Redacción (ALN).- A solo horas de que finalice el Título 42, una herramienta que permitió a Estados Unidos devolver en caliente a miles de migrantes que cruzaban a su territorio, miles de personas se han aventurado a la frontera en búsqueda del llamado «sueño americano». Entre ellos muchos niños migrantes.
Uno de estos miles de niños migrantes es la menor venezolana «Azul», quien habló con la cadena hispana Telemundo sobre las dificultades que vivió en su travesía a Estados Unidos.
«Vi un cuerpo muerto, tenía pedazos intactos y pedazos que no estaban», relató la niña de 8 años a Telemundo.
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Después de semanas de caminar atravesando varios países, Azul y su madre esperan por el fin del Título 42 para cruzar a Estados Unidos. Pero el Gobierno de Joe Biden ha dicho que el cese de la herramienta no significa fronteras abiertas, sino todo lo contrario.
De hecho, el Gobierno acaba de lanzar una campaña publicitaria para persuadir a los migrantes latinoamericanos que huyen de sus países de que no entren en Estados Unidos, mientras la presencia de las patrullas del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) se hacen más visibles en localidades fronterizas como El Paso.
«No hagas caso a lo que dicen los contrabandistas: infórmate sobre el sistema de inmigración de EE.UU.», asegura un mensaje del DHS en su página de Twitter.
EEUU se prepara
Esto no ha sido impedimento para que miles de migrantes se aventuren a tratar de cruzar, algo para lo que Estados Unidos ya se está preparando.
En la localidad fronteriza de El Paso, por ejemplo, se han habilitado 4.500 nuevas camas en previsión de una nueva ola de refugiados.
Asimismo, en varias zonas del centro de El Paso, donde estos días llegó a acampar hasta un millar de migrantes, es palpable la presencia de patrullas de las fuerzas de seguridad del DCH, que no eran visibles hace unos días.
Las familias rotas de lo niños migrantes
En medio del caos en la frontera, Azul también recuerda a su familia. Especialmente a su abuela, a quien no ve hace mucho.
«Pido un milagro, que mi abuelita se pueda venir para Estados Unidos con bien para visitarnos a nosotras», dijo la niña rezando ante las cámaras de Telemundo.
El caso de Azul y su madre es apenas uno, pero como el suyo hay miles justo ahora en la frontera.
Al mismo tiempo, la comunidad de migrantes de Venezuela aún llora a los 8 migrantes muertos en Brownsville, Texas, cuando un conductor los arrolló el pasado domingo cerca de un refugio.
Con información de Efe.