Patricia J. Garcinuño (ALN) .- El empresario Joesley Batista, uno de los propietarios de la principal productora de carne del mundo e interlocutor de Michel Temer en la conversación que ha puesto al presidente de Brasil contra las cuerdas, pide disculpas a todos los ciudadanos por los “pagos indebidos a funcionarios”.
Corromper para después pedir perdón públicamente. El empresario Joesley Batista, propietario del gigante cárnico JBS e interlocutor de Michel Temer en la conversación que ha puesto al presidente de Brasil contra las cuerdas, pidió disculpas este jueves por “los pagos indebidos a funcionarios”. “No honramos nuestros valores con el Poder Público brasileño cuando tuvimos que hacerlo. No estamos orgullosos de ello”, señaló en un comunicado. De este modo, JBS sigue un modus operandi bastante similar al que tuvo Odebrecht, protagonista del, hasta ahora, mayor escándalo de corrupción en Latinoamérica.
El gigante de la construcción brasileña, que aceptó pagar una multa de 3.500 millones de dólares (aproximadamente 3.280 millones de euros) por corrupción, pidió perdón públicamente a través de un comunicado a finales de 2016 y reconoció haber llevado a cabo prácticas impropias. Llegó, incluso, a crear la web www.nossocompromisso.com para volcar en ella todas las disculpas y aclaraciones por unos sobornos que alcanzaron los 834 millones de euros (788 millones de dólares), según la investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Otra similitud con Odebrecht. Los dueños de JBS, tanto Joesley Batista como su hermano Wesley, han llegado a un acuerdo de colaboración con la Justicia comprometiéndose a destapar irregularidades que salpican a varios políticos del país para así “exponer con claridad la corrupción de las estructuras del Estado brasileño”. Un acuerdo que podría asemejarse al alcanzado por 77 directivos de Odebrecht.
¿Qué ha pasado con JBS?
La empresa cárnica ha pasado de ser uno de los mayores imperios de la industria en el mundo a verse envuelta en un auténtico tornado de corrupción que ha situado a Brasil al borde del precipicio. JBS fue fundada en 1953 en el municipio de Anápolis. Al principio era tan solo una pequeña carnicería, pero poco a poco se fue expandiendo hasta llegar a tener colaboradores distribuidos en más de 20 países.
En diciembre del año pasado, la compañía anunció incluso planes para cotizar en la Bolsa de Nueva York, pero tuvo que suspenderlos cuando empezó a verse acorralada por los primeros casos de corrupción, entre ellos el de Carne Fraca, en el que varios productores habrían sobornado a fiscales sanitarios para vender carnes adulteradas o en mal estado. En este operativo también se vio involucrada otra importante firma brasileña, la multinacional BRF, dueña de las marcas Sadia y Perdigao.
Michel Temer afirmó este jueves que no dimitirá / Flickr: Michel Temer
Según las investigaciones llevadas a cabo por la Policía Federal, JBS habría pagado para que le permitieran aumentar la fecha de caducidad de productos que no había conseguido vender. En esta operación, se detuvo a 38 personas, entre los que hubo funcionarios del gobierno.
Dos jueces “controlados” por JBS
Según se deduce de la conversación publicada por el diario O Globo, los hermanos Batista estarían sobornando al expresidente del Congreso de los Diputados brasileño, hoy condenado a 15 años de prisión por aceptar sobornos de Petrobras. Según afirma Joesley Batista en la grabación, tendrían “controlados” a dos jueces. La transcripción de la cinta dice así (traducción al castellano del diario Clarín):
Joesley Batista: Lo que hice, más o menos, hasta el momento. Estoy bien con Eduardo (Cunha).
Temer: Hay que mantener eso, ¿ok?
Joesley Batista: Estoy tratando de mantenerme firme. Estoy un poco complicado en este proceso (judicial)…
Temer: Sí, sí.
Joesley Batista: Sí, estoy investigado, aunque no tengo todavía una denuncia. En este caso yo pude contener (la denuncia) con un juez y al mismo tiempo con otro juez sustituto…
Temer: Estás reteniendo (controlando) a los dos….
Joesley Batista: Sí, sí, estoy reteniendo a los dos. Conseguí un fiscal de dentro de la fuerza tarefa (grupo especial de investigación) que también me está dando información. Estoy listo para cambiar el fiscal. Si lo consigo, será bueno y será malo. El lado positivo es que se gana tiempo para enfriar (la situación) hasta la llegada del otro (fiscal). El lado malo es que se viene alguien (fiscal) con bronca…