Antonio José Chinchetru (ALN).- El español Mariano Jabonero es uno de los dos candidatos a ocupar la Secretaría General de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) a partir del 23 de abril. Experto en materia educativa, defiende que se han registrado fuertes avances en la región pero que todavía hay retos importantes, como mejorar la calidad y la equidad en las escuelas. Cita a Simón Bolívar y su reclamación de «moral y luces» para destacar que América Latina necesita ética y conocimiento.
La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) elige el próximo 23 de abril al sucesor del brasileño Paulo Speller como secretario general. Los candidatos a ocupar el puesto son la chilena Estela Ortiz y el español Mariano Jabonero. ALnavío ha conversado con este último en la sede de la Fundación Santillana, de la que es director de Educación. Jabonero, licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, es experto en esta materia y ya fue director general de la OEI entre 2003 y 2010.
– ¿Qué relación mantienen la OEI y la Secretaría General Iberoamericana (Segib)?
– La OEI es más antigua, se fundó en 1946. Tiene como área de actuación la educación, la ciencia y la cultura. La Segib se creó mucho más recientemente. La OEI cuenta con una presencia física en la región mucho mayor que la Segib. Tiene oficinas en 16 países y su agenda es de cooperación fundamentalmente en educación, pero también en cultura y ciencia.
– Si se observa la evolución de las Cumbres Iberoamericanas, de la Segib, vemos que van perdiendo peso político. ¿Es un reflejo de cómo evoluciona en general la cooperación iberoamericana, o la OEI avanza de forma diferente?
– No. La Segib no me compete, pero se crea como una estructura política institucional para las cumbres, que se celebraban con carácter anual y ahora cada dos años. Donde puedo y debo opinar es en el ámbito de la cooperación en educación, cultura y ciencia. Lo que ha ocurrido, y está ocurriendo, en la región es que el modelo de cooperación multilateral ha cambiado. Ha habido muchos años donde era una cooperación clásica de donante, norte-sur más o menos. Hubo momentos determinados en que la aportación financiera de la Unión Europea, de países europeos y otros como Japón, y sobre todo de España, ha sido muy voluminosa. Se correspondía con un ciclo económico muy expansivo de estos países, y era fundamentalmente de apoyo financiero para hacer proyectos de desarrollo. En estos momentos la región ha cambiado fuertemente.
Es una región consolidada. Los avances sociales, especialmente en educación, son muy notables y la cooperación que se demanda, y que los donantes pueden otorgar, no es tanto financiera de tipo asistencia, sino mucho más de una cooperación sur-sur de consolidación técnica y de reforzamiento institucional. Es lo que se está trabajando ahora mismo en la región.
Sigue habiendo una cooperación multilateral muy fuerte, pero distinta a la anterior.
– ¿Esto significa un repliegue de España en esta materia?
– No. En España la crisis ha tenido unos efectos económicos sobre la cooperación, pero se está superando y ha habido un reforzamiento en esta materia. El nuevo plan marco de cooperación supone volver a reforzar la presencia. Eso sí, insisto en que de una manera distinta a como se hacía antes.
Retos educativos en Iberoamérica
– Al margen de la cooperación, ¿cuáles son los grandes retos educativos en la región?
“El reto pasa fundamentalmente por la mejora de la calidad y la equidad educativa”
– En América Latina la situación ha cambiado a mejor. Hay objetivos que son logros históricos, como la cobertura educativa en primaria y básica. Por primera vez en la historia es del 100%. El reto educativo ahora mismo no se plantea tanto por objetivos cuantitativos sino cualitativos.
La calidad de la educación en la región es mala; todos los gobiernos coinciden en que la calidad es baja. La equidad también es baja. Y el nivel de eficacia de las escuelas es, en consecuencia, también bajo. El reto pasa fundamentalmente por la mejora de la calidad y la equidad educativa.
Hay una cierta coincidencia generalizada de cuáles son los elementos que pueden hacer mejorar la calidad. Hay un consenso muy amplio que tiene que ver con que la información disponible sobre la situación de la región en materia de educación es muy rica, compleja y de alto valor. Ya sabemos qué ocurre, ahora hay que ver qué hacemos.
Los requisitos de calidad se pueden conseguir a través de políticas que apoyen la primera infancia, que es una etapa crucial para la mejora educativa en general, la selección y formación del profesorado, la mejora del liderazgo escolar y el proceso de innovación tecnológico y metodológico.
– Solemos mirar la región como si fuera homogénea.
