Elizabeth Fuentes (ALN).- Con premios en todo el mundo, más de veinte nuevas empresas y un entusiasmo colectivo por explotar el cacao y convertirlo en riqueza para el país, ‘chocolatiers’ y ‘amateurs’ vuelcan la mirada hacia la tierra y arman alianzas con campesinos, empresarios y organizaciones no gubernamentales para hacer del chocolate venezolano un producto de exportación de alta factura.
Se sabe que el cacao venezolano es el mejor del mundo y que decenas de grandes empresas a escala planetaria lo importan para realizar sus bombones o tabletas, luciendo orgullosos en sus paquetes que el ingrediente principal es cacao de Venezuela. Y si bien en Venezuela se cultiva en 17 estados, la elaboración final del producto -con pocas excepciones, como la marca El Rey– dejaba mucho que desear.
Pero la crisis y el empuje de unos cuantos lograron lo imposible: en una de las competencias más importante del mundo, International Chocolate Awards, las nuevas marcas venezolanas (que ya suman 18) se han llevado medallas de oro, plata y bronce en los últimos cinco años, incluyendo 2017.
Este año, los chocolates venezolanos se llevaron 11 premios en el International Chocolate Awards
Han sido galardonadas en París, en el Festival Sens & Chocolat (2016), y su producción comienza a llenar algunos anaqueles en las ciudades más importantes de Estados Unidos, como ha sido el caso de la marca Chuao Chocolatier, firmada por el chef venezolano Micheal Antonorsi. Este producto se consigue en comercios de la talla de CVS, Target, Whole Foods Market, Plus Plus World Market, Bed Bath and Beyond, así como en los hoteles Omni y W en todo el país.
De hecho, en el International Chocolate Awards 2017, que se acaba de celebrar en Nueva York, Icoa (de chocolates El Rey) ganó por quinta vez como mejor chocolate blanco del mundo, mientras otras tres marcas venezolanas (La Praline, Arcay y Herencia Divina) totalizaron once premios en oro, plata y bronce en esta competencia entre más de cien finalistas. Aunque cabe destacar que la mayoría de estas marcas han estado recibiendo premios en este concurso desde 2013.
La embajadora del chocolate venezolano
Pero cuando se habla del empuje y el estímulo para cultivar cacao venezolano hasta convertirlo en el mejor chocolate, hay que mencionar a María Fernanda Di Giacobbe. Ella es considerada la embajadora venezolana del cacao en las todas ferias internacionales y en algunas universidades tales como Cioccolató, Torino (2011), Eurochocolate (2012), Perugia, Istituto d’Istruzione Superiore V. Crocetti – V. Cerulli (2011-12), Mistura 2013 (Perú) y el Grupo Araya, en Houston.
Di Giacobbe se ganó el año pasado el prestigioso Basque Culinary World Prize, un galardón otorgado a aquellos chefs cuyos proyectos han mejorado la sociedad a través de la gastronomía. El jurado que la premió estaba compuesto por grandes como Ferrán Adrià, Massimo Bottura y la escritora Laura Esquivel, quien dijo al premiarla que se trataba “del paso que puede dar la cocina de ciencia a la cocina de conciencia”.
Luego de 15 años al frente de algunos de los mejores restaurantes de Caracas, Di Giacobbe se fue a Japón y Bélgica a realizar cursos especializados en bombonería, montó la chocolatería KAKAO, escribió dos libros sobre el tema pero, sobre todo, se dedicó a un proyecto, Cacao de Origen.
Con productores de cacao, chocolateros y expertos, viajó a todas las zonas productoras de Venezuela y de allí en adelante se dedicó a enseñar a hacer bombones a más de 1.800 mujeres para sacarlas de la pobreza. Mujeres en situación de exclusión social que ahora tienen un oficio rentable y 1.500 de ellas recibieron un diploma universitario bajo el título de Gerencia de la Industria del Cacao y el Chocolate, otorgado por la prestigiosa Universidad Simón Bolívar.
Y si bien resulta prematuro especular sobre el alcance del trabajo de María Fernanda Di Giacobbe, lo cierto es que ya muchos jóvenes y nuevos emprendedores se han dedicado a la fabricación de chocolatería fina, al extremo de que en Caracas se ha organizado, durante tres años consecutivos, el encuentro Chocolateros emergentes Prêt à Porter, donde han participado más de 13 marcas.
Y el próximo 13 de julio, la Cámara Venezolana Italiana (Cavenit) realizará el Encuentro Nacional Somos cacao Venezuela 2017, dirigido a la actualización de conocimientos e información “para el diseño y puesta en práctica de nuevas estrategias destinadas a favorecer la labor de estos emprendedores, así como el levantamiento de un mapeo nacional de la situación actual de la producción del cacao y la manufactura del chocolate”, como aseguró uno de sus voceros.
Cavenit ha desarrollado desde 2012 un proyecto de emprendimiento social financiado por la Unión Europea para mejorar la calidad de vida de los campesinos de las comunidades cacaoteras y de las mujeres artesanas chocolateras de Barlovento en el estado Miranda.
“Contaremos con la presencia de María Fernanda Di Giacobbe, quien nos contará acerca de la labor al frente de Cacao de Origen y sus laboratorios, también nos dirá cómo ha venido funcionando la escuela del chocolate en Río Caribe -una región del oriente venezolano-, mientras Carlos Solís de Chocolates El Rey, Claudia Franceschi de Chocolates Franceschi, y Anabella Arcay de Arcay Chocolates hablarán de su experiencia. Los más jóvenes estarán representados por Yahve Herrera de Chamos Chocolatier, quien detallará cómo está realizando su trabajo en medio del complicado panorama que vive el país”.
La buena noticia es que este año la Unión Europea volverá a financiar un programa similar que será presentado por Alejandro Marius, director de Cavenit y de la ONG “Trabajo y Persona”, en el evento del 13 de julio. De modo que “buenas noticias y Venezuela” también caben en una misma frase.