Cándido Pérez (ALN).- Iniciar un negocio en un país que no es el propio y en un mercado que no se conoce a fondo, resulta todo un desafío, pero el venezolano Vicente Porta y cuatro amigos, sus socios, apuestan por el éxito con los hornos-cafeterías Fornos: Pan, Pizzas & Bakery, que ya cuentan con dos locales en Madrid y tienen el plan de abrir cinco más. Aquí está su historia.
Después de un año de búsqueda del lugar adecuado, Vicente Porta y sus socios, consiguieron el local ideal para iniciar un emprendimiento en Madrid, la Fornos: Pan, Pizza & Bakery, que el 1° de mayo de 2019 abrió sus puertas al público.
La empresa está constituida por cinco socios, cuatro de origen venezolano y un español que vivió muchos años en Venezuela. Francisco Cachafeiro, Salvador Porta, Gaetano Barbato, Antonio Roche y Vicente Porta, montaron ese negocio que, al principio, iba a ser una pizzería, fundamentalmente take away, pero que devino en panadería, pastelería, que también expende pizzas al taglio (por raciones).
“En Venezuela yo tenía negocios de venta de accesorios para vehículos y después de seis años lo cambiamos a las motocicletas, servicios y repuestos para motos automáticas y de motocross de marcas chinas, no había mucha competencia y nos iba muy bien”, dijo Vicente Porta, hijo de españoles nacido, criado y educado en Venezuela, ahora al frente del primer Fornos que comenzó a operar.
Pero cambiaron las condiciones del país y Porta emigró en sentido contrario al de sus padres, haciendo uso de su nacionalidad española, él y su familia cruzaron el Atlántico y aquí tuvieron que abordar nuevas experiencias. Pensar en emprender en otro ramo.
“La idea de Fornos: Pan, Pizza & Bakery surgió de una conversación entre cinco amigos. Mis cuatro socios son contadores y yo soy ingeniero, todos egresados de la Universidad Católica Andrés Bello. Nos propusimos iniciar este emprendimiento, para el cual cada uno aportó 45.000 euros, luego solicitamos dos créditos de 100.000 euros cada uno que nos otorgó La Caixa”, comentó el empresario en una de las mesas del local de la calle Alberto Aguilera. La panadería, pastelería, café, pizzeria, que ya cuenta con dos puntos de venta.
“Del quinteto emprendedor de Miprim, Fornos Investments, SL, tres son socios capitalistas y tres, Barbato, Roche y yo, somos capitalistas y operadores” agrega Porta que acaba de dejar la barra en mano de un equipo de simpáticas muchachas, dos de ellas también venezolanas.
En el local de Fornos, ubicado en la calle de Alberto Aguilera, 16, ya es costumbre para la clientela ver a Vicente Porta ayudando en cualquier menester, desde sacar una hornada de panes, pastelitos o cachitos de jamón -de esos que comen mucho los venezolanos- hasta pararse frente a la cafetera a sacar el café, de recomendable buen gusto.
-No es fácil el mercado español – señala revisando los ocho meses de intenso trabajo-. Los consumidores son muy conservadores y, generalmente, siempre compran lo mismo. Nosotros nos atrevimos con los cachitos de jamón, que es un producto muy consumido en Venezuela, pero son una novedad en España. Dar a conocer el cachito y su sabor, ha facilitado que se instale en el gusto de la gente que pasa por este local.
– ¿Cuál es el porcentaje de clientes venezolanos que consumen en Fornos?
– Aunque somos venezolanos, nuestra clientela de compatriotas es baja, quizás un diez o un quince por ciento. Para nosotros el fuerte de las ventas es el turista. Llegan personas de diversas partes del mundo, y diría que son el ochenta por ciento de nuestros compradores, por eso nuestra pastelería se inclina hacía productos de oferta internacional.
Señala que “nuestra proximidad en este local, con la Escuela Javeriana (instituto de formación profesional ubicado a unos 50 metros), nos ayuda mucho, pues durante los recesos y reuniones de estudiantes, los venezolanos, que son una buena cantidad, se vienen para nuestro local. Aunque nuestra oferta es internacional, empanadas, croissants, dulces, en nuestros productos hay un toque de sabor diferente al español. Nuestra forma de hacer el café, más cremoso, va calando en el gusto de clientes habituales, muchos de la zona. Eso sí, para los desayunos, a media mañana, hay que tener tostadas, una costumbre muy arraigada aquí en España.
También comenta Vicente Porta, que los encargos que, hasta ahora, representan cerca de 10% de la venta, suelen ser de productos de panadería y pastelería mejor conocidos en Venezuela (pan de jamón en Navidad, por ejemplo) y que esperan que ese porcentaje mejore próximamente.
– La instalación de nuestra página Web y de Instagram se ha retrasado un poco, pero dentro de poco podremos usar esos canales para atender un mercado más amplio y dar a conocer en la comunidad madrileña nuestros negocios.
– ¿Se incrementó el mercado por las festividades en diciembre?
– Realmente no hay un incremento sustancial de la venta en diciembre, porque aquí producimos justo lo que vamos a vender de acuerdo con una planificación, quizás, en lo único que podemos sobrepasarnos es en los cachitos. En nuestros locales, solamente horneamos. Nuestros productos llegan congelados, de unas seis empresas que nos surten, entre ellas Europastric, Frida, Berli y Panetería, esta última, por cierto, con sede en Barcelona, comentó.
– ¿Y qué tal ha estado la venta de pan de jamón?
– Los panes de jamón los hacemos sólo por encargo, de vez en cuando sacamos alguno cortados en porciones para la venta, pero esencialmente, los hacemos por pedidos exclusivamente, pero no han sido muchos, quizás porque es la primera navidad.
– ¿Por qué sólo hornean y no producen en un obrador?
– La ubicación de local y la permisería no nos permite emisiones de humo y otras cosas.
Vicente Porta tiene un anuncio: La empresa, los socios, tienen el plan de abrir cinco locales más de Fornos en los próximos tres años. “Aún estamos en la etapa de nivelar los números para pagar las deudas adquiridas, pero seguimos adelante, ya abrimos otro negocio similar a este en la calle Marqués de Urquijo, 29; y tengo el convencimiento de que a la vuelta de un año y medio tendremos dos locales más.
En Fornos: Pan, Pizza & Bakery la atención es cordial. El grupo de trabajadores se mueve habilidoso y sin estorbarse entre la barra, la cafetera, las vitrinas y la caja. Otros salen a recoger las mesas, limpiar y revisar que los tres ambientes del local se encuentren impecables.
– Aquí, en este local, trabajan seis personas, tres venezolanos, dos españoles y un argentino, además de mí, que soy socio, pero que ayudo en lo que se pueda. Nuestro horario de lunes a viernes es de siete de la mañana a nueve de la noche, y los fines de semana, de ocho de la mañana a nueve de la noche. Inicialmente yo permanecía en el local hasta catorce horas diarias. Pero ahora que estamos ya asentados, estoy entre ocho y diez horas, las de más movimiento.
Destacó que los costos operativos en España para negocios de este tipo son altos, sobre todo en lo que se refiere al pago de personal, seguridad social y la obligatoriedad de mantener dos turnos de empleados.