Nerea Parada (ALN)- Desde 2000, cuando asumió la presidencia de BBVA, el segundo banco más grande de España, Francisco González ha conseguido situarse a la vanguardia en el uso de la última tecnología en el sector financiero.
Tras más dos décadas al frente del BBVA, Francisco González se va. Se jubila en enero de 2019 al cumplir 75 años. Carlos Torres le sustituirá. “Cuando me vaya, me iré al 100% para que los que vengan tengan libertad absoluta para hacer lo que quieran”, dijo recientemente en una rueda de prensa. Si bien su marcha no es una sorpresa, sí lo fueron sus inicios profesionales.
González estudió economía en la Universidad Complutense de Madrid para especializarse como corredor de Bolsa. Una formación muy específica que nada tuvo que ver con las tareas que desempeñó en su primer trabajo, pues comenzó en la industria informática como programador. Y eso es lo que explica todo lo demás.
Esos inicios profesionales han condicionado la trayectoria del empresario. González quiere que BBVA, que se fundó hace 161 años como banco, se convierta en una tecnológica. “Vamos a ser una plataforma, como Netflix o Amazon”, sentenció en el foro Forbes Summit en 2017.
BBVA ya está dando los primeros pasos de esta revolución. En estos momentos, de los 73 millones de clientes que tiene el banco, 24 millones son clientes digitales y casi 20 millones son clientes móviles. Además, hasta abril de 2018, BBVA vendió casi el doble de unidades por canales digitales que en el mismo periodo en 2017. Con este incremento, las ventas por estos canales superaron 37,5% del total por primera vez.
BBVA, hoy más digital que nunca, realiza esta transformación por supervivencia. Lo asegura el propio González, quien está convencido de que en 20 años apenas quedará una docena de entidades financieras relevantes. Un sector superpoblado en la actualidad, con más de 20.000 empresas operativas.
La transformación que promueve este empresario también es cultural. Quiere atraer talento investigador. Y, por supuesto, talento femenino. “No se puede desaprovechar el 50% del talento de la población”, dijo en una jornada organizada por El Periódico de Catalunya.
Las claves personales y profesionales de González
González acumula un patrimonio de 209 millones de dólares. Una fortuna que bajo sus propias directrices administra un bróker ciego que se encarga de las inversiones, la mayoría hechas en el sector tecnológico.
La suya ha sido una historia de éxito. En 1987 montó su primer gran negocio, FG Inversiones Bursátiles. En pocos años situó la compañía en lo más alto del ranking de sociedades de valores y en la década de los 90, ya como uno de los mayores especialistas de Bolsa en España, vendió FG Inversiones Bursátiles a Merril Lynch, una compañía americana de inversiones, asesoría bancaria, gestión de activos y seguros.
Con la venta de la empresa, los accionistas recibieron unos 26 millones de dólares. Del total, a González le correspondieron 21 millones, y, además, asumió el cargo de consejero asesor de Merril Lynch en Europa.
“Desde el principio implementé una regla muy sencilla: que todo lo que hagamos sea legal, sin buscar atajos”
Movimientos certeros, una desconfianza propia de los gallegos (nació en Chantada, Lugo, en 1944) y el respeto a las compañías que dirigió, han llevado a González a convertirse en uno de los empresarios más respetados de España. Y en el líder de la revolución digital de la banca española.
Basta con comprobar su cartera de inversión: mantiene una participación estratégica en Holvi, una fintech finlandesa que ofrece servicios financieros online a pymes; el banco móvil británico Atom; y Madiva Soluciones, una tecnológica estadounidense, entre otras muchas.
Aunque a nivel mediático su familia ha ocupado un segundo plano, González practica y defiende en lo personal los mismos valores que en lo profesional. Con su mujer, Carmen Ordóñez, tuvo dos hijos, a los que ha animado en el “arte” del emprendimiento.
Sin ir más lejos, su hija, Beatriz González, es un ejemplo de éxito empresarial femenino. Con el Fondo de Inversiones Seaya ha cosechado grandes triunfos con firmas como Cabify y Ticketea.
El periplo de González en BBVA
Rodrigo Rato, ministro de Economía de España en los gobiernos de José María Aznar, fue quien eligió a González como sucesor de Francisco Luzón en la presidencia de Argentaria. En aquella época, el Estado todavía controlaba una cuarta parte del accionariado de la entidad bancaria.
Tan sólo un año más tarde, González anunció la privatización total del grupo. El próximo objetivo cumplido del empresario fue transformar Argentaria en un banco de referencia tanto dentro como fuera de España.
En 1999, dos grandes competidores del grupo, Banco Santander y Banco Central Hispano, capitaneados respectivamente por Emilio Botín y José María Amusátegui, decidieron fusionarse. Siguiendo este camino, González y Emilio Ybarra aunaron fuerzas y sentaron las bases para el nacimiento de BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria).
Ambos asumieron la presidencia compartida de la entidad hasta que, en 2002, Ybarra resultó implicado en un caso de corrupción. Un descubrimiento de cuentas secretas en el paraíso fiscal de Jersey. Inmediatamente, González fue nombrado presidente único de la entidad.
Este acontecimiento marcó profundamente la dirección tomada por González al mando de la entidad. Se volvió implacable contra la corrupción y así lo predicó siempre que pudo. “No cedáis nunca ante una mala práctica. Lo primero son los principios”, dijo el banquero en la apertura del curso académico de los alumnos del Colegio Universitario de Estudios Financieros (Cunef).
“Yo he tenido la suerte de llegar a la banca a los 51 años. Y desde el principio implementé una regla muy sencilla: que todo lo que hagamos sea legal, sin buscar atajos. Segundo: que sea publicable. Y tercero, que sea moralmente aceptable”, agregó.
“El futuro de la banca” por Francisco González
Según el presidente de BBVA, el mundo se encuentra en un periodo de transición a causa del progreso tecnológico. “Estamos a punto de rebasar lo que Herbert Simon predijo, cohabitar el planeta con computadores”, afirmó González a la agencia EFE.
La visión a largo plazo del banquero puede alarmar a más de uno. Pero su intención no es enviar mensajes negativos a las generaciones futuras. Al contrario, los anima a investigar, a adaptarse y a convivir con una transformación imparable del sector.
González sabe que la informática supuso y supondrá un cambio de paradigma. Tecnológico, económico y social. Por ello ha tomado medidas para adaptar el banco al cambio que le acompaña.
Actualmente, BBVA es el banco más digital de España. “Nos estamos acercando a niveles de actuación inteligente, que nos hacen conscientes de que precisamos dotar a las máquinas más sofisticadas de criterio ético”, ha dicho el banquero en más de una ocasión.
Y es que moral y ética han sido los pilares fundamentales de la política de cambio impulsada por BBVA y por el propio González, presidente, padre y visionario del rumbo hacia el que se encamina el sector al que tanto tiempo de su vida ha dedicado: la banca.