Redacción (ALN).- Todos los movimientos se dirigen hacia un destino común: alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050. Un objetivo ambicioso que requiere el compromiso de todo el planeta.
Políticos, científicos, industria, compañías, la población en general… Todos necesitamos estar concienciados para cumplir con nuestra parte de responsabilidad. He aquí el hallazgo de un reciente estudio publicado en la revista científica ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’: la tasa actual atmosférica de CO2 aumenta 10 veces más rápido que en cualquier otro momento de los últimos 50.000 años.
Un dato muy ilustrativo de lo necesario que es luchar contra estas contaminantes emisiones y el esfuerzo multiplicado que debemos aunar. “Estudiar el pasado nos enseña cómo el hoy es diferente. La tasa de cambio de CO2 actual realmente no tiene precedentes”, argumentaba en un comunicado la autora principal de este estudio, Kathleen Wendt, también profesora asistente en la Facultad de Ciencias de la Tierra, los Océanos y la Atmósfera de la Universidad del estado de Oregón.
Emisiones CO2
La experta agrega: “Nuestra investigación identificó las tasas más rápidas de aumento natural de CO2 jamás observadas en el pasado y la tasa actual, impulsada en gran medida por las emisiones humanas, es 10 veces mayor”.
¿Cómo concluyeron Wendt y su equipo este hallazgo? A través de un análisis químico de hielo antártico antiguo. El hielo que se acumuló en la Antártida durante miles de años incluye antiguos gases atmosféricos atrapados en burbujas de aire (incluyendo el dióxido de carbono, o CO2). A partir de aquí, los científicos han utilizado muestras de ese hielo. ¿Cómo? Gracias a perforaciones de hasta 3,2 kilómetros de profundidad. Se trataba de poder analizar los rastros químicos del pasado y construir registros evolutivos.
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Hacia emisiones cero en 2050
No es la primera investigación en este sentido. Investigadores anteriores estudiaron la última edad de hielo, que terminó hace unos 10.000 años. Encontraron periodos en los que los niveles de CO2 superaron el promedio, pero las mediciones no eran lo suficientemente detalladas, por lo que no ayudaba bien a comprender el comportamiento de CO2 en este tiempo. “Esto despertó nuestro interés”, apunta Wendt. “Queríamos realizar mediciones con mayor detalle para descubrir qué estaba sucediendo”.
Tras el análisis de las muestras recogidas en la Antártida Occidental, el equipo de Wendt identificó que los niveles han fluctuado por causas naturales, pero en los últimos tiempos están aumentando por las emisiones humanas, por lo que más que nunca, hay que seguir mirando hacia 2050 y poner todos los esfuerzos en el objetivo.
Con información de Ambientum