María Rodríguez (ALN).- Entre tres y cuatro millones de venezolanos viven hoy fuera del país y la tendencia es que estas cifras crezcan de forma exponencial. No huyen por una guerra civil, como en Siria, ni por un conflicto étnico como el de los rohingyas en Birmania, ni tan siquiera por discriminación religiosa. La causa es un proceso político que derivó en hiperinflación, hambre, desempleo, falta de esperanza e inseguridad personal. La rapidez con la que aumenta este éxodo también es única.
No es una guerra civil, como sí la sufre Siria. Ni una revolución armada, como lo fue en Cuba. Ni una lucha armada, como la que vivió Colombia con las FARC. Tampoco una guerra abierta, ni un conflicto étnico como el de los rohingyas en Birmania. Ni una invasión, ni mucho menos tiene que ver con cuestiones religiosas, como padeció la migración judía. El éxodo venezolano no se parece a ningún otro, tampoco la rapidez con la que esta desbandada ha crecido en los últimos dos años.
La causa de la huida de los venezolanos es un proceso político que derivó en hiperinflación, hambre, desempleo, falta de esperanza e inseguridad personal. Y ligado a este último factor están los asesinatos. Según Tomás Páez, sociólogo y creador del Observatorio de la Diáspora Venezolana, “la cantidad de homicidios [en Venezuela] casi se aproxima a la cantidad de muertos que ha habido en Siria en siete años de guerra”.
Según Consultores 21, 4 millones de venezolanos viven fuera
Amnistía Internacional cifra las muertes en la guerra siria en más de 300.000. Según los datos de Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), los homicidios en este país latinoamericano se aproximan también a los 300.000 (287.926 víctimas) pero en un periodo de tiempo casi tres veces superior: 18 años. También OVV informa que las muertes violentas en Venezuela pasaron de 4.550 en 1998 a 28.476 en 2016 y 26.616 en 2017.
Por otro lado, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) registró en enero de 2018 al menos 714 protestas en el país. Esta cifra equivale a 24 protestas diarias, un 86% más que en el mismo mes de 2017.
La causa del éxodo venezolano ha empujado a millones de personas a salir del país latinoamericano en busca de un futuro, pero también de un presente donde no falte la comida, las medicinas y el empleo, de los que carecen si permanecen en Venezuela.
No es fácil cifrar este éxodo. “Ni el Gobierno venezolano ni el Gobierno colombiano tienen las cifras exactas de esta increíble ola migratoria”, relató al diario ALnavío el sociólogo colombiano Hernando Uribe Castro, doctor en Ciencias Ambientales y profesor del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Occidente en Colombia.
Los hay que se atreven a dar cifras. Según una encuesta realizada por Consultores 21 entre noviembre y diciembre de 2017, hecha pública a comienzos de enero, al menos cuatro millones de venezolanos se han ido del país.
Por su parte, Páez -en declaraciones al diario ALnavío– cifra este éxodo en tres millones. Basa el cálculo en estimaciones y cifras oficiales de las autoridades y organismos de los más de 90 países donde ya viven venezolanos. El sociólogo afirma que el crecimiento de salidas que se está dando en Venezuela aumenta de forma exponencial y que en los próximos meses crecerá “a un ritmo mucho mayor” de no haber cambios importantes en el país.
Este crecimiento exponencial se percibe claramente en el acelerón que ha tomado el éxodo venezolano en los últimos años. Según Páez, de 1999 a 2015 (seis años) la cifra de venezolanos fuera del país era de 1,7 millones. De 2015 en adelante (algo más de dos años) se han sumado 1,3 millones de venezolanos. La consecuencia lógica es que, de seguir a este ritmo, en los próximos meses se superen los cuatro millones, aunque Páez prefiere no aventurar cifras.
El éxodo se divide en cinco etapas. La primera oleada tuvo lugar en 1999-2000. En aquella época fueron los ciudadanos de origen cubano que ya habían vivido procesos comunistas los que se marcharon de Venezuela. La segunda oleada se produjo en 2002, coincidiendo con la conflictividad política. Muchos se dieron cuenta de que los que se habían ido antes tenían razón. Después llegó la oleada del 2004 al 2006 por la delincuencia y la inseguridad. Comenzaron los secuestros exprés y los problemas con el narcotráfico. La cuarta etapa se inició a raíz de la tercera elección de Hugo Chávez en 2012. Se vieron los primeros síntomas de desabastecimiento, como la falta de leche. Y, finalmente, esta última oleada, la del hambre, la de los que salen a pie por la frontera, que comenzó en 2016 y explotó en 2017.
