Daniel Gómez (ALN).- Ahora que el jefe de Facebook, Mark Zuckerberg, admitió que debe haber “alguna regulación” para internet, cobra fuerza lo que José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, propuso hace un año: “Es necesaria una Constitución digital para preservar la soberanía de países e individuos”. ¿De verdad lo es? Dos expertos opinan para ALnavío.
La imagen de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, pidiendo perdón a los senadores y congresistas estadounidenses marcará época. Es como si el nuevo sueño americano, el sueño que encarna este joven magnate, desenfadado, astuto y brillante, chocara de bruces contra la realidad.
“No hicimos lo suficiente. Es mi culpa”, dijo este miércoles ante el Senado por el robo de datos que protagonizó Cambridge Analytica. “Es inevitable que deba haber alguna regulación [en internet]”, admitió finalmente este jueves en el Congreso.
Zuckerberg abrió la caja de Pandora. La imposición de normas para regular los datos es un debate que lleva mucho tiempo dándose en el sector tecnológico. José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, la teleco más grande de España y Latinoamérica, ya dijo hace un año que instaurar “una Constitución digital” podría ser una solución.
“Es necesario establecer una Constitución digital o nuevas normas en este ámbito digital para preservar la soberanía de países e individuos”, apuntó Álvarez-Pallete en mayo de 2017 en una conferencia que reseñó la agencia Europa Press.
Como el propio directivo de Telefónica ha dicho en más de una ocasión, “los datos son el nuevo petróleo”. Es un dicho común en el sector tecnológico. Y Álvarez-Pallete, consciente de que la información personal es un tesoro, insiste en que “hay que establecer un código de conducta para estas plataformas y para los individuos que estén en ellas”. Esto lo señaló en otra conferencia en junio, también reseñada por Europa Press.
Aquí surge la pregunta: ¿Todo esto es de verdad necesario? Para Borja Adsuara, consultor, profesor y abogado experto en derecho digital, no.
“No hace falta una Constitución digital. Son cosas declarativas. Lo que es importante es aplicar las leyes actuales. Concretarlas en el nuevo entorno digital. Los derechos existentes ya tendrían que cumplirse sin esperar una nueva declaración”, dijo al diario ALnavío.
Según este experto, lo realmente necesario es la pedagogía. “Hay un refrán español que dice: ‘los árboles no nos dejan ver el bosque’. Yo digo: ‘los árboles tecnológicos nos impiden ver la realidad de los derechos’. Todo esto pasa porque la gente no entiende bien cómo funcionan las redes sociales, las tecnológicas, cómo se financian”.
A Borja Adsuara el escándalo de Facebook le ha molestado. De hecho, en un artículo que publicó en el diario El País afirmó que lo de la red social es de cárcel. Y es que, como señaló a ALnavío, “cuando algún pirata de datos acabe en la cárcel la gente empezará a tomar todo esto más en serio”.
Lo dice porque cuando se destapó el escándalo -que afectó la información privada de 87 millones de personas- todas las sospechas salieron a la palestra. ¿Cómo es posible que Facebook, que sólo ofrece entretenimiento gratuito a los usuarios, ingrese 12.780 millones de dólares al año? ¿Acaso vende información privada a terceros? ¿Acaso lo de Cambridge Analytica fue un robo?
Zuckerberg transparenta Facebook
“No”, respondió rotundo Zuckerberg a todas estas preguntas. Facebook, al igual que otras tecnológicas, no destaca por su transparencia. La información financiera de la empresa deja mucho que desear si se compara con la propia Telefónica. Los indicadores navegan dispersos sobre un océano blanco.
Sin embargo, en estos dos intensos días su fundador, sin la habitual camiseta sino con traje y corbata, se ha visto obligado a aclarar qué está haciendo la empresa para ser más transparente.
Para Zuckerberg, Facebook vive una etapa de cambio. “Durante los 10 o 12 primeros años consideré que nuestra responsabilidad era poner herramientas en las manos de las personas”, recogió el diario The Washington Post.
Mark Zuckerberg: “Los legisladores deben tener cuidado con las reglamentaciones que establezcan”
Tras darle voz a 2.000 millones de personas en el mundo en esta década y media, el desafío de Facebook es la seguridad, que los usuarios se sientan seguros, protegidos de noticias falsas, de piratas informáticos y de la misma red y su complicada política de privacidad. Un documento que supera las 4.000 palabras –además, plagado de links- y que, como dijo Zuckerberg, ya están simplificando.
La crítica más usual que ha afrontado es que llega tarde. Una década tarde. Lo que pasa, detalló, es que “en 2004 no existía tecnología de inteligencia artificial que pudiera analizar el contenido que las personas compartían. Entonces, básicamente teníamos que aplicar nuestras políticas de contenido de forma reactiva”.
Según afirmó Zuckerberg, para finales de 2018 la empresa tendrá más de 20.000 personas trabajando en seguridad y revisión de contenido. Todas ellas, además, apoyadas con herramientas de inteligencia artificial.
En la transparencia, en la simpleza, es algo en lo que insiste, y mucho, Telefónica. La empresa de Álvarez-Pallete, ahora inmersa en una transformación, quiere ser una firma de plataformas en la que los datos jueguen un papel base.
Es el caso de Aura. La llamada cuarta plataforma de Telefónica, un asistente virtual que funciona con inteligencia artificial, se alimenta de los datos de los clientes. Pero como aseguró Irene Gómez Luque, directora de Aura, en una entrevista con ALnavío, siempre de forma sencilla.
“En los casos en los que sea necesario utilizarlos con otros fines, Aura siempre, de forma transparente, va a preguntar al usuario si desea usar esos datos para un determinado servicio”, dijo (Leer más: En Telefónica muere el cliente y nacen las personas).
¿Cuánto regular?
Si para muchos las respuestas de Zuckerberg fueron insuficientes, para los inversores, en cambio, no lo fueron. Desde el martes hasta el momento en el que se escribe esta nota, la cotización se ha incrementado 4,5% y las acciones ya alcanzan los 166 dólares por título. Sin embargo, aún están lejos de los 186 dólares que alcanzó el 16 de marzo, antes de que se descubriera el escándalo de Cambridge Analytica.
No todo entre el abogado Borja Adusara y Facebook son discrepancias. Ambos coinciden en una cosa: la regulación no es la solución. Al menos, no en exceso. “Hay que regular lo menos posible. Si con lo que ya tenemos es suficiente. Las cosas no se arreglan con muchísima regulación. Se arreglan aplicando las normas que ya existen”, dice Adusara.
El discurso de este experto en derecho digital es el mismo que el de Mark Zuckerberg. “Los legisladores deben tener cuidado con las reglamentaciones que establezcan”, apuntó.
El miedo está en que un exceso de normas frene el ánimo emprendedor. Como advirtió el fundador de Facebook, una empresa grande, como es la suya, sí puede sobrevivir en un entorno regulado porque tiene los mecanismos, los abogados y los profesionales para no ver entorpecido su progreso.
Es lo mismo que le ocurriría a Telefónica, que viene al caso por la propuesta de Álvarez-Pallete de la Constitución digital. Esta multinacional no tendría problemas en salvar las trabas burocráticas. Pero, ¿qué le ocurriría a un pequeño o mediano emprendedor?
“Los problemas de Facebook podrían ser algo realmente malo para nosotros si las regulaciones hacen que la publicidad sea más difícil para las pequeñas empresas una vez más”, dijo Joe Haslam, profesor del Instituto de Empresa (IE Business School) y jefe y fundador de la aplicación para reserva de hoteles Hot.