(EFE).- Una jueza federal de Nueva York impondrá el 8 de agosto la condena al excapo colombiano del peligroso Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David, alias «Otoniel», tras haberse declarado culpable el pasado enero de cargos de narcotráfico.
La Fiscalía federal de Estados Unidos envió una carta a la jueza del caso, Dora Irizarry, en la que pide que imponga 45 años de prisión al colombiano, arrestado en octubre de 2021 en su país y extraditado a EE.UU. en mayo de 2022.
Según el acuerdo de extradición, la justicia estadounidense no podrá imponerle la cadena perpetua, ya que esta pena no existe en Colombia.
En su primera comparecencia a un tribunal en EE.UU., «Otoniel», a quien las autoridades consideraban «uno de los capos de la droga más peligrosos y buscados del mundo», se declaró «no culpable» pero en enero dio un giro y se declaró culpable.
En una carta de 11 páginas enviada a Irizarry, la Fiscalía pide ese castigo, que considera «es suficiente pero no mayor de lo necesario» a Úsuga David, que se declaró culpable de los cargos de trabajar en una organización criminal, de conspiración marítima para la introducción de narcóticos en Estados Unidos y conspiración para la distribución de narcóticos.
El caso «Otoniel»
La Fiscalía explica en la carta las razones para pedir esa sentencia y recuerda que durante casi dos décadas fue el líder «de una poderosa y violenta organización terrorista, paramilitar y narcotraficante con base en Colombia que participó en innumerables actos de violencia, responsable de la distribución extensa de cargamentos de cocaína hacia Estados Unidos», refiriéndose al Clan del Golfo.
También dice que desde 1997 «Otoniel», de 51 años, fue miembro de la organización paramilitar y de tráfico de drogas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), y que participó en un conflicto armado contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal grupo guerrillero de Colombia, entre otras razones.
La jueza también recibió cartas de familiares de víctimas de las actividades del Clan de Golfo, entre ellas de la viuda del policía John Gelber Rojas Colmenares, que murió en febrero del 2017 mientras cumplía con su trabajo.
La viuda pide a la jueza «justicia para mi hija, para mí, para la familia de John, para sus amigos y en honor a mi esposo, que su muerte no quede impune».