El sociólogo también subraya que los últimos anuncios de Colombia y Brasil para endurecer los controles migratorios en la frontera con Venezuela constatan que la “diáspora” está “creciendo a un ritmo muy rápido”. Ambos países han decidido militarizar sus lindes. Colombia, además de poner en marcha controles migratorios más estrictos, reforzó la frontera con 3.000 militares. Brasil, por su parte, “duplicará los pelotones” en los pasos fronterizos, según anunció el Ejecutivo de Michel Temer.
Otros éxodos
Muy por encima de los tres millones de venezolanos fuera del país está el número de refugiados que ha ocasionado la guerra siria. “Cinco millones, pero con una guerra. En Venezuela estamos en tres millones y aparentemente sin confrontación bélica”, subraya Páez.
En concreto y según las cifras de Acnur (agencia de la ONU para los refugiados), más de 5,4 millones de personas han huido de Siria desde 2011 buscando seguridad en Líbano, Turquía y Jordania, principalmente.
También fue impactante la cifra de exiliados en Biafra tras la guerra civil nigeriana (1967-1970). Fue un conflicto armado político-étnico provocado por el intento de secesión de las provincias del sudeste de Nigeria bajo el nombre de República de Biafra. Un documento de la Universidad Alberto Hurtado de Chile titulado ‘Las culpas de Biafra’ cifra el éxodo de personas por este conflicto en dos millones.
Según Acnur, más de 5,4 millones de personas han huido de Siria desde 2011
Y de Nigeria a Centroamérica. Un estudio migratorio elaborado por el Consejo Parlamentario Regional sobre Migraciones (compuesto por los países de la región centroamericana, República Dominicana y México) afirma que, en los años 80, los conflictos bélicos en Guatemala, El Salvador y Nicaragua dejaron un saldo de dos millones de personas desplazadas.
Por ejemplo, en los años 90 había cerca de 200.000 nicaragüenses en Estados Unidos y otros 236.000 en Costa Rica, tal como detalla un artículo del diario Confidencial de Nicaragua.
Por otro lado, y según los archivos de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos dedicados a El Salvador –citados en la obra Odisea del Norte, de Mario Bencastro– en 1981 cerca de 60.000 salvadoreños residían en Honduras, más de 20.000 buscaron refugio en Nicaragua y entre 80.000 y 110.000 se desplazaron hacia Guatemala y eventualmente a México con la esperanza de llegar a Estados Unidos.
Entre 1979 y 1988, alrededor de 500.000 salvadoreños entraron en EEUU vía México. La extensión del éxodo fue tal que la ONU estimó que en 1982 una tercera parte de la población activa de El Salvador abandonó la nación.
En Cuba, las cifras oficiales indican que cerca de 660.000 cubanos emigraron desde la llamada Crisis de los Balseros en 1994 hasta el 2015. Pero algunos expertos consideran que el éxodo en las últimas dos décadas pudiera acercarse al millón de personas, tal como recoge el diario El Nuevo Herald.
En Birmania, más de 688.000 musulmanes de la minoría étnica rohingyas han huido al vecino Bangladesh en el último año según la ONU
En Birmania, más de 688.000 musulmanes de la minoría étnica rohingyas han huido al vecino Bangladesh en el último año debido a una campaña sistemática de asesinatos en masa, violaciones e incendios provocados. Son datos de la ONU, que califica la situación como “un ejemplo de limpieza étnica”. Los rohingyas, tratados como extranjeros en Birmania, un país en donde más del 90% de la población profesa el budismo, son considerados apátridas a pesar de que algunos están instalados en ese país desde hace generaciones.
Similar a la cifra de exiliados rohingyas es la de los judíos que fueron expulsados o huyeron de los países árabes para salvar su vida en los años 50. Según datos de la asociación Harif (Asociación de Judíos de Oriente Medio y Norte de África) citados por el portal elmed.io, el éxodo judío en esa época fue de 700.000 personas.
Ya en España, y con cifras que recoge Alicia Alted en La voz de los vencidos, tras finalizar la Guerra Civil española, el exilio republicano de 1939 fue de unos 465.000 españoles sólo cruzando la frontera con Francia. Otros 15.000 abandonaron el país en barco a través de puertos republicanos, en muchos casos con destino a Latinoamérica.