Juan Carlos Zapata (ALN).- El primer cambio será en el terreno de la geopolítica. Unos países saldrán fortalecidos, otros más debilitados. Se nota desde ahora la fragilidad en algunos bloques de poder y en otros el poco interés por el liderazgo. Todo esto asomará con mayor evidencia luego de que pase el coronavirus, aunque nadie sabe cuándo pasará.
“Lo que se está desmoronando a toda velocidad no es sólo la hiperglobalización de las últimas décadas, sino el orden mundial implantado tras el final de la II Guerra Mundial. El virus ha roto un equilibrio imaginario y ha acelerado un proceso de desintegración en marcha desde hace años”.
Así de contundente es John Gray, filósofo político de la London School of Economics. “La pandemia ha acelerado de golpe el cambio geopolítico”, señala en un análisis publicado en principio en New Statesman. El diario El País lo reprodujo este domingo.
Esto que asoma es de una gravedad absoluta para el Medio Oriente y el mundo. Y lo peor es que el colapso puede ocurrir, así los precios “se recuperen algo”, debido a la dependencia de Irán y Arabia Saudita de los ingresos del petróleo.
El profesor John Gray critica la opacidad de China. Pero señala que le está dando vuelta a la imagen que exportó en principio con la manipulación de datos. “En vez de desaprovechar la crisis, el presidente se está sirviendo de ella para incrementar la influencia de su país”.
El poder blando, dicen otros analistas. China está cooperando con otros países con equipos e insumos médicos. Y China ha dicho que ha superado la pandemia. Y, superada esta, se encuentra en mejores condiciones para poner en marcha la economía. Occidente aún no resuelve la crisis sanitaria y bloques de poder como Europa no tienen una línea clara de cómo enfrentar lo que se avecina en materia económica, social y financiera.
“La respuesta de la Unión Europea a la crisis ha revelado sus debilidades esenciales”, apunta Gray. La unidad está en peligro. La llamada solidaridad europea es un discurso hueco. Gray cita el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte quien dijo: “Si Europa no está a la altura de este desafío sin precedentes, toda la estructura europea pierde su razón de ser para la ciudadanía”. Algo parecido han dicho Pedro Sánchez en España y el primer ministro de Portugal, Antonio Costa. Gray nos recuerda una declaración del presidente de Serbia, Aleksander Vucic: La solidaridad europea no existe… Eso era un cuento de hadas. El único país que puede ayudarnos en esta difícil situación es la República Popular China. A los demás, gracias por nada”. El Papa Francisco dijo este Domingo de Resurrección que Europa debe poner sobre la mesa la opción de más solidaridad y menos rivalidad, y justo señaló que haber hecho hincapié en la solidaridad después de la II Guerra Mundial fue lo que hizo posible “superar las rivalidades del pasado”.
Gray pone en duda que la Unión Europea sobreviva, y si lo hace “puede que se parezca al Sacro Imperio Romano en sus años finales, un fantasma que subiste durante generaciones mientras el poder se ejerce en otro lugar”.
Ese lugar puede ser China. Pero también Rusia. Le atribuye a Moscú la oportunidad de aumentar su influencia sobre Europa. “Putin está consolidando la posición de su país como potencia energética”. Y en energía, en gas de manera particular, Europa será más dependiente de Rusia, lo cual hace posible que Moscú use la energía como arma política.
Señala que “al igual que China, Rusia ha entrado en escena para sustituir a la vacilante Unión Europea enviando médicos y equipo a Italia”.
¿Y Estados Unidos?
El profesor Gray apunta que al margen de que Donald Trump conserve o no el poder, “la posición de los Estados Unidos en el mundo ha cambiado de manera irreversible”. De allí la conclusión de que se desmorona el orden mundial que apareció al término de la II Guerra Mundial.
Hay otros autores que refuerzan esta tesis de Gray sobre Europa y EEUU. Por ejemplo, colocan la debilidad del esquema transatlántico. O el poco interés de los Estados Unidos por asumir el liderazgo en esta crisis. Un cargamento de mascarillas llegó a Holanda asociado a la imagen de Huawei, lo cual ya abre una ventana hacia el futuro para esta empresa cuestionada por Estados Unidos. Subida al tren de la cooperación, la crítica hacia China ahora es más difícil. “Por primera vez en su historia, la primera potencia del planeta ha renunciado a encabezar la lucha sanitaria y económica mientras que China responde con una campaña muy agresiva para mejorar su imagen pública”. Esta declaración es de Federico Steinberg del Real Instituto Elcano de Madrid para el suplemento Negocios.
Cambios en Irán y Arabia Saudita
Hay una región donde pueden registrarse cambios y de haberlos, las consecuencias son impredecibles. Gray observa que la caída de los precios del petróleo puede ocasionar cambios en Irán y Arabia Saudita, y un “colapso” en el Golfo Pérsico. Pero el derrumbe no garantiza que “que vaya a traer consigo algo que no sea un largo periodo de caos”. Esto que asoma es de una gravedad absoluta para el Medio Oriente y el mundo. Y lo peor es que el colapso puede ocurrir, así los precios “se recuperen algo”, debido a la dependencia de Irán y Arabia Saudita de los ingresos del petróleo.
Por cierto, Irán ha sido uno de los países más afectados por la pandemia. Y la consecuencia serán 5 millones de desempleados y una caída del PIB de 18,5%. Irán ha solicitado un auxilio al FMI de 5.000 millones de dólares.