Leticia Núñez (ALN).- Alberto Furmanski defiende, en una entrevista con ALnavío, que los 60 años de democracia ininterrumpida en Colombia la convierten en “el país con la mayor jurisprudencia del área”. Pese al actual conflicto con Gas Natural Fenosa y anteriores disputas con Sacyr, el embajador tiene claro que la relación entre España y Colombia no se verá alterada. “Nos unen muchísimos lazos”, dice.
España es el cuarto inversor internacional en Colombia. En el último lustro ha destinado más de 6.000 millones de dólares (aproximadamente 5.063 millones de euros), solo superada por Estados Unidos, Suiza y Panamá, según datos del Banco de la República. Unas cifras que sirven para comprender la importancia de la inversión española en tierras colombianas. Ahora, el país se encuentra en pleno desarrollo del “plan de infraestructuras más ambicioso de toda América Latina”, según el embajador colombiano en España, Alberto Furmanski, y las empresas españolas “participan activamente”. A su juicio, ni el conflicto con Gas Natural Fenosa ni la demanda que podría presentar Telefónica contra el Estado empañan la relación. En una entrevista con el diario ALnavío, Furmanski asegura que los 60 años de democracia sin interrupción les acreditan como una nación “absolutamente segura” para las firmas extranjeras.
– Cuando Juan Manuel Santos le nombró embajador en Madrid, le habló de que ambos países mantenían “una relación muy especial”. ¿En qué momento se encuentra el vínculo bilateral entre España y Colombia?
– Las relaciones son supremamente profundas. Hay muchísimos lazos que nos unen. España no solo es la madre patria, sino que hemos recibido dos cosas importantísimas: el idioma y la religión. Estamos muy atados. En la práctica, tenemos un intercambio enorme en muchísimos aspectos. Por ejemplo, a nivel académico. Actualmente hay más de 5.000 estudiantes colombianos en España. También hay una enorme colonia colombiana. Ha disminuido un poco a raíz de la crisis, pero consideramos que hay alrededor de 400.000 colombianos en España, de los cuales, probablemente la mitad tiene doble nacionalidad. Esto ayuda a generar un tráfico aéreo tremendo, con más de siete-ocho vuelos diarios entre distintas ciudades de ambos países.
– ¿Y en lo económico?
– Si entramos en la parte económica, la balanza es favorable a Colombia por la inclusión de petróleo y carbón, principalmente. España nos vende unos 1.000 millones de euros (1.185 millones de dólares) en importación y nosotros le vendemos a España alrededor del doble, pero únicamente 200 millones de euros (237 millones de dólares) son productos que generan más economía, el resto son materias primas. Contamos con muchísimas empresas españolas que han invertido allí y se encuentran en todos los campos: tecnología, servicios, hotelería, desarrollo de software… También recibimos una cifra importante de remesas.
– ¿Qué oportunidades ofrece Colombia a las empresas españolas?
– La verdad es que Colombia tiene varios aspectos importantes para un inversionista y para España principalmente. Estamos en un plan muy grande de ampliar infraestructuras, el más ambicioso de toda América Latina, y España tiene un grupo de empresas que trabaja en este sector y que se adapta muy bien al tamaño de las obras que Colombia está realizando. Aquí las empresas españolas participan activamente y obtienen licitaciones permanentemente.
– ¿Hay algún sector en concreto que viva un momento dulce en la actualidad?
– El turismo. A raíz de la firma del acuerdo de paz, el país se ha abierto muchísimo. Hemos ampliado mucho las cifras y España tiene tanto empresas hoteleras como firmas de aviación que están en Colombia. También ha habido colaboración de los principales bufetes de abogados de ambos países, donde se han integrado los más destacados.
“La economía colombiana se va a desarrollar más rápido después del acuerdo de paz”
– ¿Han notado un mayor apetito inversor tras la firma de los acuerdos de paz?
– Creemos que la economía colombiana se va a desarrollar más rápido después del acuerdo de paz. Ya estamos en el postconflicto, y aunque va a durar varios años, permite que el país tenga mayores posibilidades de desarrollo. Obviamente, podemos comenzar con el turismo, puesto que se abre el 50% del territorio que estuvo alejado por cuestiones de inseguridad. Si comienza a desarrollarse, la economía sube, el consumo aumenta y ahí hay más posibilidades. En esto se incluye la Alianza del Pacífico, donde Colombia se ha unido con Chile, Perú y México en un acuerdo múltiple, muy parecido al que tiene la Unión Europea. Abre la posibilidad para que empresas extranjeras se instalen en Colombia con miras al mercado de estos cuatro países. Hay muchas facilidades con este tratado que ayudan a que esto sea factible. Por ejemplo, la libre movilidad de personas, bienes y servicios, y la Bolsa en común. Es un atractivo adicional para las inversiones.
– En ocasiones también han surgido problemas, uno de los más recientes es el que se produjo con Electricaribe. Ahora hay acusaciones de desfalco.
