Reinaldo Iturbe (ALN).- El recién electo presidente del Consejo Nacional Electoral, Pedro Calzadilla (identificado abiertamente con el chavismo) prometió auditoría al registro de votantes y hasta revisión de medidas de inhabilitación contra varios dirigentes opositores.
Pedro Calzadilla ofreció una rueda de prensa este martes para informar que el órgano rector se declarará en “sesión permanente” y dijo lo que ya era de conocimiento público: que las elecciones regionales y locales serán conjuntas, tal como había dicho Nicolás Maduro en varias alocuciones.
Calzadilla, duramente criticado por ser una pieza que de manera abierta se identifica con el oficialismo (incluso fue ministro), ofreció mejorar las garantías para los próximos comicios.
El ente comicial aseguró que trabajará en dos puntos clave: la “garantía técnica, amplia e integral del sistema de identificación biométrica y la amplia observación de la comunidad internacional”.
Ese último punto es determinante, pues Calzadilla mencionó a la Unión Europea, Unión Africana y países de América Latina. Quedó por fuera, desde luego, Luis Almagro, quien jugó posición adelantada y desconoció a las autoridades del Poder Electoral, una jugada poco estratégica cuando el adversario parece tener intenciones de negociar y ceder.
La tercera oferta de Calzadilla es la más delicada: revisión de inhabilitaciones a dirigentes opositores.
El CNE no está facultado para revisar todas las inhabilitaciones, pues estas fueron hechas por la Contraloría General de Venezuela, también dominada por Maduro. Sobre este particular, pesarán las negociaciones entre factores. Negociaciones que existen. Públicas. Reconocidas por los involucrados:
Nicolás Maduro se mofó de que Freddy Guevara (Voluntad Popular) se había aproximado a un dirigente chavista (Francisco Torrealba) con el objetivo de buscar mejoras en las condiciones electorales.
Más tarde, Guevara terminó confirmando la “primicia” de Maduro, argumentando que es necesario “destrancar el juego por Venezuela”.
Pero Venezuela, por ahora y pese a los gestos de Maduro, tendrá que esperar mucho más tiempo para que la dirigencia opositora se ponga de acuerdo internamente. Las grietas no dejan de abrirse a lo interno de los partidos. Y en otros, podrían reventar en cualquier momento.
De manera tal que mientras la oposición negocia con el gobierno, la oposición necesita negociar con la oposición, y los dirigentes de los partidos necesitan negociar con sus propios conmilitantes, pues las divisiones en partidos como Primero Justicia son tan grandes, que las agendas personales ya no se esfuerzan por ser disimuladas.