Oscar Medina (ALN).- El restaurante Sublimotion tiene cocineros con estrellas Michelin, tecnología, realidad aumentada, ilusionismo y champaña en una puesta en escena plena de fantasía que despierta todos los sentidos. El concepto ideado por el chef Paco Roncero acaba de comenzar la quinta temporada.
Cualquiera, así de entrada, podría pensar que esto es mero show, un espectáculo donde lo que importa es la tecnología involucrada y no lo que el comensal se lleva a la boca. Pero vamos a considerarlo mejor: aquí hay 10 estrellas Michelin repartidas a dos por chef.
El afamado cocinero español Paco Roncero fue el de la idea, junto al director de eventos Eduardo Gonzales. Ellos crearon Sublimotion, una experiencia gastronómica retadora, que involucra todos los sentidos al máximo y en la que una compleja sucesión de efectos visuales y sonoros crea una fantasía asombrosa. Este es el quinto año de Sublimotion en Ibiza y en esta ocasión Roncero reclutó a otros colegas de altísima categoría: Dani García, Diego Guerrero, Toño Pérez y el estadounidense David Chang. Cada uno, al igual que Roncero, con un par de estrellas Michelin.
El viernes 1 de junio comenzó la temporada de Sublimotion en el Hard Rock Hotel Ibiza. Y se trata de una temporada larga y con mucho trabajo: hasta el 30 de septiembre atienden diariamente a 12 personas (algunos días hay doble turno) en este performance gastronómico en la que trabajan cerca de 30 personas.
Como “un nuevo arte escénico, el primer espectáculo gastronómico del mundo” se describe en la propia web de Sublimotion este concepto que empezó a gestarse en 2012 y se materializó por primera vez en 2014: “Durante esos dos años de intenso trabajo en colaboración con un grupo de profesionales de diferentes sectores, cocineros, diseñadores, ingenieros, ilusionistas, escenógrafos, arquitectos, coreógrafos y guionistas, consiguen fusionar la alta gastronomía y la tecnología más vanguardista, con una puesta en escena sin precedentes”.
También se le conoce como “la cena más cara del mundo”: a 1.650 euros el puesto. Y sobra gente dispuesta a pagarlos. El año pasado lo hicieron 1.500 personas, según los organizadores, y hay que apurarse para reservar.
La mesa mágica
La web describe el evento de una forma un tanto críptica: “Es un espectáculo creado para emocionar los cinco sentidos, un viaje experiencial diferente a cualquier cosa que haya vivido antes… Una inmersión total en el proceso creativo del Chef y su equipo que le transportará a un novedoso y sorprendente escenario. Una experiencia que sólo entenderá al vivirla en primera persona”.
En una nota reciente el diario El País de Madrid aporta un poco más: “¿Cómo sería tomar un gin tonic en un motel de los años 50, una copa de champán en el foso del Teatro Real, rodeado por los músicos; un picnic en pleno Central Park, un tartar de gamba roja en un cabaret o descender al Averno y que en lugar de recibir pinchazos de Lucifer pueda usted pinchar un delicioso bocado de tarantelo de atún? Parece ciencia ficción, pero esto y mucho más es posible en la misma noche y sin moverse de una sala de 70 metros cuadrados”.
Todo ocurre y todo cambia alrededor de los comensales reunidos en la privilegiada mesa y acompañados por una maestra de ceremonias, la actriz Iris Lezcano: telones teatrales, gafas de realidad aumentada, paneles de pantallas, ilusionismo y vinos de la casa Dom Pérignon.