Daniel Gómez (ALN).- Fernando Arellano sobrevivió a un ictus gracias a un sueño: fundar una firma propia de zapatos, un negocio que como reconoce a ALnavío, avanza más lento de lo esperado. No así su recuperación. Uno de los objetivos era disputar un set completo de tenis y ya juega partidos de pádel. “Mientras tenga salud seguiré luchando”, dice a este diario después de recibir la estrella de oro que entrega el Instituto de Excelencia Profesional de España.
Montar negocios, crear industrias, ganar millones. Éxito y reconocimiento. Prestigio e influencia. Nada de esto es importante cuando la salud no acompaña. Fernando Arellano lo sabe bien. Este empresario español sobrevivió a un ictus y a las secuelas. Cinco años de lucha y un sueño que lo mantuvo vivo: triunfar como zapatero (Leer más: Un sueño pudo más que un ataque cerebral para este empresario español).
Arellano, de 45 años, ha pasado toda la vida entre zapatos. Su abuelo fue zapatero, su padre continuó el negocio. Él hizo lo mismo hasta sufrir el ataque cerebral. Perdió el habla y la vista, pero terminó recuperando ambas, además de buena parte de la movilidad del cuerpo. Fue entonces cuando regresó al oficio del zapato y desde octubre de 2017 comercializa una línea de calzado de lujo para mujeres en Fernando Mittelmeer.
Cinco meses después, Arellano hace balance: “El negocio crece despacio, pero tengo paciencia y confianza”, dice al diario ALnavío.
Natural de Elda, Alicante, Arellano pasó el fin de semana en Madrid. El viernes recibió la estrella de oro a la excelencia profesional en el hotel Westin Palace. Un reconocimiento que el Instituto de Excelencia Profesional de España entrega a los empresarios, profesionales e investigadores más reconocidos del país.
Da la casualidad, “la bonita casualidad”, como precisó Arellano, de que el galardón recibido es de oro. Y de oro son todos los zapatos que diseña. Según cuenta una tradición japonesa, cuando se rompe un jarrón, lo reparan con revestimientos de color oro. Lo hacen para enfatizar la belleza de lo que alguna vez fue roto.
Con este detalle, Arellano hace homenaje a su lucha por la supervivencia. El sueño que lo mantiene vivo, la firma de zapatos, no avanza con el brío esperado. Por el contrario, su recuperación cada vez va mejor. Cada vez posee más movilidad, y ya ve más cerca el cumplimiento de otro de sus grandes desafíos: disputar un set de tenis.
“De momento me conformo con el pádel. Poder golpear con la raqueta ya es toda una alegría. Lo que necesito es un compañero que corra por mí, porque todavía estoy un poco cojo”, apunta el zapatero.
Aspira a vender en México
Con el apoyo financiero de Caixabank, Arellano continúa con la firma de calzados de lujo, al tiempo que es copropietario de Spanish Luxury FootWear. A través de ella fabrica los zapatos que vende en internet, y también, de forma física en Alemania y Holanda.
“En pádel necesito un compañero que corra por mí, porque todavía estoy un poco cojo”
Latinoamérica es otro de los mercados deseados por este empresario. Sobre todo, le gusta México. Allí está la boutique de complementos de lujo Palacio del Hierro, donde quiere vender como ya ha hecho con las tiendas europeas Karstadt, Kaufhof y Shoebaloo.
Con la estrella de oro a la excelencia profesional, Arellano recibe un nuevo estímulo, una nueva dosis de confianza para cumplir los objetivos fijados con la línea de calzado. Una causa menor si se compara con su gran lucha. Vencer al ictus y a las secuelas, y es que la depresión después del ataque termina con más vidas que el ataque en sí.
“Mientras tenga salud seguiré luchando”, concluye.