Redacción (ALN).- Grandes volúmenes del pesado crudo de Venezuela se están embarcando a China solo días antes de que entre en vigor un polémico impuesto que podría propinar un impensado golpe a las arcas del país caribeño, que atraviesa por una acuciante y prolongada crisis.
La agencia de noticias Reuters señaló en un reporte que miles de barriles del sancionado petróleo venezolano se están camuflando como exportaciones desde Malasia para llegar a China antes de que este 12 de junio se ponga en marcha un impuesto «ambiental» que pecha duramente las importaciones que hacen refinerías privadas de los crudos pesados y extrapesados vendidos por Irán, Canadá y Venezuela, principalmente.
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«Durante los últimos 12 meses, China compró un estimado de 3.500 millones en petróleo venezolano reetiquetado como combustible de Malasia, según el seguimiento de carga y fuentes de la industria, lo que le da a Caracas un salvavidas vital mientras lidia con una economía en colapso en medio de duras sanciones estadounidenses», dijo Reuters.
El reporte señala que buena parte de este crudo llega a China como «mezcla de betún», un compuesto de crudos pesados similares al alquitrán y combustibles residuales de refinería que no atraen impuestos al consumo como el fuel oil y tampoco están sujetos a las cuotas de China sobre las importaciones de petróleo.
Pero estas operaciones podrían detenerse pronto, cuando entre en vigor el impuesto a los crudos importados.
«Si no logran arreglar el problema, el impacto será catastrófico porque estamos hablando de todo el petróleo venezolano que se está exportando. Salvo la pequeña cantidad que va a Cuba, el resto del petróleo venezolano va prácticamente a China», dijo Francisco Monaldi, analista de política energética latinoamericana de la Universidad de Rice, al diario Miami Herald hace días.