Daniel Gómez (ALN).- Un seísmo de magnitud 8,2 en la escala Richter ha causado más de 30 muertos en México y amenaza con un tsunami a la costa del Pacífico de América Central. Un testigo contó a ALnavío que el temblor “fue eterno y aterrador” y que “el pavimento se sentía como un oleaje”. Por el lado del Atlántico, Irma sigue su curso y se concentra en Miami. El jueves pasó por República Dominicana pero no afectó tanto como en las islas de Barbuda, San Martín y San Bartolomé. Los hoteles dominicanos siguieron operativos y el Aeropuerto Internacional de Punta Cana, primera terminal del país, maniobra con normalidad.
Mientras el huracán Irma sigue azotando el Caribe, un terremoto en México de magnitud 8,2 en la escala Richter ha puesto en vilo la costa del Pacífico en Centroamérica. El seísmo, registrado en la madrugada del viernes en el mar de Chiapas, al sureste del país y comprendido en la región geográfica de América Central, ha dejado al menos 32 muertos y amenaza con un tsunami a México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. El temblor también se sintió en Guatemala.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, quien compareció tras el temblor, confirmó que el terremoto fue de “gran escala”. También alertó de que habrá réplicas menores en las próximas 24 horas, pero de menor magnitud. Aun así, pidió precaución y cautela al mismo tiempo que notificó evacuaciones para los expuestos al posible tsunami.
En Oaxaca se ha sentido la peor parte del terremoto: hay al menos 23 muertos
Por lo que publican cadenas de televisión locales, en Chiapas, epicentro del terremoto, hay construcciones derrumbadas y caos ciudadano. También muestran cómo grandes edificios en Ciudad de México fueron zarandeados por el temblor.
Mariana Zapata, ilustradora del diario ALnavío, fue testigo de los temblores en la capital. Narra que cuando sonó la alarma antisísmica, “a eso de la medianoche”, salió a la calle. “El pavimento se sentía como un oleaje y los carros estacionados se movían. Fue eterno y aterrador”, precisa.
El terremoto recuerda a las catástrofes de antaño
Uno de los momentos más virales del terremoto es el vídeo que muestra al monumento del Ángel de la Independencia, en Ciudad de México, zarandeado por los temblores. Una imagen que evoca a 1957, año en el que un terremoto de magnitud 7,7 lo tiró al suelo. En aquella ocasión, murieron 700 personas. El dato es estremecedor, pero nada comparado con el que dejó el seísmo de 1985. Aquella catástrofe, producida por una sacudida de magnitud 8,1, acabó con la vida de 3.192 personas, según datos oficiales.
Captan movimiento de la columna del Ángel de la Independencia por #temblor en la #CDMX. pic.twitter.com/WyGowun4ig
— Uno TV (@UnoNoticias) 8 de septiembre de 2017
El terremoto de este viernes fue de magnitud 8,2, según el Instituto Sismológico Nacional. Es, por tanto, el más grande que ha castigado a México en los últimos 100 años. El reporte de SkyAlert, una de las agencias sísmicas más reputadas del mundo, señala que, a diferencia del terremoto de 1985, este no ha sido tan letal porque se produjo en zonas más profundas y más lejos de la costa, a unos 300 kilómetros.
En Oaxaca, justo encima de Chiapas, es donde se ha sentido la peor parte del terremoto. Hay numerosas construcciones derruidas y un saldo de al menos 23 muertos, informó el portal Notimérica, de la agencia Europa Press. Allí derrumbó Hotel Ane Centro. Bajo los escombros quedaron encerrados huéspedes y personal. Fueron evacuados por la Protección Civil mexicana y por ahora no han trascendido muertos del suceso. También en Oaxaca, la estatal petrolera Pemex ha tenido que suspender las operaciones de la refinería Salina Cruz.
El huracán Irma pierde fuerza
Las secuelas del terremoto seguirán apareciendo, y como advirtió Peña Nieto, la cuantificación exacta de los daños no se sabrá hasta pasados unos días. Mientras tanto, al otro lado del continente el huracán Irma sigue amenazando el Caribe y la zona sur de Florida, aunque con menor intensidad después de que el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos lo bajara a categoría cuatro de la escala Saffir-Simpson.
En estos momentos, los vientos en el ojo del huracán, zona de máxima actividad, no superan los 250 kilómetros por hora, pero continúa siendo destructivo. Puede generar daños generalizados en estructuras protectoras, desplome de tejados en edificios pequeños, alta erosión de bancales y playas e inundaciones en terrenos interiores, precisan desde el CNH.
El paso del ciclón por República Dominicana y Haití no tuvo nada que ver con lo ocurrido en las islas caribeñas de Barbuda, San Martín y San Bartolomé, las dos últimas, destino común de multimillonarios con negocios en el Caribe y Latinoamérica. De hecho, hubo turistas que desafiaron a Irma bañándose en la costa dominicana, según reseñó el periódico dominicano Listín Diario.
Además, el turismo, sector responsable de la economía nacional, no resultó perjudicado. La Asociación de Hoteles del Este confirmó que los establecimientos no están afectados y pueden recibir turistas. También es significativo que el aeropuerto que controla el magnate dominicano Frank Rainieri, el Internacional de Punta Cana, lleva operando desde el jueves con normalidad, informa la agencia Cicom.
Ahora todas las miradas están puestas en Florida tras amenazar la zona norte de Cuba, donde hay evacuados hasta 10.000 turistas. Dice el Miami Herald que hay más de un millón de ciudadanos evacuados ante la inminente llegada de Irma a Miami (Florida), también conocida como el hogar de los latinoamericanos de clase media en Estados Unidos. Según datos del Pew Research Center, más de un 60% de la población es de origen latino, sobre todo cubanos como es el caso del alcalde de la ciudad, Tomás Pedro Regalado.