Daniel Gómez (ALN).- No sólo es el régimen de Nicolás Maduro el que persigue, roba y mata. Es Nicolás Maduro. Es su familia. Así lo dice el general que se le fue, Cristopher Figuera, en las conversaciones mantenidas con ALnavío, también en las filtraciones publicadas por este diario, y más recientemente, en las entrevistas concedidas a la prensa internacional. Y es que lo dicho por Figuera bien podría conformar un expediente contra Maduro.
Cristopher Figuera, exjefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), es el general que se le fue a Nicolás Maduro. Un hombre que fue “leal” al mandatario. “Leal” incluso cuando conspiró contra él. En entrevista con ALnavío, cuando Figuera ya se refugiaba en Colombia tras el fallido alzamiento del 30 de abril, llegó a decir lo siguiente: “Maduro es un hombre bueno”. En las filtraciones publicadas por este diario -y que detallan cómo se organizó la megaconspiración- se ve que, pese a todo, llamaba a Maduro “mi Comandante en Jefe”. Decía también que Maduro no era malo, sino que era manipulado por los distintos grupos de poder que existen dentro del régimen… Figuera pronto cambió de opinión.
El general se refugia en Estados Unidos. Vive en Miami con su esposa Bárbara Reinefeld y mantiene contactos con la Administración de Donald Trump para informar sobre las corruptelas del régimen. EEUU y Canadá ya levantaron las sanciones contra Figuera pues se alzó contra Maduro.
En las conversaciones y filtraciones compartidas con el diario ALnavío en exclusiva, más las entrevistas concedidas a The Washington Post, The Associated Press, El País y ABC se detalla toda una serie de corruptelas cuyo principal responsable es Maduro. “Cabeza de una empresa criminal” (y familiar) que roba y mata. Que no tiene escrúpulos contra la oposición. Y que hace lo que sea para aferrarse al poder.
Lo dicho por Figuera bien podría conformar un expediente contra Maduro. Sus testimonios también sirven para reformar el informe sobre Venezuela redactado por Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU.
Asesinatos selectivos
En la entrevista que publicó este jueves el diario ABC, Figuera dijo que “por supuesto” Maduro mandó a matar al mayor Jesús García a mediados de mayo. García era el número dos de Figuera en el Sebin y el motivo de su muerte, detalló, es “porque estaba sobre la corrupción más escandalosa, la que afecta a Maduro y su familia”.
Figuera calificó la muerte de García como “un asesinato selectivo” al momento de producirse. “Estoy seguro que ese hecho obedece a un asesinato selectivo y por encargo y lo harán ver como un hecho aislado, creando historias macabras a su alrededor. Por cuanto sabían que ese muchacho había manejado información sensible de los casos de corrupción más espantosos y aberrantes que se investigaron durante mi gestión en el Sebin”, escribió el general en un comunicado.
Figuera dice que el caso del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo comparte las mismas características que el de García. Acosta murió hace dos semanas tras ser interrogado por el Sebin. Sobre este fallecimiento el general habla en El País. Habla también del concejal Fernando Albán, quien cayó de la undécima planta del Sebin -fue lanzado, confirma- poco antes de que Figuera llegara al organismo.
“Albán fue lanzado, ahí hay unos funcionarios que están detenidos, procesados por ese hecho. En el caso del capitán, hay una situación dolorosa, dramática, aberrante. En esos organismos hay unos elementos que le tributan directamente a Maduro para amedrentar, aterrorizar a quienes se opongan a sus designios”, dijo Figuera.
Corrupción familiar
Investigando, Figuera supo que el hijo de Maduro, Nicolás Maduro Guerra, más conocido como Nicolasito, estaba involucrado junto a ministros, jerarcas y asistentes del chavismo en el saqueo del oro del Banco Central de Venezuela. En The Washington Post detalló que Nicolasito “había establecido un monopolio comprando oro de mineros artesanales al sur del país a precios de vaca flaca, para venderlo a precios elevados al Banco Central”.
Sobre este caso, Figuera en entrevista con ALnavío dijo lo siguiente: “Desde la Dirección de Contrainteligencia del Sebin, juntos investigamos los más escandalosos y aberrantes casos de corrupción que involucran a Tareck El Aissami [ministro de Industria]; a Calixto Ortega Sánchez, presidente del Banco Central de Venezuela [BCV]; a Simón Zerpa, ministro de Finanzas; a Santiago Morón, asistente de Nicolasito Maduro, y a los hijos de Cilia Flores [Walter, Yoswal y Yosser]. Seguramente descubrieron la información de la que él tenía conocimiento y para estos ‘carniceros’ era más fácil eliminarlos”.
