Ernesto J. Tovar (ALN).- La cabeza de una organización criminal. Así considera el fiscal José Domingo Pérez a Keiko Fujimori, lideresa del partido Fuerza Popular, quien estará tres años en prisión preventiva por el juicio del presunto lavado de activos de su maquinaria política, mientras ve cómo se reducen a escombros su futuro político y sus posibles aspiraciones presidenciales. “Keiko no supo actuar políticamente en la construcción de una alternativa de oposición, sino que lo hizo por temperamento, por venganza”, declaró a ALnavío el analista Luis Benavente.
Aunque en política nada está escrito en piedra, el futuro de Keiko Fujimori y de su partido, Fuerza Popular, luce en este momento al extremo complicado. La hija del nuevamente encarcelado expresidente Alberto Fujimori estará en prisión preventiva al menos hasta octubre de 2021 mientras la Fiscalía investiga y lleva a juicio el caso “Cócteles”, por el cual su partido presuntamente lavó dinero proveniente de la corrupción de Odebrecht para la campaña presidencial de 2011, que Keiko perdió en segunda vuelta con Ollanta Humala.
El juez Richard Carhuancho, a pedido del fiscal José Domingo Pérez, ordenó la pasada semana los tres años de prisión para Keiko Fujimori, al considerar que existe peligro de fuga, de obstaculización de la justicia y de uso de la organización criminal para que los testigos cambien su versión, calificándola además como “la mujer en la sombra que maquinaba las decisiones” de Fuerza Popular.
La hija del nuevamente encarcelado expresidente Alberto Fujimori estará en prisión preventiva al menos hasta octubre de 2021 mientras la Fiscalía investiga y lleva a juicio el caso
La prisión le llega a Keiko cuando su popularidad alcanza apenas 13% y su desaprobación bordea 81% según la encuestadora Ipsos, lo que significa que desde las elecciones de julio de 2016 la lideresa fujimorista perdió prácticamente 37 puntos de aprobación en el electorado, en un lapso marcado por su enfrentamiento con el Ejecutivo del expresidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y posteriormente con el de Martín Vizcarra.
Luis Benavente, analista político y director de la consultora Vox Populi, declaró a ALnavío que Fuerza Popular, el fujimorismo y Keiko Fujimori “están en una crisis muy fuerte, con muchos frentes abiertos”, al tener rencillas con el Gobierno, los medios de comunicación, los sectores de izquierda y algunos de derecha liberal, más sus problemas con la justicia peruana por las investigaciones de corrupción y tráfico de influencias, explica.
“Keiko no supo actuar políticamente en la construcción de una alternativa de oposición, sino que lo hizo por temperamento, por venganza”, tras perder en segunda vuelta con PPK por una mínima diferencia. “Hizo que toda la cúpula en el Congreso actuara así y por ello acumuló más enemigos, además de los históricos. Los medios, la izquierda, el partido de gobierno, son demasiado enemigos, y enemigos con mucho poder”, dice Benavente.
En su opinión, es políticamente incorrecto romper una lanza por Keiko Fujimori. Según las encuestas, tres de cada cuatro peruanos ya consideran a Keiko culpable de corrupción.
“Sólo el expresidente Alan García (también investigado por corrupción) lo haría porque puede pensar que será el próximo” en entrar en prisión, agrega.
Lejos de la silla presidencial
La crisis en Fuerza Popular no sólo se refiere a Keiko. Las principales caras del partido y varios congresistas también han resultado envueltos en las componendas políticas para atacar ante la opinión pública a los fiscales que actúan contra Keiko, o que investigan el entorno del fujimorismo.
La semana pasada el fujimorista y presidente del Congreso, Daniel Salaverry, anunció que tomaba una licencia de su bancada, para poder marcar una línea de actuación distinta. Asimismo, el secretario general de la tolda, José Chlimper, renunció como secretario general, tras conocerse que presuntamente también forma parte de la trama de corrupción de Fuerza Popular.
