(EFE).- La Convención Nacional Republicana, que nominará oficialmente a Donald Trump como candidato para las elecciones de noviembre, arranca este lunes en medio de la consternación por el intento de asesinato contra el expresidente estadounidense y con la gran incógnita de quién lo acompañará como vicepresidente en caso de que regrese a la Casa Blanca.
El magnate de Nueva York ha ido filtrando durante varias semanas los nombres de aliados que baraja como su posible «número dos», aunque quiere mantener en secreto a su elegido hasta el último momento para generar la mayor expectativa posible.
Lo único que está claro es que quiere como compañero de fórmula a alguien con lealtad a ciegas, pues considera que Mike Pence, que fue su vicepresidente entre 2017 y 2021, lo traicionó al negarse a bloquear la transición de poderes tras la victoria electoral de Joe Biden.
J.D. Vance
Uno de los favoritos para el puesto es el senador de Ohio J.D. Vance, de 39 años, quien logró su escaño en la Cámara Alta en 2021 gracias al respaldo clave que recibió de Trump, a quien había criticado años atrás.
Doctorado en Derecho por la Universidad de Yale y veterano de la Marina, saltó a la fama en 2016 gracias a la publicación de sus memorias «Hillbilly Elegy» sobre su infancia en una familia pobre y se ha convertido en un joven referente de la derecha estadounidense.
Trump desmintió recientemente el rumor de que Vance estaba descalificado de la contienda por llevar barba, dado que al expresidente no le gusta el bello facial. «Tiene buen aspecto», afirmó sobre él en una entrevista.
Marco Rubio
El sueño del senador por Florida Marco Rubio de llegar a la Casa Blanca, tras su frustrado intento de 2016, podría concretarse de resultar elegido por Trump como compañero de fórmula.
Pero este hijo de inmigrantes cubanos enfrenta un obstáculo legal: la Enmienda 12 de la Constitución prohíbe que los candidatos a presidente y vicepresidente de una misma lista vivan en el mismo estado, como ocurre en Florida en el caso de Trump (Palm Beach) y Rubio (Miami).
De resolver la cuestión de la residencia y ser elegido por Trump, el senador, de 53 años, se convertiría en el primer hispano en una fórmula presidencial en EE.UU.
Entre los puntos a favor, a ‘Little Marco’ (‘El pequeño Marco’), como lo llamaba Trump antes de que se volvieran aliados, le ayuda no solo que habla español con fluidez, sino que es un referente clave para el exilio tanto cubano como venezolano y nicaragüense.
Doug Burgum
El gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, de 67 años, era muy poco conocido a nivel nacional hasta que se presentó a las primarias republicanas. Retiró su candidatura para respaldar a Trump y poco a poco ha ido sonando con más fuerza como vicepresidenciable.
Burgum es un multimillonario hombre de negocios que comenzó su carrera con una pequeña compañía de software que acabó adquiriendo Microsoft por más de 1.000 millones de dólares.
Como punto en contra, Trump ha expresado suspicacias sobre el firme apoyo del gobernador a las restricciones al aborto en Dakota del Norte, un asunto que el magnate neoyorquino teme que le pase factura en los comicios de noviembre.
Tim Scott
Tim Scott es el único senador negro del Partido Republicano. Nieto de un trabajador de los campos de algodón del sur «profundo» estadounidense, se pone a menudo como ejemplo del sueño americano y en un primer momento se postuló él mismo para la nominación a la presidencia.
El representante de Carolina del Sur, de 58 años y muy creyente, nunca llegó a superar el 4 % de las intenciones de voto en el proceso de primarias y acabó renunciando a sus aspiraciones señalando que los electores le habían dejado claro que no era el momento.
Desde entonces su apoyo a Trump ha sido claro. En enero llegó a interrumpir un discurso del exmandatario para decirle que le quería: «Por eso es un gran político», respondió este, que si lo eligiera podría tener en Scott un aliado para acercar a la comunidad afroamericana a su base.
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