Sobre Nicolasito también hay detalles en las conversaciones filtradas a este diario. “Los malandros del BCV hicieron negocio en oro de cosas que pagaron y no entraron al país, en eso está Santiago el testaferro de Nicolaisto, que tiene junto con sus hermanos, varias empresas nacionales e internacionales que facturaban cifras astronómicas en dólares, dólares o su equivalente en oro”.
Impunidad
¿Por qué nunca le dijo nada a Maduro sobre su hijo? Las filtraciones también revelan estos detalles. “Me pucharon con mi CJ [Comandante en Jefe, Maduro] y el tipo en una reunión con los jefes de organismos de seguridad se lanzó diciendo que el que se metía con su familia se secaba”. Secarse es caer en desgracia o correr la misma suerte que Jesús García.
Otro tema que Maduro pasaba por alto era el de las guerrillas y el del narcotráfico. Como cuenta Figuera a The Washington Post, él descubrió que Hezbollah tenía operaciones en Maracay, Nueva Esparta y Caracas, aparentemente ligadas a negocios ilícitos para financiar operaciones en el Medio Oriente. ¿Por qué tampoco le dijo nada de esto? “Descubrí que los casos de narcotráfico y de guerrillas no debían ser tocados”.
Seguridad cubana
De haberlo querido, a Figuera le hubiera sido complicado acceder a Maduro. En The Washington Post contó que a Maduro siempre le escoltan entre 15 y 20 guardias cubanos. Tres de ellos son psicólogos que le asesoran, analizan sus discursos, y también el impacto de sus palabras en la audiencia. Figuera también reveló el nombre de uno de los guardas personales de Maduro. “Aldo”, con quien debía hablar antes de solicitar una reunión privada con el mandatario. No hay que olvidar que Figuera entonces era jefe del Sebin, un cargo, por lo que se ve, supeditado a los cubanos.
Luego de la megaconspiración contra Maduro, parece que las cosas han cambiado. Figuera dice en ABC que ahora el equipo de cubanos que protege a Maduro es de 200 profesionales.
Figuera aclaró a El País que el grupo de cubanos que está con Maduro “es el primer anillo de seguridad”.
Adicto al poder
El general es de los que piensan que Maduro quiere aferrarse al poder a toda costa. Que la negociación que su régimen mantiene con el equipo de Juan Guaidó es para ganar tiempo.
En El País Figuera dijo que “los derechos políticos están en cuestión en Venezuela, todo aquel que no esté de acuerdo con lo que establezca Maduro es señalado de enemigo. Se hacen persecuciones a través del espectro electrónico, las intervenciones telefónicas, perseguimiento en el terreno. La mayoría guarda relación con el aspecto político y eso es lo más grave, porque hay otros delitos, otras cosas que tienen que ver con la violencia social y no hay la persecución como correspondería a gente que anda haciendo esas cosas”.
Persecuciones
Existe otro episodio. Para no salir del Palacio de Miraflores, Maduro intentó amedrentar a la familia de Guaidó. Este episodio lo detalla la agencia AP en un reporte basado en una conversación con Figuera.
Cuenta el general que Maduro “quería arrestar a la madre de Guaidó”. Fue entonces cuando le comentó que la mujer padecía cáncer y el mandatario cambió de víctima.
Roberto Marrero, jefe de despacho de Guaidó, fue el elegido ante la negativa del general de ir contra la madre de Guaidó. Marrero fue arrestado en marzo por presuntamente encabezar una “célula terrorista” dedicada a perpetrar asesinatos. Por las declaraciones de Figuera se entiende que las pruebas que se presentan contra Marrero fueron falsas.
Cuando el general recibió la orden de arrestar a Maduro, este preguntó: “¿Qué hago para meterlo preso?”. El mandatario respondió. “Eso no es mi problema. Mételo preso, siémbrale armas. Ve qué haces”. Así es como lo reproduce AP en su reporte.
Cristopher Figuera sugirió pedirle armas al ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, pero Maduro le ordenó acudir a otro general que AP no identificó para proteger su seguridad.
“Se hizo un equipo multidisciplinario, (ese general) sembró las armas, facilitó ese procedimiento y después yo desde la dirección del Sebin, se hizo la aprehensión”, declaró Figuera a la agencia.
En las filtraciones que Figuera entregó al diario ALnavío, sobre este caso se lee lo siguiente: “Le comento que, con la detención de Marrero, salieron cosas que no entendí y me puse más acucioso, y un día le dije a mi CJ delante de HD [Iván Hernández Dala, jefe de la Dirección de Contrainteligencia Militar y jefe de la Casa Militar], que Bárbara [su esposa] viajaría a EEUU a visitar al hijo, me dijo que no, que fuera a otro país, que le podían hacer daño para presionarme”.