María Rodríguez (ALN).- Emilio Saracho, presidente de la entidad, se estrena en el cargo tachando de “culebrón” las acusaciones de fuga de información confidencial y la supuesta querella que estaría preparando un grupo de accionistas mexicanos. Al margen, anuncia una nueva ampliación de capital y no descarta fusiones. Banco Popular celebró este lunes la segunda junta general de accionistas en menos de dos meses. Y lo hizo con polémica incluida. “No puedo parar los rumores”, confesó Emilio Saracho, presidente de la entidad, en respuesta a varias preguntas de los asistentes sobre las acusaciones de filtración de información confidencial, de manipulación del precio de las acciones y de la supuesta querella que estaría preparando un grupo de accionistas mexicanos, según publicó el diario El País.
En su primera intervención como presidente, Saracho señaló que se trata de una noticia sin confirmación y que “no hay manera de hacer una investigación sobre algo que no conozco”. “El señor mexicano tendrá la información, yo no”, recalcó al tiempo que tachó de “culebrón” el asunto, en alusión a otra demanda que presuntamente preparan al menos tres despachos de abogados estadounidenses sobre los cambios en el patrimonio y los resultados de 2016, donde el banco anunció unas pérdidas record de 3.485 millones de euros (3.691 millones de dólares).
Asimismo, desde el Consejo de Administración advirtieron que en estos momentos no tienen evidencias de las acusaciones vertidas sobre la presunta manipulación de las cotizaciones y que, en caso de que les llegasen, “el banco iniciará acciones judiciales”. “Para nosotros es un rumor”, aseguraron y pidieron que, si alguno de los asistentes tenía información al respecto, “por favor, nos la traslade”.
El señor mexicano tendrá la información, yo no”, sentencia Emilio Saracho, presidente del Popular
Según publicó El País, el grupo de accionistas minoritarios mexicanos (sumaría el 4% del capital) estudia presentar en las próximas semanas una querella por filtración de información que habría provocado importantes caídas en la cotización y beneficiado a determinados inversores. En concreto, a un consorcio español presidido por un ciudadano mexicano que “se ha hecho millonario” en este proceso, tal como recoge el rotativo español.
En la ronda de preguntas, un representante de los accionistas minoritarios advirtió que si el Consejo no actúa de oficio para indagar sobre este asunto acudirán a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a través de la Asociación de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec).
Sin embargo, otra representante apuntó que las acciones judiciales de responsabilidad no sirven para este asunto, ya que supondría llevar a la compañía a varios años de litigación. “La solución pasa por una investigación, no por la litigación”, defendió. “Pedimos que se esclarezcan y depuren las responsabilidades en relación a la posible manipulación de la acción. Que tome nota y actúe”, agregó.
“Abocados a ampliar capital”
Al margen de rumores, Saracho constató que la entidad está abocada a ampliar capital para continuar su camino, pero para ello pidió trabajar antes en un “sustrato de confianza”. Asimismo, el presidente de Popular no descartó una fusión: “Es una posibilidad más”. La última ampliación del grupo se produjo en junio de 2016 y captó más de 3.400 millones de euros (3.600 millones de dólares).
Desde Renta 4, sin embargo, veían una nueva ampliación de capital como la última alternativa. Tampoco contemplaban una fusión. “Nunca hemos visto factible que se llevase a cabo sin que el banco previamente haya reconducido su situación. Pero como todo, esto es una cuestión de precio”, señala Nuria Álvarez, analista de Renta 4, al diario ALnavío.
Tras 50 días en el cargo, el nuevo presidente hizo énfasis igualmente en que Popular no ha sido una entidad rescatada: “Ha aguantado la crisis sin ayuda alguna. Ha hecho frente a sus responsabilidades sociales y es solvente en su negocio principal”. Saracho transmitió que “merece la pena luchar por Popular”, que no imagina su desaparición y que “la recuperación solo es posible si hacemos frente a las dificultades de forma rápida, sin excusas ni sentimentalismos”. Pide tiempo para ello, “pero no mucho”.
Al cierre de su intervención, los títulos de Popular, que iniciaron la sesión con una caída del 1,7%, se desplomaban más de un 7% y llegaron a bajar un 9%.
Casi 550 millones de euros en ajustes
El asunto principal de la Junta de este lunes (que acabó pasando a un segundo plano) era comunicar a los accionistas las revisiones en las cuentas del Popular realizadas con posterioridad al cierre contable, de lo que ya se informó a la CNMV hace una semana. Estas revisiones suponen más de 549 millones de euros (581 millones de dólares) en ajustes y el encargado de defenderlas fue Pedro Larena, consejero delegado de la entidad que anunció su dimisión coincidiendo con el anuncio a la CNMV.
La revisión corresponde a cuatro aspectos: las provisiones individualizadas por un importe de 123 millones de euros (130 millones de dólares), la posible insuficiencia de garantías en créditos dudosos tras su adjudicación por otros 160 millones de euros (169 millones de dólares), los ajustes ordinarios de auditoría (61 millones de euros o 64 millones de dólares) y la financiación en ampliación de capital (205 millones de euros estimados o 217 millones de dólares). Los tres primeros tienen impacto en el apartado de reservas por 344 millones de euros (364 millones de dólares) y el último en la deducción de capital.
Según Larena, esta revisión “no implica ningún incumplimiento” de capitales mínimos y “procede de los trabajos rutinarios”. Saracho, por su parte, reconoció que “no estamos orgullosos” de tener que informar sobre ello, pero “volveríamos a actuar de la misma manera”.
Para la analista Nuria Álvarez, estas revisiones ponen de manifiesto que el esfuerzo realizado en 2016 por el grupo no fue suficiente. “En el hecho relevante ya se especificaba que durante el primer semestre de 2017 se iban a realizar provisiones adicionales, lo que lleva a pensar que probablemente la entidad vuelva a entrar en pérdidas al menos en esta primera mitad del año”, apunta al diario Alnavío.
Juego de sillas
Saracho fue nombrado presidente de Banco Popular el 20 de febrero de 2017 en una junta de accionistas extraordinaria, y aunque solo ha pasado un mes y medio desde esa fecha, la situación del grupo se ha complicado. Además del anuncio de modificar las cuentas de 2016 (aprobadas por su antecesor, Ángel Ron), el pasado lunes presentó su dimisión Pedro Larena, consejero delegado hasta la fecha. A priori, el motivo no tiene que ver con dicho hecho relevante sino con la pérdida de competencias tras el nombramiento de Miguel Escrig como director general adjunto a la Presidencia en marzo.
Saracho no descarta que Popular participe en operaciones corporativas: ‘Es una posibilidad más”
Larena reiteró en la junta de accionistas que no continúa en el cargo por motivos estrictamente personales. “Comienza una nueva etapa y pongo mi cargo a disposición del Consejo de Administración”, manifestó antes de agradecer el trato recibido en estos siete meses como consejero delegado.
Cabe recordar que Larena llegó cuando todavía era presidente Ángel Ron. A pesar de que al poco tiempo éste fue sustituido por Saracho, el mercado interpretó, según recuerda la agencia EFE, que su calidad de experto en banca comercial le hacía compatible con la figura del nuevo presidente, cuya labor parecía más enfocada a encontrar una solución corporativa ante los problemas de la entidad.