María Rodríguez (ALN).- América Latina tendrá un papel destacado en la edición 66 del Festival Internacional de Cine de San Sebastián (España), que se celebrará del 21 al 29 de septiembre. 12 películas latinoamericanas competirán por el Premio Horizontes latinos y sies por el Premio Cooperación Española al largometraje iberoamericano más comprometido con los derechos humanos.
La ciudad de San Sebastián (España) se vestirá de gala del 21 al 29 de septiembre para celebrar la edición 66 del Festival Internacional de Cine, uno de los más importantes y prestigiosos de España y Europa. América Latina también tiene varios espacios destacados en la muestra: la sección Horizontes latinos, el Premio Cooperación Española a películas iberoamericanas y una jornada sobre fondos internacionales que apoyan el cine de Europa y América Latina. ¿En qué consiste cada espacio?
En la sección Horizontes latinos se exhibirán largometrajes del último año, inéditos en España, producidos total o parcialmente en Latinoamérica y dirigidos por cineastas de origen latino.
En esta edición 12 películas participan en Horizontes latinos, según informa la web del festival. Todas ellas optan al Premio Horizontes, dotado con 35.000 euros. El objetivo de este galardón es impulsar el conocimiento de los largometrajes latinoamericanos, incluso de aquellos que, aunque no se rueden en dicha región, tengan como argumento las comunidades latinas en el mundo.
Las cintas inscritas en Horizontes latinos son:
– Las herederas, del director Marcelo Martinessi. Una película en la que han participado varios países: Paraguay, Alemania, Brasil, Uruguay, Noruega y Francia.
– Cómprame un revólver, dirigida por Julio Hernández Cordón. De México.
– El motoarrebatador, de Agustín Toscano. Una cinta argentina, uruguaya y francesa.
– Enigma, de Ignacio Juricic Merillán. De Chile.
– Familia sumergida, de María Alché. De Argentina, Brasil, Alemania y Noruega.
– Ferrugem / Rust, de Aly Muritiba. De Brasil.
– Figuras, de Eugenio Canevari. De España y Argentina.
– La noche de 12 años, de Álvaro Brechner. De España, Argentina, Francia y Uruguay.
– Los silencios, de Beatriz Seigner. De Brasil, Francia y Colombia.
– Marilyn, de Martín Rodríguez Redondo. De Argentina y Chile.
– Nuestro tiempo, de Carlos Reigadas. De México, Francia, Alemania, Dinamarca y Suecia.
– Sueño Florianópolis, de Ana Katz. De Argentina, Brasil y Francia.
Por otro lado, la Asociación Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) impulsa junto al Festival de Cine de San Sebastián el Premio Cooperación Española. Se lo llevará la película iberoamericana que mejor contribuya a la erradicación de la pobreza y a la defensa de los derechos humanos.
Como en el caso del Premio Horizontes, este galardón busca potenciar la industria audiovisual latinoamericana, pero también la que tiene origen en España y Portugal. Está dotado con 10.000 euros.
Optan al Premio Cooperación española las cintas:
– Para la guerra, dirigida por Francisco Marise. Un largometraje de Argentina y España.
– Teatro de Guerra, de Lola Arias. De Argentina, España y Alemania.
– Pájaros de verano, de Ciro Guerra y Cristina Gallego. De Colombia, México, Dinamarca y Francia.
– Y tres de Horizontes latinos: El motoarrebatador, Los silencios y Marilyn.
La Cooperación Española premiará la película iberoamericana que mejor contribuya al desarrollo humano, la erradicación de la pobreza y el pleno ejercicio de los derechos humanos https://t.co/wxQNq1b0Vj #66SSIFF pic.twitter.com/oEtNptr8lS
— Festival S.Sebastián (@sansebastianfes) 13 septembre 2018
Por último, esta edición del festival acogerá una jornada dedicada a los fondos que apoyan el cine de Europa y América Latina. En otras palabras, un punto de encuentro clave con agentes que financian el cine, según explica la web del festival.
El objetivo es presentar los fondos internacionales más relevantes (por su cuantía), las líneas de apoyo que existen, y que se establezcan contactos entre unos y otros profesionales.
Estos fondos promueven tanto ayudas nacionales como coproducciones con países que tienen una menor capacidad cinematográfica, “desempeñando un papel crucial en el desarrollo de la industria audiovisual de estos países”, aclara la web del festival. Es decir, actúan como instancias mediadoras entre creadores, posibles patrocinadores y festivales, lo que favorece la producción audiovisual y su proyección internacional, también en América Latina.