Juan Lozano (ALN).- La guerra política entre Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe es anormal. Ya supera cualquier vaticinio. Ahora incluye una disputa territorial que ha traído como consecuencia usurpación de funciones públicas, tensión futbolística, alteración del mapa del territorio nacional y hasta la amenaza de una huelga de diputados.
En una determinación sin precedentes a la hora de levantar los paros y movilizaciones regionales en Colombia, el Gobierno nacional, a través de sus negociadores en el Chocó, aceptó incluir entre sus concesiones para que cesara el paro en Quibdó la solución a un problema limítrofe entre dos departamentos. Así lo reconoció públicamente el propio gobernador del Chocó, después de que se profundizó un agudo conflicto entre los departamentos del Chocó y Antioquia por la titularidad de Belén de Bajirá, un pueblo de 16.000 habitantes y 2.000 kilómetros cuadrados, ubicado en la región de Urabá.
Chocó es uno de los departamentos con mayor pobreza en Colombia, mientras que Antioquia es uno de los de mayor riqueza. Chocó es uno de los departamentos con menor representación política a nivel nacional, mientras que Antioquia es uno de los departamentos con mayor representación política. Chocó es uno de los departamentos con menos votantes en Colombia mientras que Antioquia es uno de los departamentos con más votantes.
En el Chocó cerca del 60% de los votos en la última elección presidencial fueron para Juan Manuel Santos. En Antioquia cerca del 60% de los votos fueron contra Juan Manuel Santos. En el Chocó el Gobierno Santos ganó abrumadoramente el plebiscito para refrendar los acuerdos de paz en 2016. En Antioquia lo perdió abrumadoramente.
Chocó es uno de los departamentos con mayor pobreza en Colombia, mientras que Antioquia es uno de los de mayor riqueza
En el proceso de levantamiento del paro que adelantaban los habitantes del Chocó, en el Pacífico colombiano, reclamaban mayor atención y más recursos del Gobierno nacional. Tan pronto como se anunció que se publicaría el mapa oficial incorporando a Belén de Bajirá en territorio chocoano, en Antioquia se generó una masiva indignación y se produjeron los más airados reclamos contra la Administración Santos, encabezados por el propio gobernador del departamento, Luis Pérez Gutiérrez.
“Es inaceptable que en un paro cívico se hagan reformas territoriales arañando un pedazo a un departamento y regalándoselo a otro”, dijo Luis Pérez, al mismo tiempo que elevaba el volumen de sus arengas en defensa de Antioquia y en contra de la decisión gubernamental. Y agregó: “Le están arrebatando a nuestro departamento cerca de 100.000 hectáreas de su territorio… la actuación del Gobierno ha sido sospechosa descuadernando la institucionalidad para levantar el paro y a lo mejor, sin saberlo, para darle gusto a unas bandas ilegales que merodean la zona”.
Los alcaldes de los municipios antioqueños secundaron la propuesta de hacer consultas populares para que los ciudadanos fueran los que emitieran su concepto, mientras en el Chocó se adelantaba un día cívico para celebrar la anexión de los nuevos territorios que, además de Belén de Bajirá, se extienden a los corregimientos de Macondo, Blanquiceth y Nuevo Oriente, en jurisdicciones de Mutatá y Turbo. A medida que fue avanzando la temperatura en la discusión, desde Antioquia se advirtió la posibilidad de suspender en esas poblaciones los servicios de salud, educación, acueducto y recolección de basuras.
Las tensiones llegaron a su punto más alto cuando en la semana anterior, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) publicó el mapa oficial incorporando a Belén de Bajirá en el Chocó. La Asamblea de Antioquia declaró a su director, Juan Antonio Nieto, persona no grata y se le acusó de haber convertido una entidad técnica en juguete del querer político del Gobierno nacional, prestándose para una revancha contra Antioquia por no haber respaldado en ninguna elección reciente al presidente Santos.
El presidente del Congreso, senador Mauricio Lizcano, afirmó en declaración formal que el IGAC estaba usurpando las funciones propias del Congreso y que se había desbordado irregularmente en sus competencias.
El expresidente Álvaro Uribe, antioqueño, senador y jefe de la oposición, se fue lanza en ristre contra la decisión y advirtió que “constituye un precedente de graves fracturas al sentimiento de unidad de la nación por parte del presidente Santos, quien pretende ocultar sus incumplimientos con el Chocó, despojando a Antioquia de parte de su territorio”.
El asunto sigue candente. Ya es un hecho que se preparan las acciones judiciales de nulidad, demandas, tutelas y recursos contra la determinación administrativa y contra el mapa. Por su parte, el Gobierno también prepara su defensa.
Desde el Congreso, al cierre de una legislatura tormentosa en la que se ha erosionado la coalición mayoritaria del Gobierno, la bancada antioqueña amenaza con entrar en paro legislativo. Esto podría dar al traste con iniciativas que son prioritarias para el Gobierno y la mesa directiva, desde su cabeza, insiste en que el Congreso debe asumir las funciones que el IGAC usurpó. El futuro es incierto y está lejos de su punto final.
De la política al fútbol
El fin de semana pasado, el Atlético Nacional, uno de los equipos insignia de los antioqueños, disputaba un importantísimo partido de cara a la final del campeonato colombiano. Noticias Caracol, el noticiero con mayor audiencia en Colombia, había estado emitiendo unos reveladores informes preparados por Catalina Gómez, una de las estrellas del canal, que permitían a los colombianos entender la vida de sus habitantes.
El país se había sensibilizado con Belén de Bajirá. Las barras entusiastas del Nacional en Belén de Bajirá reflejaban, entre otras consideraciones, el sentimiento antioqueño de una amplia mayoría de sus pobladores. Contrastaban con sentidas reflexiones de grupos prochocoanos de alta respetabilidad que invocaban desde la dignidad de su etnia hasta la ley de creación del Chocó en abono a sus teorías. Cuando se emitió el último informe de esa buena serie de Caracol, sabiendo que a esas horas se celebraba con jolgorio, rumba y tragos el resultado del partido, me resultó inevitable experimentar una profunda tristeza de patria.
En el Chocó cerca del 60% de los votos en la última elección presidencial fueron para Santos. En Antioquia cerca del 60% de los votos fueron contra él
Hoy se hace un recuento de las riquezas de Belén de Bajirá. Se ha dicho que en su subsuelo se encuentra oro, níquel, cobre, petróleo… hasta coltán. Líderes de una y otra tolda levantan su voz en esta disputa. El espectro va desde expresiones sensatas hasta las más incendiarias, peligrosas e irresponsables arengas en uno y otro lado.
Pero su gente, la gente de Belén de Bajirá, sigue viviendo en la pobreza, en el abandono, en la marginalidad. En medio de esta disputa que estremece hasta las más poderosas estructuras de la política nacional, los niños desnutridos, las mujeres con hambre, los hombres sin empleo, los ancianos famélicos de Belén de Bajirá muy rápido volvieron a ser parte de un paisaje de inequidades donde prima la agenda del poder y se abandona la agenda de la gente.
Esa la razón de la tristeza. Ojalá tanto alboroto conduzca a que, quede donde quede Belén de Bajirá, sus pobladores puedan tener acceso a oportunidades que les permitan tener una vida digna y feliz. Que dejen de ser invisibles. Que dejen de vivir en el olvido. Que reciban lo que merecen esas gentes buenas y nobles que con el alma limpia permiten todavía que un gol del Nacional les devuelva las esperanzas que el centralismo les ha quitado.