(EFE).- La responsable de Interior del Gobierno regional de Cataluña, la socialista Nuria Parlons, destiuyó este lunes al comisario jefe de la Policía catalana (Mossos d’Esquadra), Eduard Sallent , tras la crisis generada por la huida del expresidente catalán Carles Puigdemont en su reaparición fugaz en Barcelona el pasado 8 de agosto.
Puigdemont, líder del partido independentista Junts per Catalunya (JuntsXCat), está huido de la justicia española tras el intento secesionista de 2017 y sobre él pesa una orden de detención del Tribunal Supremo que no fue ejecutada el pasado 8 de agosto cuando regresó tras siete años fuera de España.
El ex presidente regional llegó a Barcelona al menos un par de días antes, y el 8 de agosto ofreció un mitin ante unas 3.000 personas en medio de un fuerte operativo policial para proteger el debate de investidura del socialista Salvador Illa como jefe del Ejecutivo catalán y para detener a Puigdemont, que había anunciado su presencia.
Tras dirigirse a los congregados, consiguió huir de la policía y volver a Bélgica, donde reside desde 2017.
Esta segunda huida de España de Pugdemont, elegido diputado del Parlamento catalán en los comicios del pasado 12 de mayo, provocó una crisis en el seno del cuerpo de los Mosssos, que hoy se tradujo en el cese de su hasta ahora comisario jefe.
Eduard Sallent ha sido sustituido por Miquel Esquius, que ya estuvo al frente de la policía catalana entre julio de 2018 y junio de 2019, anunció hoy Parlón, quien confirmó teabién el nombramiento del mayor Josep Lluís Trapero como nuevo director general de los Mossos, un anuncio que ya hizo el presidente catalán durante la campaña electoral.
Trapero, comisario jefe de la Policía catalana durante el proceso secesionista de 2017, fue absuelto por la Audiencia Nacional española en 2020 tras ser acusado de sedición.
También hoy fueron suspendidos de empleo y sueldo de forma cautelar los tres agentes de la policía catalana detenidos por supuestamente ayudar a huir a Puigdemont el pasado 8 de agosto, aunque después fueron puestos en libertad.
En el informe solicitado por el Tribunal Supremo sobre el dispositivo fallido para arrestar a Puigdemont, los Mossos admiten que la «maniobra de distracción» del expresidente catalán, en un movimiento que «escapa a toda lógica racional o política», les sumió en una situación de «confusión» e «incertidumbre» que impidió detenerle.