ALN).- El ‘presidente en el exilio’ de Tabarnia, Albert Boadella, ha conversado con ALnavío sobre esta gran broma contra el desafío independentista catalán convertida en potente movimiento cívico. El conocido dramaturgo explica las claves del proyecto tabarnés y denuncia la mediocridad imperante entre los separatistas. Tampoco duda en criticar tanto al Gobierno de Mariano Rajoy, por cómo ha aplicado el artículo 155 de la Constitución, como a los socialistas por su complicidad con el nacionalismo.
Albert Boadella, al que le gusta presentarse a sí mismo como un bufón, es uno de los más importantes dramaturgos catalanes de las últimas décadas. A pesar de eso, el boicot permanente a sus obras ha hecho que no se representen en Cataluña desde 2006. Ese mismo año dejó esa región para vivir en Madrid, lejos del acoso diario que sufría en su tierra. Era desde mucho antes uno de los grandes azotes intelectuales del nacionalismo catalán. Ahora ostenta el título burlesco de ‘presidente en el exilio’ de Tabarnia, una colosal broma nacida en las redes sociales para ridiculizar al separatismo que se ha convertido en un potente movimiento social (Ver más: Tabarnia usa el humor de Josep Plá y Salvador Dalí para ridiculizar al independentismo).
La aspiración tabarnesa nació como humorística, pero va cobrando fuerza la posibilidad de que se transforme en una propuesta real si no desaparece el desafío independentista. Consiste en separar las provincias de Barcelona y Tarragona (donde gana el voto no separatista) del resto de Cataluña para constituir una nueva comunidad autónoma española. Y todo esto se presenta, siempre, con un gran sentido del humor que justifica la elección de Albert Boadella como jefe de su Ejecutivo en el destierro. Tras la rueda de prensa ofrecida en Madrid por los principales responsables de Tabarnia, su ‘presidente en el exilio’ conversó con ALnavío.
– Durante su intervención ante la prensa, usted ha dicho que en el exilio lo ha pasado muy bien, que ha disfrutado desde que salió de Cataluña en 2006. ¿Quién disfruta más en el exilio? ¿Albert Boadella o Carles Puigdemont?
– Creo que Albert Boadella, largamente. Es lógico, porque yo estoy en un lugar como Madrid, enormemente abierto, con gente que me aprecia y valora mi trabajo. Y puedo hacer mi trabajo con libertad. No se puede pedir más.
– ¿Y quién cree que vive mejor de los dos?
– Yo creo que vivo mucho mejor yo. Vivo en Madrid, con mi mujer. Tengo una buena comida, y no sé si él come tan bien como yo. Tengo muchos amigos aquí, de hecho casi todos mis amigos están en Madrid. Por lo tanto, vivo fantásticamente. Mucho mejor que él.
Estupideces y disparates del nacionalismo catalán
– Si tuviera que explicar a un público no español qué es Tabarnia, ¿cómo lo haría?
“Tabarnia es un movimiento cívico, que surge después de años de silencio, fuera de lo que es un partido político”
– Hay que explicarle que es un movimiento cívico, que surge después de años de silencio, fuera de lo que es un partido político. Es un movimiento que trata de agrupar una idea general que es la siguiente: toda la gente que quiere permanecer en España y que está en contra del nacionalismo separatista. Entran todos, ya sean de derechas, de izquierdas o de centro. Esto es la base.
¿Cuál es el lenguaje que utiliza? Utiliza el lenguaje del humor. Los nacionalistas están haciendo tal ridículo, tantas estupideces y disparates, que Tabarnia se dedica a hacer lo mismo que hacen ellos pero ya en clave de humor. Es un movimiento didáctico. La gente ve a través nuestro el ridículo de los otros.
– ¿Es que los nacionalistas no tienen sentido del humor?
– No. Los nacionalistas sólo tienen sentido del humor para reírse de sus enemigos, pero no lo tienen sobre ellos mismos.
– Usted ha dicho también que si el desafío independentista continúa, Tabarnia podría cobrar forma real como propuesta de una comunidad autónoma.