– No lo es. Iberoamérica se caracteriza por muchas cosas. Una de ellas es la gran diversidad cultural, geográfica y económica que hay. Es más. No es una diferenciación sólo entre unos Estados y otros. Dentro de los países hay diferencias muy acusadas. Hay ejemplos que son muy llamativos, como México, Colombia y Brasil.
– Si se tiene en cuenta la diferencia entre países, ¿hay alguno que debería mirarse como modelo para mejoras educativas?
– En materia de educación y cultura no hay modelos. Ni dentro de Iberoamérica ni en ningún otro lugar del mundo. Hay personas que piensan que países que se citan siempre como referencia, como Finlandia y Corea, son modelos. Es una simplificación, son modelos para sí mismos. Los países tienen mejores o peores resultados, pero en buena parte depende de cómo afronten su realidad.
En el caso de Iberoamérica, hay diferencias significativas entre unos Estados y otros. Los países con mejor rendimiento educativo son los que siempre se citan: Chile, Uruguay y Argentina. Son países que han tenido una evolución institucional más en unos parámetros de modernidad. Otros países proceden de situaciones de mayor precariedad, como el caso de Centroamérica, con rendimientos mucho más bajos. La evolución histórica y económica de las dos zonas es muy diferente.
Lucha contra la violencia en el sistema educativo
– Usted habla de Centroamérica. Uno de los grandes problemas de la zona es el alto nivel de violencia. ¿Esto afecta los rendimientos educativos?
– Sí. Iberoamérica se caracteriza entre otras cosas por la violencia, que registra unos niveles de actividad muy por encima de otras regiones del mundo como Europa, Asia y África. En Centroamérica es quizás donde más se acusa esto. En Honduras, Guatemala y El Salvador las famosas maras mantienen un índice de violencia altísimo. Por otra parte, están todos los efectos colaterales del narcotráfico, que han permeado mucho la región. Es un problema que requiere soluciones urgentes.
– ¿Y cómo afecta de forma directa la violencia al sistema educativo?
– De muchas formas. Pero de una manera lo hace de forma muy clara y grave. Está asociada muy directamente con el abandono escolar prematuro. La escolarización en primaria y básica está prácticamente al 100%, pero en secundaria hay una deserción altísima. Coincide con adolescentes y en muchos casos está asociada o genera violencia de una forma u otra. El chico o la chica que abandona la escuela con 15 años lo hace sin unas competencias educativas que le permitan trabajar normalmente y con frecuencia termina en los márgenes de la ley.
“Es desde el sistema educativo donde mejor se puede combatir esa cultura de la violencia”
– ¿Se puede combatir esta cultura de la violencia desde el propio sistema educativo?
– Sí. Es desde el sistema educativo donde mejor se puede combatir esa cultura de la violencia. Por una parte, se debe dedicar un mayor esfuerzo a competencias a las que no se ha prestado el tiempo necesario, que son todas aquellas que tienen que ver con el concepto de ciudadanía, con el de cultura de paz. Es un tipo de trabajo que debe desarrollarse mucho más en la escuela. Por otra parte, se debe garantizar que estos jóvenes adolescentes consigan completar la secundaria.
Hay países como Ecuador que ya tienen programas específicos para que los jóvenes que a partir de los 18 años no están escolarizados y no tienen trabajo tengan una segunda oportunidad de reengancharse a la escuela.
– Otro de los grandes problemas tradicionales de la región es la corrupción.
“En el caso de Iberoamérica el enfoque necesario es el de Simón Bolívar: ética y conocimiento”
– Tiene que ver con lo que decía antes. Es un asunto que está muy asociado con todo lo que tiene que ver con valores éticos y ciudadanía. En la escuela hubo un momento en que se consideró que todo esto era poco prioritario. Cuando ha habido, tanto en Iberoamérica como fuera, situaciones de éxito económico se ha transparentado la falta de ética. El Libertador Simón Bolívar decía que se requería “moral y luces”, traducido al lenguaje actual es “ética y conocimiento”. Creo que tiene vigencia completa. Cuando la crisis de Lehman Brothers se veía a los altos directivos de esta empresa que salían despedidos; todo el mundo era consciente de que tenían doctorados y maestrías en las mejores universidades del mundo. Pero su nivel de honestidad era muy dudoso.
En el caso de Iberoamérica el enfoque necesario es el de Simón Bolívar: ética y conocimiento.
– ¿Qué papel deberían jugar los medios de comunicación en el ámbito de la educación y la cultura?
