Daniel Gómez (ALN).- El bitcoin y demás divisas digitales son “una amenaza para la estabilidad financiera”, dijo el mexicano Agustín Carstens, director gerente del Banco de Pagos Internacionales (BIS), entidad conocida como el banco central de los bancos centrales.
Al bitcoin le han llovido muchas críticas, pero lo de este martes fue el diluvio universal. El día que el precio de la moneda digital cayó hasta los 6.000 dólares, Agustín Carstens, director gerente del Banco de Pagos Internacionales (BIS), exigió “medidas drásticas” contra una divisa que definió como “una burbuja, un fraude, un desastre ambiental, ineficaz…”, entre otros términos.
Tampoco se podía esperar otra cosa. Carstens es el jefe del BIS. Esta entidad es conocida como el banco central de los bancos centrales. Y el banco central es una institución de la que prescinde el bitcoin por ser una moneda descentralizada.
Para Carstens, esta independencia de gobiernos y bancos convierte a las divisas digitales en “poco fiables”, tal como señaló en una conferencia que ofreció en Alemania. Y agregó: “El bitcoin se ha convertido en una combinación de una burbuja, un esquema Ponzi [un fraude] y un desastre ambiental. Su volatilidad hace que sea un mal medio de pago y una manera loca para almacenar el valor”.
Carstens, quien fue gobernador del Banco Central de México hasta 2017, también catalogó a las criptomonedas como un “desperdicio” en términos sociales y ambientales. Según los datos que maneja, el proceso de minería del bitcoin iguala a la cantidad de electricidad que Singapur utiliza diariamente.
Para Carstens, las criptomonedas son un “desperdicio” en términos sociales y ambientales
Las declaraciones del directivo tuvieron lugar en el marco de una conferencia que dictó en la Universidad Goethe, de Alemania, sobre el papel de los bancos en la era del dinero digital. Su mensaje fue evitar que sigan “atrapando” a las principales instituciones para que no se conviertan “en una amenaza a la estabilidad financiera”.
De las declaraciones de Carstens tampoco se salvó el blockchain, la tecnología que hace funcionar a las criptomonedas y por la que están apostando las grandes multinacionales debido a sus ventajas a la hora de realizar transacciones de forma rápida y segura.
“En la práctica, los experimentos del banco central muestran que los sistemas basados en DLT [Distributed Ledger Technology, que es la misma tecnología blockchain] son muy caros de mantener, más lentos y mucho menos eficientes que los sistemas de pago y liquidación convencionales”, concluyó Carstens.