Caleb Zuleta (ALN).- El FMI entiende que la crisis que deja el coronavirus no tiene precedente. Es global, es incierta y es compleja, señala la directora Gerente, Kristalina Georgieva. El FMI tiene 1 billón de dólares en recursos. Georgieva señala que la acción temprana es más efectiva. Para ello necesita más recursos. Sobre todo para apoyar a los países pobres.
El FMI se ha planteado “el objetivo de triplicar nuestra financiación en condiciones favorables a través de nuestro Fideicomiso de reducción de la pobreza y crecimiento para los países más vulnerables”.
Eso escribe la directora Gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. En tal sentido y para tal misión, señala que el FMI está buscando 17.000 millones “en nuevos recursos de préstamos”.
¿Dónde los busca? Entre los países socios. En los más ricos. Por ahora, hay promesas, revela, Japón, Francia, Reino Unido, Canadá y Australia. Estos 5 países se han comprometido a aportar un total de 11.700 millones de dólares. Esto significa el 70% de los recursos.
Por otro lado, escribe Kristalina Georgieva que el FMI apoya “la suspensión de los pagos oficiales de la deuda bilateral para los países más pobres hasta fines de 2020”. Se trata de “un acuerdo innovador entre los países del G20”. Como se sabe, esta fue decisión que se tomó la semana pasada.
Señala que la medida “vale aproximadamente 12.000 millones para las naciones más necesitadas”.
Pero esto no es todo, el FMI, apunta, está “pidiendo que los acreedores del sector privado participen en términos comparables, lo que podría agregar otros 8.000 mil millones de alivio”.
Los mercados emergentes y los países pobres
Estos anuncios los hace Georgieva porque señala que está “particularmente preocupada por los mercados emergentes y los países en desarrollo”.
El FMI lo viene diciendo. De los países emergentes se han fugado 100.000 millones de dólares. Y además, escribe, “los que dependen de los productos básicos se han visto aún más conmocionados por la caída de los precios de exportación. Los países que dependen del turismo están experimentando un colapso de los ingresos, al igual que los que dependen de las remesas para obtener ingresos”.
Así que señala que “para nuestros miembros más pobres, necesitamos mucho más financiamiento en condiciones favorables. Con el pico del brote aún por delante, muchas economías requerirán desembolsos fiscales significativos para hacer frente a la crisis de salud y minimizar las quiebras y la pérdida de empleos, mientras enfrentan crecientes necesidades de financiamiento externo”.