Luis Benavente, analista político y director de la consultora Vox Populi, declaró a ALnavío que Fuerza Popular, el fujimorismo y Keiko Fujimori “están en una crisis muy fuerte, con muchos frentes abiertos”
Chlimper, quien es miembro del directorio del Banco Central de la Reserva del Perú, podría ser destituido de su cargo en las próximas semanas por el Congreso, a pedido de varias bancadas. Había sido nombrado en 2016 por el Legislativo, gracias a los votos de Fuerza Popular.
Ante este panorama, ya luce por lo menos difícil que el fujimorismo pueda competir con opciones de éxito en las elecciones presidenciales de julio de 2021, aunque el sistema de dos vueltas podría beneficiarlos.
La expresidenta del Congreso, la fujimorista Luz Salgado, declaraba este fin de semana en Canal N que “las elecciones del 2021 las veo bastante complicadas para el fujimorismo, tenemos que hacer mucho trabajo y espero que vengan nuevos aires, que pase esta noche oscura”.
Luis Benavente explica que Keiko “está tan disminuida que no tiene grandes posibilidades”, pero advierte que en los últimos procesos electorales con 18% o 20% de los votos podría llegar a segunda vuelta y darle un giro a su situación.
No obstante, apunta que Kenji Fujimori, el hermano de Keiko, sería una mejor opción. “Ha integrado más, no tiene tantos enemigos, es más carismático, más político. Pero igual tiene dos aspectos en contra: el antifujimorismo que hace que se activen y movilicen fuerzas que podrían cerrarle el paso, y también sus asuntos pendientes por presunto tráfico de influencias en el Congreso para evitar la vacancia de PPK en marzo pasado. El camino tiene muchas piedras” para el fujimorismo, afirma.
Para la consultora Eurasia la prisión de Keiko añade más preocupaciones en el entorno por la corrupción, lo que aunado a la posible ausencia de Fujimori en las elecciones posiblemente favorecerá las opciones de candidatos fuera de la política tradicional u ‘outsiders’.
Vizcarra con viento a favor
El hundimiento de Fujimori y Fuerza Popular le ha despejado el panorama al presidente Martín Vizcarra, que incluso “obligó” al Congreso a aprobar sus propuestas de reformas para referendo so pena de una posible disolución.
El mandatario, que pasó a la ofensiva en la agenda política tras unos primeros tres meses de pasividad, se ha aprovechado del hastío hacia Fuerza Popular para aglutinar el apoyo de los medios (al frenar una ley que prohibía la pauta publicitaria gubernamental en medios privados), de sectores de izquierda (al retar a una eventual disolución del Legislativo), y de la opinión pública al proponer que se elimine la reelección de congresistas (cuya mayoría son, precisamente, de Fuerza Popular).
Benavente caracteriza a Vizcarra como “un gobernante que no tiene partido de gobierno, y sin embargo ha logrado mucho respaldo. Ha comenzado a ganar a una serie de sectores, con lo cual se ha hecho un presidente fuerte, y a pesar de tener tan poco respaldo en el Congreso puede ponerlo de rodillas”.
El presidente, que llegó al poder al reemplazar a PPK, legalmente podría optar a las elecciones presidenciales de 2021, algo que el mismo Vizcarra desmintió hace algunos meses al señalar que “no tenemos nosotros como Gobierno un interés particular en las próximas elecciones congresales y presidenciales; elecciones donde, somos absolutamente categóricos, no vamos a participar”.
Sin embargo, Benavente afirma que Vizcarra “hizo algo increíble, un presidente anodino y sin liderazgo que de un día para otro cambió totalmente. Ahí hay un equipo que con astucia y habilidad ha logrado un viraje”.
Por ello asegura que “está en una posición interesante. No ha sido elegido en 2016 y está habilitado para presentarse a las elecciones. Estoy convencido de que está preparando su candidatura, y habrá gente ahí en su equipo que está trabajando para eso. Y en este vacío de liderazgo que hay en Perú, es una candidatura interesante”.
Además, Benavente resalta que, aunque Vizcarra negara algún interés en ser elegido para otro período presidencial, cuando era vicepresidente y se esperaba la inminente destitución de PPK, se reunió precisamente con Keiko Fujimori, en un encuentro que fue secreto.