Daniel Gómez (ALN).- La Organización Internacional para las Migraciones advierte que al menos 380 latinoamericanos han muerto en lo que va de 2019 intentando abandonar sus países. La cifra es 50% mayor que la del primer semestre de 2018. Este incremento, dice el organismo, tiene que ver con el éxodo venezolano. Y lo dice porque son muchas las personas que huyen de Venezuela a la desesperada. Poniéndose en manos de contrabandistas, exponiéndose a arriesgadas travesías e, incluso, a mar abierto. En aguas del Caribe ya van más de 80 venezolanos desaparecidos.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas ha desvelado el rostro más cruel del éxodo venezolano. La muerte y un caso concreto: la desaparición de al menos 88 venezolanos en aguas del Caribe entre abril y junio de este año. Familias desesperadas que no dudaron en ponerse en manos de contrabandistas para salir de su país en busca de un mejor futuro. Aunque ello suponga exponerse a mar abierto. Desaparecer. Morir.
La OIM habla de un bote volcado el 23 de abril y otro el 16 de mayo rumbo a Trinidad y Tobago. Se estima que desaparecieron entre 51 y 67 venezolanos. Hablan de desaparecidos y no de muertos porque no se sabe el paradero de los cuerpos. Se reporta que un tercer barco dirigido a Curazao desapareció el 8 de junio. Al menos 21 venezolanos perdieron la vida en ese suceso. La OIM añade: Las “pérdidas totales aumentan posiblemente a 32”.
“Estos desafortunados incidentes resaltan las medidas desesperadas que los venezolanos están dispuestos a tomar para llegar a sus destinos, incluso arriesgando sus vidas a manos de los contrabandistas”, dijo en un comunicado Marcelo Pisani, director de la OIM para América Central, América del Norte y el Caribe.
Se refieren a testimonios de supervivientes y familiares de los venezolanos desaparecidos. Dicen que los viajes al Caribe son organizados por contrabandistas. “Traficantes de migrantes que aprovechan la búsqueda desesperada de los venezolanos de unas mejores condiciones de vida para vender estos viajes en embarcaciones muy sobrecargadas, inadecuadas para el transporte de pasajeros en mar abierto”, agrega el informe.
Son rutas irregulares. Los venezolanos están en situación de vulnerabilidad adicional. Que estos viajes los dirijan contrabandistas exponen a los migrantes a abusos y explotaciones. “Pagan precios altos sin garantía de seguridad o llegada a su destino. En muchos casos, los viajes se realizan en barcos que superan su capacidad de transporte, lo que les hace volcar”.
Los ahogamientos en el Caribe y otras muertes relacionadas con el éxodo venezolano dispararon el número de víctimas en Latinoamérica. En lo que va de año han fallecido al menos 380 personas por movimientos migratorios, 50% más que en los seis primeros meses de 2018.
La mayoría, eso sí, en el viaje de Centroamérica hacia Estados Unidos. Allí se produce una muerte por día, con casos trágicos recientes como el de una niña de seis años muerta por deshidratación en Arizona, luego de cruzar a Estados Unidos desde México. El fallecimiento de un muchacho de 12 años tiroteado cerca de Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz, en el sur de México…
Los riesgos a los que se expone el éxodo
El diario ALnavío ha venido compartiendo historias del éxodo. La de Jenny, una joven venezolana de 20 años que abandonó Caracas en busca de una mejor vida en Bogotá, con la mala suerte de que lo único que allí encontró fueron desgracias. Primero una familia que la explotaba, luego un secuestro frustrado antes de que la convirtieran en prostituta, finalmente el exilio.
La increíble y terrible historia de una joven del éxodo venezolano explotada y secuestrada
También está la historia de lo que ocurrió con el éxodo en la costa colombiana. Esta, gracias al testimonio de Maryhen Jiménez Morales, investigadora venezolana en el Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford.
Jiménez estuvo dos semanas en el lugar. Allí lo que vio, dijo, “fue doloroso”. Más de lo esperado. Y fue doloroso porque contempló hacinamiento, niños apátridas, vientres de alquiler, xenofobia, explotación infantil, trata sexual… Con los venezolanos.
Tampoco hay que olvidar que el éxodo se mueve a pie. Forman caravanas humanas en dirección a Colombia, Ecuador y Perú. Hace poco, un empresario peruano reveló en conversación con ALnavío que, en su viaje por la frontera, vio un río de venezolanos cruzando en la absoluta oscuridad las cumbres peruanas.
No todos van a pie. Muchas veces, para aligerar el camino, se aprovechan de autobuses y camiones para surcar carreteras que son toda una trampa mortal. Lo dicen informes del Foro Económico Mundial y de la ONU reseñados por ALnavío.
Como apuntó la agencia de la ONU para los refugiados, Acnur, hace dos semanas, son cuatro millones las personas que han abandonado Venezuela desde 2015. Este martes, en el informe de Tendencias globales de 2018, Acnur dio más detalles “del mayor éxodo de la historia reciente en la región y una de las mayores crisis de desplazamiento en el mundo”.
Dice que al día salen de Venezuela 5.000 personas. Que, a ese ritmo, el éxodo será de cinco millones a finales de 2019. Que, como consecuencia de este flujo migratorio, son los venezolanos quienes encabezan la lista mundial de nuevas peticiones de asilo.
En 2018 hubo 341.800 venezolanos que solicitaron asilo por primera vez. Superando, y con diferencia, a ciudadanos afganos, sirios e iraquíes quienes, a diferencia de los venezolanos, huyen de la guerra. No obstante, como demuestran los indicadores macroeconómicos, la gestión de Nicolás Maduro es casi tan devastadora como un conflicto bélico.