Redacción (ALN).- La empresaria, de origen venezolano, reside en Nueva York. Desde ahí dirige una de las firmas más importantes del mundo. Con 42 años, alentada por su amiga Diana Vreeland, una reputada editora, ingresó en la industria de la moda. El éxito no se hizo esperar y desde el comienzo la firma se convirtió en sinónimo de elegancia, término sobre el que se sostiene el imperio de Carolina Herrera.