Daniel Gómez (ALN).- La semana pasada, Colombia desmanteló la banda de Luis Enrique García. Este personaje, más conocido como “El Chamo”, lideraba una red de trata de mujeres venezolanas en la frontera. Su modus operandi marca un patrón de cómo funcionan los grupos que explotan a los migrantes de Venezuela, advierte InsightCrime. Esto también queda corroborado con los casos de trata descubiertos en España y otros lugares de América.
La trata de personas es una de las principales amenazas a las que se enfrentan los migrantes venezolanos. De 2018 en adelante, se han venido destapando redes ilegales en los caminos de América Latina. Especialmente en la frontera de Venezuela con Colombia, el paso más utilizado por el éxodo.
El pasado 27 de marzo las autoridades colombianas detuvieron a “Los Pep” por delitos de trata de personas y tráfico de migrantes.
“Los Pep”, una banda liderada por Luis Enrique García, alias “El Chamo”, se dedicaba a elaborar documentación falsa a favor de migrantes con problemas legales y con antecedentes judiciales. Contaban incluso con la colaboración de un funcionario de Migración.
La redada policial encontró más de 450 pasaportes y cédulas de ciudadanía falsificados para italianos, alemanes, franceses, argentinos, panameños, ecuatorianos, peruanos, dominicanos y guatemaltecos, con los cuales se pretendía facilitarles el tránsito a otros países.
Pero el principal delito de la banda de “El Chamo” tiene que ver con la explotación sexual de los venezolanos del éxodo, especialmente las mujeres.
Esta mafia operaba principalmente con las migrantes del Zulia, un estado venezolano fronterizo con Colombia. Allí reclutaban mujeres para supuestamente trabajar como camareras en restaurantes, billares, bares y cafeterías con unos salarios bastante atractivos y alojamiento.
Pero esto no era más que un señuelo.
Según la investigación de la Fiscalía, “cuando las víctimas llegaban a Colombia, les ofrecían posada, alimentos y vestuario, pero luego, al parecer las obligaban a ejercer la prostitución para pagar la supuesta deuda adquirida por todos los conceptos”. Deudas que oscilaban entre los nueve y 45 dólares diarios.
Si las chicas, algunas menores de edad, se negaban, eran amenazadas con la deportación. Los mafiosos incluso les decían que iban a publicar fotos suyas desnudas en redes sociales, diciendo además que eran trabajadoras sexuales con enfermedades, añadió la Fiscalía.
Los patrones de las mafias que explotan al éxodo
Este caso está lejos de ser anecdótico.
Un análisis del centro de investigación para el crimen organizado InSight Crime, publicado este martes, afirma que lo ocurrido con la banda de “El Chamo” demuestra “patrones de los métodos utilizados para engañar, capturar y posteriormente explotar a ciudadanos venezolanos”.
En 2019 un equipo de InSightCrime estuvo en el municipio colombiano de Cúcuta, fronterizo con Venezuela, y lo comprobó en primera persona.
Estos corroboraron cómo, por ejemplo, las mafias ofrecieron visas, tarjetas de ciudadanía y permisos de residencia a los migrantes para permanecer en Colombia legalmente. Documentos que exigen las autoridades colombianas, pero que son gratuitos y que se pueden adquirir por internet sin mayor problema. Sin embargo, “los delincuentes aprovechan el desconocimiento y la vulnerabilidad de los venezolanos para venderles permisos falsos”.
Luego está el tema de las redes de trata sexual. En España las redes de tráfico de personas y prostitución han operado de una forma parecida a la banda de “El Chamo”. Primero se aprovechan de las migrantes prometiéndoles ofertas de trabajo y condiciones de vida casi irrechazables para luego chantajearlas y someterlas a la prostitución.
El caso más reciente se produjo en octubre de 2020, cuando la Policía Nacional de España desarticuló una red de explotación sexual dirigida por un matrimonio venezolano.
Estos colocaban en internet ofertas para las venezolanas, conscientes de que lo están pasando mal en su país. Les ofrecían un trabajo como empleada domestica, un hogar, y el pago del vuelo hasta España. Una oferta que terminaba convirtiéndose en una deuda de hasta 4.000 euros que debían pagar trabajando como prostitutas.
“Mediante el uso de la violencia y bajo amenazas de muerte hacia ellas y sus familiares, la organización obligaba a las mujeres a ejercer la prostitución en los pisos que ellos controlaban en la provincia de Albacete. Allí eran sometidas a un duro control, con un régimen severo de multas económicas si desobedecían las directrices establecidas, y eran forzadas a estar disponibles durante las 24 horas del día, incluso durante la primera fase de confinamiento general derivado del estado de alarma establecido por las autoridades gubernativas”, explicó la Policía Nacional.
Cabe recordar que, en España, según el Ministerio del Interior, Venezuela era el tercer país de origen de víctimas explotadas.
Los venezolanos también enfrentan estos riesgos en su país
Otro documento que advierte los riesgos que sufren los migrantes venezolanos fue publicado por el Departamento de Estado de Estados Unidos. En su informe sobre la trata de personas de 2020 documentó todo tipo de violaciones dentro del propio país, con base en informaciones de ONGs.
Advirtió que grupos armados “ilegales explotaron a venezolanos, incluidos niños, en trabajo forzoso en áreas mineras y mujeres y niñas en el tráfico sexual”.
Que los “traficantes sometieron a mujeres y niñas venezolanas, incluidas algunas atraídas desde regiones pobres del interior a Caracas, Maracaibo y la isla de Margarita, al tráfico sexual y al turismo sexual con niños dentro del país”.
Además, los líderes de las redes de trata, “a menudo familiares de las víctimas”, explotan “a los niños venezolanos en trabajos forzados para el servicio doméstico dentro” de Venezuela.