(EFE).- El campo de hielo de Juneau, el mayor de Alaska, está perdiendo hielo a un ritmo acelerado desde 2005 lo que podría llevar a un punto de inflexión irreversible antes de lo pensadoa, según sugiere un nuevo estudio que publica Nature Communations.
Un equipo encabezado por la Universidad de Newcastle (Reino Unido) usó registros históricos, fotografías aéreas, mapas tridimensionales del terreno e imágenes por satélite para reconstruir el comportamiento del campo de hielo de Juneau entre 1770 y 2020.
Los datos indican que la pérdida total de hielo en este periodo, de 250 años, de unos 315 kilómetros cúbicos equivale a algo menos de una cuarta parte del volumen de hielo original.
Las tasas de contracción de la superficie fueron cinco veces más rápidas entre 2015 y 2019 que entre 1979 y 1990, por lo que los autores sugieren que si esta tendencia continúa podría llevar el retroceso glaciar más allá del punto de posible recuperación.
En concreto, observaron una pérdida constante de volumen glaciar a un ritmo aproximado de 0,65 kilómetros cúbicos al año entre 1770 y 1979, que alcanzó aproximadamente 3 km3 por año entre 1970-2010 y luego casi se duplicó hasta 5,9 km3 por año entre 2010-2020.
La aceleración de la pérdida de hielo entre 2010-2020 estuvo acompañada de una tasa de adelgazamiento glaciar 1,9 veces superior a la del periodo 1979-2000 y de una mayor fragmentación de los campos de hielo.
Además, el cien por cien de los glaciares cartografiados en 2019 retrocedieron respecto a su posición en 1770, y 108 han desaparecido por completo.
Las proyecciones publicadas actualmente sobre el campo de hielo de Juneau, que sugieren que la pérdida de volumen de hielo será lineal hasta 2040 y solo se acelerará a partir de 2070, podrían tener que actualizarse para reflejar los procesos detallados en este último estudio.
La pérdida de hielo de glaciares y campos de hielo provocada por el clima contribuye a la subida del nivel del mar, y se prevé que Alaska siga siendo la región que más contribuya a este efecto hasta el año 2100.
Los glaciares de Alaska son especialmente vulnerables a los cambios porque suelen ser de gran altura (con más superficie a mayor altitud) y estar situados en mesetas, con lo que son más propensos a comportamientos umbrales, en los que sobrepasar un punto de inflexión podría provocar una recesión irreversible.
Los autores sugieren que esta reducción del área de acumulación del campo de hielo está contribuyendo a un bucle de retroalimentación positiva, en el que superficies como la roca más oscura quedan expuestas, lo que reduce la reflectividad solar y contribuye aún más a la recesión.
La directora del estudio, Bethan Davies, de la Universidad de Newcastle, consideró “increíblemente preocupante” que esta investigación haya detectado una rápida aceleración desde principios del siglo XXI en el ritmo de pérdida de glaciares en el campo de hielo de Juneau.
«A medida que continúa el adelgazamiento de los glaciares en la meseta de Juneau y el hielo retrocede a niveles más bajos y a un aire más cálido, es probable que los procesos de retroalimentación que esto pone en marcha impidan el rebrote futuro de los glaciares, empujando potencialmente a los glaciares más allá de un punto de inflexión hacia una recesión irreversible.»
Los investigadores creen que es probable que los procesos observados en Juneau afecten a otros campos de hielo similares en Alaska y Canadá, así como en Groenlandia, Noruega y otras zonas del Ártico.