– Espero que esto no tenga que producirse. Espero que las cosas vuelvan a su cauce y que Cataluña vuelva a ser una región tranquila, próspera y con sentido común. Pero, en caso extremo, es evidente que siempre hay una amenaza velada de decir “si ustedes llegan hasta este punto, nosotros aplicaríamos por nuestra parte todos los otros puntos”.
– ¿Se plantearían, por ejemplo, incluir en Tabarnia el Valle de Arán (comarca de la provincia de Lérida situada en la vertiente norte de los Pirineos), donde también gana el voto no independentista?
– Sin duda alguna. El Valle de Arán quiere pertenecer a España, obviamente.
«Carles Puigdemont es inpendentista más votado porque la mediocridad tiene una fuerza irresistible»
– No ha habido épica en la fracasada proclamación de la República Catalana, y Carles Puigdemont ha huido a Bélgica. A pesar de esto, él se convierte en el independentista más votado en las elecciones del 21 de diciembre. ¿Cómo es posible que se apoye al cobarde?
– Porque la mediocridad tiene una fuerza irresistible. Desde hace unos años, en el conjunto de los gobiernos de Cataluña los mediocres son los que dominan la situación. Y lo que quieren los mediocres es que nadie esté por encima de ellos; hacen una especie de rasero en el cual si hay alguien con un cierto talento queda fuera del equipo.
Esta mediocridad es la que ha producido la situación que vivimos. Es una gente con muy poca inteligencia, porque si hubieran sido inteligentes no estarían en la cárcel. Podrían ser nacionalistas pero sin estar en prisión. Tratarían de conseguir más adhesión, lograr al menos el 90% del territorio a su favor, hasta plantearse la separación. Pero lo han hecho tan mal, con tanta impostura y corrupción de todo tipo, que las consecuencias las estamos viendo ahora.
Complejos y complicidades con el nacionalismo
– Durante mucho tiempo, el nacionalismo catalán ha gozado una cierta legitimidad en toda España como una idea progresista, ¿por qué?
– No podemos olvidar que el nacionalismo siempre es la ultraderecha, lo más reaccionario. Significa básicamente la insolidaridad. Es el efecto primero de la insolidaridad y después de la xenofobia, del odio al vecino.
Pero ellos han tenido la astucia de venderlo como de izquierdas. En eso, sin duda alguna, ha colaborado muchísimo el Partido de los Socialistas de Cataluña (formación ‘hermana’ del PSOE en esa comunidad autónoma). El PSC ha sido clave en esta idea.
“El PSC tiene tanta responsabilidad como los partidos nacionalistas, porque ha dejado crecer esta idea”
El PSC tiene tanta responsabilidad como los partidos nacionalistas, porque ha dejado crecer esta idea. Y, cuando le ha convenido, ha dejado que los nacionalistas tomaran terreno, pensando que una ruptura con España en cierta medida les podía beneficiar. Y creo que está claro el resultado que eso ha dado, que el PSC prácticamente no tiene votantes.
– ¿Queda dentro del no nacionalismo este complejo?
– Sí. La izquierda lo que quiere es la destrucción del Estado. Por lo tanto, cualquier cosa que signifique la destrucción del Estado siempre es la gran tentación de la izquierda.
– En las listas electorales independentistas predomina lo que se podrían denominar apellidos catalanes de pura cepa. Sin embargo, entre los separatistas se da mucha visibilidad a lo que llaman “charnegos” (término despectivo con el que se define a las personas llegadas de otras partes de España y a sus descendientes). ¿Por qué?
– Es la teoría del converso. Es alguien que se esfuerza por ser de la parte buena del asunto. Es lo que ha sucedido. Era natural, y cuando comenzó el nacionalismo ya pensé que sucedería.
“Debería haber habido al menos un año con el 155”
– Usted es muy crítico con la aplicación del artículo 155 de la Constitución. ¿Por qué cree que el Gobierno de Mariano Rajoy se ha quedado corto y qué debería haber hecho?
– Debería haber habido al menos un año con el 155, y entrar en TV3 (la televisión pública catalana) y hacer que esa televisión y todos los medios de comunicación de la Generalitat fueran democráticos. Simplemente eso.