– El problema es que los medios de comunicación difunden una imagen que no se ajusta a la realidad sobre la educación. Generalmente se habla de inseguridad en la escuela, acoso, bullying, conflictos. También se destaca cuando hay huelgas, conflictividad social y política. Se habla con frecuencia de escuelas muy en riesgo. Sin embargo, los medios deberían lanzar un mensaje que tratara mucho más sobre el valor de la educación, que tiene mucho que ver con el aprecio que las familias tengan hacia ella.
– La crisis económica, política y social que vive Venezuela, ¿cómo está afectando la educación en ese país, o incluso en sus vecinos?
“La inversión en educación en Iberoamérica es del 5,1% del PIB y en el resto del mundo del 4,1%”
– La extensión de la educación es un fenómeno que se ha producido en toda la región. Quizás en unos países más que en otros, pero en general es un hecho positivo. La inversión en educación en América Latina está muy por encima de la inversión media mundial. Esto demuestra que la educación interesa y preocupa, hay demanda social que genera presión sobre los gobiernos y estos la toman ya como una prioridad política. El mejor ejemplo es la prioridad presupuestaria. Iberoamérica está en torno al 5,1% del PIB y el resto del mundo está en torno al 4,1%. Un punto de diferencia es mucho.
No creo que las circunstancias políticas en la región aminoren todo este esfuerzo colectivo. Tal vez hay formas de hacer política diferentes en unos países y otros. Pero no las voy a entrar a cuestionar, los ciudadanos votan lo que votan. Hay modelos en los que hacer política educativa es diferente.
Cooperación entre organismos multilaterales
– ¿Qué tipo de relaciones debe tener la OEI con otras organizaciones regionales y suprarregionales que actúan en la zona?
– En los últimos meses me he entrevistado con casi todos los ministros de Educación de la región. Todos ellos me han planteado una demanda si soy secretario general de la OEI. Es que todas las agencias internacionales trabajen más conjuntamente. En Iberoamérica trabajan intensamente la Unesco, el BID y la CAF, que son bancos de inversión que también trabajan el tema de la educación; la OCDE, que tiene presencia especialmente en cuestiones de evaluación educativa… Hay una serie de agencias que trabajamos en la región.
Reforzar el trabajo interagencial es una necesidad, porque a veces hay agencias que si no hacen lo mismo, sí cosas parecidas. Y no conviene repetir las cosas porque tampoco es conveniente gastar dos veces en lo mismo. Por un criterio de eficacia y eficiencia.
– ¿Se puede decir entonces que por una falta de coordinación se malgastan recursos?
– No sé si malgastar recursos, pero sí es cierto que es bueno que haya una mayor coordinación. Además, creo que no es difícil. Lo que ocurre es que son entidades que surgen de distintos sitios. El cambio de modelo histórico propicia que se pueda trabajar más en ese sentido. Hasta ahora eran entidades que muchas de ellas eran donantes y cada una hacía su aportación a la región. En la medida en que sea un trabajo mucho más de refuerzo institucional y colaboración técnica es más fácil trabajar conjuntamente.
“Un reto es la escuela segura, con la mínima incidencia posible de casos de acoso, humillación y cualquier tipo de discriminación”
– Si usted resulta elegido secretario general de la OEI, ¿cuáles son los grandes retos que se plantea?
– Por una parte, calidad de la educación. Es un tema muy importante. Otro reto es la escuela segura, en la cual haya la mínima incidencia posible de casos de acoso, humillación y cualquier tipo de discriminación. Un reto en el ámbito cultural es desarrollar la Carta Cultural Iberoamericana. Se aprobó en la Cumbre de Montevideo hace 10 años y todo el mundo me dice que debería tener un mayor desarrollo, con una especial atención a las culturas propias. Esto con una lectura que no es hacia atrás sino hacia adelante. Las culturas propias deben ser un valor de futuro, no solamente una herencia. Y temas de educación superior, favorecer todos los procesos de reconocimiento de títulos. Tiene que ver con que un ciudadano pueda ir con su formación a cualquier lugar y desarrollarse tranquilamente. Es un tema muy complejo, pero colaborar en ese sentido es positivo.
Y, finalmente, que la actividad de la OEI sea estructuralmente iberoamericana. Que no sea algo bilateral, sino que refuerce procesos de integración regional y que los programas que se lleven a cabo involucren a varios países. Eso da sensación de cohesión y de pertenencia a una comunidad, de que es mucho más que un solo país.