– No diría que las diferencias que hay en el caso de Gas Natural no se tengan que tener en cuenta, pero Gas Natural es una compañía muy grande e importante que cuenta en Colombia con una inversión diferente a la de la distribución de energía, donde hay dificultades. Tiene la distribución de gas en el centro del país. Es una compañía muy rentable, de la cual Gas Natural está muy contento con sus resultados. Tanto, que la ha ampliado, inclusive posteriormente a las diferencias surgidas.
– ¿Cree que este conflicto abre de alguna forma una herida entre dos socios comerciales como Colombia y España?
– Estas diferencias no son entre países, no son entre empresas, es claramente una deficiencia de un servicio público que debe resolverse y que afecta a unos 10 millones de personas. Se está buscando la posibilidad de recuperar este servicio y mejorarlo y ya hay varias opciones sobre la mesa. Sin embargo, Gas Natural es una de las 400 empresas españolas que existen en Colombia y un ejemplo de que no siempre los negocios son positivos. Hay veces que hay descalabro en una empresa y esto no necesariamente causa que se retire del país o que las relaciones de los países se alteren.
– Con el de Gas Natural y en apenas un año, Colombia ha acumulado cinco arbitrajes. La liquidación de Electricaribe hizo saltar todas las alarmas sobre la lotería de la seguridad jurídica en América Latina y la protección a las inversiones extranjeras. ¿Es Colombia un destino seguro para las empresas españolas?
– Absolutamente seguro, tenemos más de 60 años de democracia ininterrumpida y Colombia es reconocida por el nivel de sus instituciones. Somos el país con la mayor jurisprudencia del área. Nuevamente, el tema de Gas Natural o de algunos arbitrajes es tan común en el comercio que si uno hiciera una estadística de diferentes países y empresas todos tienen o han tenido que resolver sus conflictos a través de la utilización de árbitros o de la intervención de terceros.
– También Telefónica estudia demandar a Colombia…
– El caso de Telefónica es diferente. Es una diferencia por la restitución de los activos que ha sucedido en todos los países del hemisferio donde después de unos años de utilización de las redes de comunicación, antenas y equipos se revierten a la nación. En Colombia se postergaron 10 años los contratos, y por ende no hubo necesidad de hacer ese acuerdo de reversión de activos. La empresa y el Ministerio de las Comunicaciones se pusieron de acuerdo en la elección de los árbitros para conciliar esta diferencia y el fallo, que salió la semana pasada, es al que usted hace referencia. Pero no es algo que Telefónica desconociera. Estoy seguro de que habrá recursos para discutir este fallo. El Gobierno es socio de la compañía, con un 23% de la empresa. Son cuestiones que suceden.
– Otro caso, aunque muy distinto, es el de Sacyr. La constructora española mantuvo paralizada una autopista desde 2015. ¿Confía en que ambas partes lleguen a un acuerdo que evite la caducidad del contrato?
– Ya lo hicieron. Sacyr tenía una diferencia en una autopista que iba a construir, lo cual dirimieron en Colombia y el fallo resolvió la diferencia. La constructora española tenía un plazo para presentar unos planos nuevos, que vencía a finales de junio, y la duda que surgió es si este plazo se iba a cumplir o no porque entraría entonces en la caducidad del contrato. Pero Sacyr presentó los trabajos y la concesión ha seguido. Es más, posterior a ese tema, Sacyr ganó otra nueva autopista, adjudicada en julio.
– ¿Han notado una caída de la inversión extranjera a raíz de estas desavenencias?
– No, Colombia ha seguido recibiendo inversión extranjera en los últimos años, cuando ésta disminuyó en general. Sobre todo, porque lo principal que Colombia produce son materias primas. La inversión que recibimos en los últimos años era para exploración y sísmica de petróleo. Aunque el apetito por este tipo de inversiones cayó por su bajo precio, Colombia no ha disminuido el nivel de sus inversiones considerablemente. Con el proceso de paz, sigue siendo un buen destino para las inversiones.
“En este momento hay más de 20 personas interesadas en la Presidencia de la República”
– Dejando a un lado las empresas y mirando hacia la región, América Latina vive un año intenso en citas electorales. En noviembre Chile y Honduras elegirán presidente. En 2018, llegará el turno de Costa Rica, Paraguay, la propia Colombia, México y Brasil. ¿Está la región ante un año decisivo?
– Es tan decisivo como todos los años. No veo que sea diferente a otras épocas, sí creo que ha habido un cambio importante en el último año y medio de gobiernos principalmente de izquierda a gobiernos de centro-derecha.
– En el caso de Colombia, ¿cómo afronta los comicios?
– Colombia tiene una excepción: en este momento hay más de 20 personas interesadas en la Presidencia de la República. Es un abanico enorme, donde tenemos todos los colores y sabores de posibilidades. La contienda electoral está apenas comenzando. Ya veremos qué sucede.
– Por ahora, las proyecciones de crecimiento son muy positivas…
– Tenemos un crecimiento económico por encima del promedio del continente y así nos seguiremos proyectando. Necesitamos crecer un poco más, por eso necesitamos inversión extranjera y mayor turismo. En esas estamos.