Daniel Gómez (ALN).- Tras los resultados de las primarias, luce muy difícil que Mauricio Macri vuelva a ser el presidente de Argentina. Todo apunta que vendrá un gobierno peronista. De izquierdas. Liderado por Alberto Fernández en compañía de Cristina Fernández de Kirchner. ¿Un apoyo incondicional para Maduro? Los analistas responden.
Las elecciones primarias en Argentina eran una cita sin apenas relevancia hasta que se supo el resultado. La coalición del peronista Alberto Fernández y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner se impuso al presidente, Mauricio Macri, por una diferencia de 15,6 puntos.
La fórmula Fernández-Fernández podía ganar. Pero no se esperaba que lo hiciera con tanta contundencia. De ahí la sorpresa. “Es un resultado muy sorpresivo. Ni siquiera los Fernández esperaban tanto. La gente votó con el bolsillo. En un país con los tipos de interés más altos del mundo, los salarios cayendo, el aumento de la desocupación. Los pobres, la clase media, la industria, las pymes, todos están en una situación muy delicada. La economía es un desastre y eso en las urnas pesó más que el miedo a Cristina”, dice al diario ALnavío el argentino Mario Weitz, profesor en la escuela de negocios ESIC de Madrid y consultor del Banco Mundial.
Agrega el analista que tan contundente fue el triunfo de la fórmula Fernández-Fernández que no se espera ninguna sorpresa para las próximas presidenciales, fechadas para el 27 de octubre.
“Ganar van a ganar. Tras los resultados es algo obvio. Ahora les conviene tener un perfil bajo y que el tema económico no les explote. Nadie quiere tomar un gobierno así”, señala Weitz.
Luego de la victoria del peronismo se esperaba nerviosismo en los mercados y eso está ocurriendo. Los bonos en dólares registran caídas del 38% este lunes en Wall Street.
El venezolano Ysrrael Camero, historiador, experto en ciencias políticas y colaborador de ALnavío, señala que Macri “lo tiene muy cuesta arriba”. Piensa que no ha sabido conectar con los argentinos. “Es muy tecnocrático. Y este es un discurso que cala en las élites, y en el pueblo cuando las cosas están bien. Eso no es lo que está ocurriendo”.
Macri no lo ha hecho bien con la economía, ni ha sabido conectar con su gente, pero, como dice Camero, su derrota “es una mala noticia para los demócratas venezolanos”. Piensa que con su marcha se debilitará la coalición por la democracia en Venezuela que han tejido en América Latina gobiernos como los de Iván Duque en Colombia, Sebastián Piñera en Chile y Jair Bolsonaro en Brasil.
No obstante, Camero advierte: “Nadie quiere sacarse una foto con Maduro en este momento”.
Camero advierte: “Nadie quiere sacarse una foto con Maduro en este momento”. Considera que, si vuelve el peronismo al poder, Buenos Aires no será un apoyo incondicional de Caracas como cuando un Kirchner era presidente. Primero, porque a nadie le conviene retratarse con Maduro, y segundo, porque el estilo de Alberto Fernández es más comedido que el de Cristina Fernández.
Considera que, si vuelve el peronismo al poder, Buenos Aires no será un apoyo incondicional de Caracas como cuando un Kirchner era presidente. Primero, porque a nadie le conviene retratarse con Maduro, y segundo, porque el estilo de Alberto Fernández es más comedido que el de Cristina Fernández. Por tanto, Camero espera una postura de Argentina más parecida a la que ahora tienen México y Uruguay.
Luego está otro punto que también se relaciona con el caso venezolano. En este tiempo Argentina ha demostrado que la democracia funciona. De Cristina Fernández pasaron a un gobierno liberal, más escorado a la derecha, como es el de Macri. Y todo apunta que darán un nuevo giro hacia la izquierda.
Esto quiere decir que existe la alternancia. Elecciones libres. Las que no existen en Venezuela, dominada por el chavismo desde hace 20 años. Hubo un tiempo en el que en Argentina sólo se concebía el peronismo. Hasta el kirchnerismo fue una derivada del peronismo. Pero estos movimientos no se aferraron en el poder a toda costa. Evolucionaron.
Pese a todo, Camero insiste en que no hay que confundir al peronismo, con el chavismo. “Son criaturas diferentes. El peronismo es más camaleónico, abarca desde la izquierda hasta la derecha, movimientos sindicales, empresariales. Tenía tintes autoritarios, pero no hay que olvidar que consiguió logros importantes como por ejemplo el sufragio de la mujer. No hay que compararlo con el chavismo porque no es lo mismo”.
Que el peronismo no es lo mismo que el chavismo lo evidencia también su nuevo líder. Según Mario Weitz, “Fernández es un hombre con gran personalidad, con buenas relaciones con los empresarios, con la prensa, con EEUU…”.
Weitz insiste en que poco se parece a Cristina Fernández. Y también desmiente lo que muchos dicen: “Alberto Fernández no es una marioneta de Cristina. Sin duda si llegan al gobierno habrá choques entre ellos. Son bandos distintos. Aunque ahora, por razones obvias, no se van a poner a pelear”.