Daniel Gómez (ALN).- América Latina es una región en crecimiento. Con historias de éxito empresarial. Con sectores y países pujantes. Con negocios de ida y vuelta. Y con talento. Esta suma de factores dejó un mensaje unánime en el Foro Latibex: Latinoamérica es una región para apostar e invertir.
En el Foro Latibex se cumplieron las expectativas. Empresas e inversores protagonizaron más de 400 reuniones privadas. No falló ninguna de las 50 empresas comprometidas. Tampoco la ministra de Economía de España, Nadia Calviño, quien inauguró el evento sobre inversiones de América Latina más importante de Europa.
El foro duró de jueves a viernes. El primero fue el día más concurrido, debido a la presencia de Calviño, así como la del presidente de Bolsas y Mercados Españoles (BME), Antonio Zoido, y la del director ejecutivo de Banco Santander. Empresarios, inversores, periodistas y estudiantes escucharon atentos las ponencias que demuestran que Latinoamérica es una buena región para apostar e invertir.
Luego lo refrendaron los expertos que acudieron a las conferencias. Economistas del Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Santander y Grupo Financiero Bancomer recordaron que Latinoamérica duplicó su riqueza entre 1999 y 2017.
El PIB pasó de 3.769 billones de dólares a 6.027 billones de dólares, más una cantidad de logros sociales e institucionales que, advirtieron, aún son insuficientes. La prueba es la cantidad de crisis que sufre la región. Desde políticos que se aferran al poder, hasta fuertes devaluaciones de la moneda.
Pese a todo, los negocios rinden. Y los inversores profesionales dan fe de ello. Desde 1987 hasta ahora el comportamiento anual compuesto de las inversiones en la región fue de 14%, lo que quiere decir que las inversiones multiplicaron por 55 ese capital, apuntó Luciano Buyo, gestor de carteras de Santander Asset Managementes.
Otros expertos de Renta 4, Pictet y Allianz Global refrendaron esta afirmación de Buyo, y confirmaron que, desde Argentina hasta México, desde el sector financiero latinoamericano hasta su industria de consumo, presentan ofertas de inversión muy suculentas.
Historias de éxito empresarial
En el foro también hubo casos de éxito. Como el de Cemig. Esta es una compañía energética que trabaja en la región sureste de Brasil. La fundó el estado de Minas Gerais en 1952. Cotiza en el índice Latibex. También en la Bolsa de Sao Paulo y de Nueva York.
Cemig es la primera compañía brasileña en distribución de energía, la segunda en trasmisión y la cuarta en generación. Pese a todo, en 2016 el contexto recesivo del país impactó en el negocio de la compañía. Se estancaron, pero supieron salir adelante refinanciando deuda y mejorando los indicadores económicos.
Una historia de éxito, talento y optimismo para el futuro. Eso es Latinoamérica
Luego hay historias de ida y vuelta. Empresas que van a la región y de repente triunfan. Es el caso de Fintonic. Esta startup española, fundada en 2012, ha protagonizado una historia de éxitos y progresos que le ha llevado a aliarse con Amazon. También ha salido a la conquista de nuevos mercados, como México y Chile, donde su crecimiento es espectacular, como declara a ALnavío su fundadora, Lupina Iturriaga.
La revolución tecnológica fue otro de los ejes del foro. El mundo afrontará una secuencia de cambios cuatro veces más potentes que cuando la segunda revolución industrial. Eso requiere de talento. Harán falta ingenieros que se sepan entender con los algoritmos que sostienen el big data, la inteligencia artificial y el blockchain.
Esta demanda de nuevos perfiles profesionales es lo que Juan Pedro Gravel, socio de consultoría de la firma Deloitte, definió a este diario como “la guerra mundial por el talento”. Una guerra que España y Latinoamérica están perdiendo ante las mejores oportunidades que ofrecen en China y Estados Unidos. Pero no está todo perdido. Telefónica, el Grupo Sacristán de México y BME ya están poniéndose manos a la obra para que el próximo fundador de Instagram sea latinoamericano.
El panorama político
2018 fue año de elecciones en Latinoamérica. Los ciudadanos eligieron los gobiernos de las dos grandes potencias de Brasil y México. Los futuros presidentes, Jair Bolsonaro y Andrés Manuel López Obrador, comparten dos cosas: que obtuvieron una amplia mayoría, y que son polémicos.
Del primero preocupa la actitud. Es un nostálgico de la dictadura militar brasileña y ha protagonizado una ristra de comentarios homófobos y racistas que alertan a los más demócratas. Pero en lo económico convence. Y ello lo valoran las empresas que fueron al foro.
Con México no hay tanta confianza. También preocupa la actitud, pero por ser un populista de izquierda. Aunque en lo económico primero transmitió calma, pronto despertó la desconfianza.
“Contemplamos lo que ocurre con precaución. Si bien las cifras de crecimiento no están impactadas, las primeras acciones del presidente electo generan dudas. Cómo será su gobierno. Cómo será su manera de legislar. No sabemos por dónde va a salir y estamos expectantes”, dijo a ALnavío Pablo Gallo, socio de Nexxus Iberia.
Hay expectativa, pero también hay optimismo. Al final, México es uno de los motores de una Latinoamérica en la que todos quieren confiar.