(EFE).- La Policía colombiana aseguró este miércoles que el Clan del Golfo, la mayor banda criminal y narcotraficante del país, trafica 20 toneladas de cocaína de promedio al mes y la envía, por medio de intermediarios y otros cárteles internacionales, a por lo menos 28 países.
El director de la Policía de Colombia, general Jorge Luis Vargas, dio hoy más detalles de la magnitud de esta banda, también denominada Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), tras la captura el pasado 23 de octubre de su jefe, Dario Antonio Úsuga David, alias «Otoniel».
«Se han incautado en el transcurso de estos años de persecución a Otoniel, en el marco de la Operación Osiris, aproximadamente 450 toneladas en Colombia, en aguas internacionales, en Centroamérica, en EE.UU., en Europa y algunas otras cantidades menores en otros países», detalló Vargas en una rueda de prensa.
ATOMIZACIÓN DEL GRUPO
El futuro del Clan del Golfo como organización es incierto tras la captura de su líder, a pesar de que el presidente de Colombia, Iván Duque, aseguró que la caída de Otoniel significaba el fin de la banda.
La influencia del líder era muy grande en toda la estructura y «no había ninguna decisión de tráfico a gran escala que no fuese consultada con Otoniel«, dijo Vargas.
Sin embargo, muchos analistas coinciden en la hipótesis que también evocó hoy el director de la Policía de que «muy seguramente va a haber una atomización» del grupo en zonas.
CONTINUACIÓN DEL NARCOTRÁFICO
En lo que también coinciden muchos analistas es en que a pesar de la captura de Otoniel y su posible extradición a Estados Unidos, el negocio del narcotráfico de esta organización seguirá, ya sea bajo el paraguas unido de las AGC o en varios grupos, debido a que el Clan del Golfo es responsable del 30 % del narcotráfico en Colombia.
El Clan del Golfo, una organización familiar, contaba con nexos con cinco mafias y cárteles internacionales: Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa de México, la mafia calabresa y siciliana en Italia y la de los Balcanes.
Estos eran los aliados para mover la cocaína a otros puntos de América, EE.UU. e incluso Asia, pero también para lavado de dinero y el movimiento de finanzas internacionales.
La banda usaba lanchas rápidas para enviarla a Centroamérica, sobre todo a puntos de redistribución de Panamá (que recibe el 45 % de los envíos), Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Honduras, añadió.
Pero también enviaba a Europa mediante contenedores de vegetales (banano, sobre todo) que llegaban a los puertos de Rotterdam (Holanda) y Amberes (Bélgica), principalmente, pero también de España y de ahí se movían por tierra a los Balcanes, que funciona como centro de redistribución.
«Nos llama especialmente la atención (…) que hay la intención de articular también envíos a Irán, Emiratos Árabes Unidos y China», dijo el general Vargas, con la información obtenida de las incautaciones de computadores, documentos y discos duros a la banda.
En la persecución del Clan del Golfo -que continúa en la Operación Osiris- se han incautado, además de las 450 toneladas de cocaína, más de 50.000 millones de pesos (unos 13,1 millones de dólares), y fincas y casas en varias partes del país.
Otoniel está pendiente de ser extraditado a EE.UU. donde se le requiere en cortes de Nueva York y Florida por cargos relacionados con el narcotráfico, a pesar de que sobre él hay en Colombia 122 órdenes de captura y seis sentencias condenatorias, entre ellas dos de 40 y 50 años de prisión, por homicidio agravado, homicidio en persona protegida, desaparición forzada, desplazamiento forzado y reclutamiento ilícito de menores.