Daniel Gómez (ALN).- La reconstrucción de las zonas afectadas por los huracanes del Atlántico generará contratos para empresas de hasta 600 millones de dólares, según cálculos de la Casa Blanca. Casi 75.000 millones de dólares que supondrían 37% de los 200.000 millones de dólares devastados por la naturaleza.
Hasta las catástrofes tienen un lado positivo. Por fin Estados Unidos toma nota de Puerto Rico y sugerirá liquidar la deuda tras el azote de los huracanes Irma y María. A esto se suma la reconstrucción de las zonas afectadas en el Caribe, Florida y el propio Puerto Rico, así como en Houston, afectado por el ciclón Harvey. Toda esta actividad generaría contratos para empresas de hasta 600 millones de dólares (510 millones de euros), según cálculos de Casa Blanca.
Puerto Rico quedó devastado por el azote de los huracanes. El costo de reparación es inasumible para su economía, desde hace tiempo en bancarrota. No tiene liquidez por un pasivo de casi 74.000 millones de dólares (62.900 millones de euros). Pero la situación puede cambiar. “Van a tener que decirle adiós (a la deuda)”, dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la cadena de televisión Fox News.
El anuncio, dirigido a los acreedores de Wall Street, es esperanzador para las cuentas de Puerto Rico. También lo es la partida que van a solicitar en el Congreso para compensar una parte de los daños. Alrededor de 29.000 millones de dólares (24.600 millones de euros) para paliar parte del costo de la catástrofe: 95.000 millones de dólares (80.000 millones de euros).
Para las empresas afincadas en Puerto Rico también hay esperanza. La agencia de riesgos Risk Management Solutions (RMS), con sede en California, alienta al sector seguros, que estima pérdidas tras la catástrofe de hasta 3.000 millones de dólares (2.500 millones de euros). “La tasa de penetración de seguros es sólo de 60%. Por tanto, una cantidad significativa de daños a la propiedad no estará asegurada, y esto limitará las pérdidas de la industria”, reseña en un informe la firma estadounidense.
Esto no quita que empresas como Mapfre, aseguradora con sede en España y presente en Puerto Rico, padezcan el impacto. La isla es la gran responsable de las pérdidas, entre 150 y 200 millones de euros (entre 177 y 236 millones de dólares), que reflejarán los resultados del tercer trimestre de 2017, también mermados por los terremotos en México. Pero es lo que tiene el negocio. “Nuestro objetivo social es hacer frente a este tipo de catástrofes”, reseña el presidente de Mapfre, Antonio Huertas.
Nunca se podrán compensar los daños del huracán, pero cálculos del Sistema Federal de Procesamiento de Datos de la Casa Blanca permiten vislumbrar un hecho esperanzador: al menos 600 millones de dólares podrán ser recuperados en contratos de reconstrucción y servicios en las regiones devastadas. Un dinero que sumado a la cancelación de la deuda de Puerto Rico supondría un alivio de 37% de los daños totales causados por los huracanes del Atlántico.
Lo que Harvey, Irma y María se llevaron
El balance de Harvey, Irma y María, tres de los huracanes más grandes jamás vistos en el Atlántico, fue devastador para la región caribeña y el sur de Estados Unidos. Se proyectan al menos 168 muertos, zonas e islas totalmente arrasadas y un impacto económico cercano a los 200.000 millones de dólares (170 millones de euros), coinciden en sus análisis agencias como Moody’s y AccuWheather.
Harvey fue el primero en llegar. Del 25 de agosto al 3 de septiembre, un huracán de categoría cuatro con vientos máximos de 210 kilómetros por hora afectó los territorios de Texas y Corpus Christi. La peor tormenta de la historia en Estados Unidos dejó 82 muertos y perjuicios económicos por al menos 100.000 millones de euros.
Al menos 168 muertos, islas totalmente arrasadas y un impacto económico cercano a los 200.000 millones de dólares
A Harvey le siguió Irma. El monstruo del Atlántico, como lo definieron algunos, alcanzó categoría cinco. El huracán era casi tan grande como Francia y generó vientos de hasta 280 kilómetros por hora. El 6 de septiembre llegó al Caribe. Arrasó las islas de Barbuda, y luego las de San Martín y San Bartolomé, frecuentadas por empresarios con negocios en Latinoamérica. Se sintió en La Española, causó graves daños en Puerto Rico y en el norte de Cuba. También en Florida.
Irma desapareció el 11 de septiembre en Georgia. Mientras concretaban el balance de daños, otro monstruo nació en el Atlántico. El huracán María, también de categoría cinco, volvió a arrasar el Caribe pasando por Islas Vírgenes y de nuevo, Puerto Rico, la gran devastada. Si Irma dejó un rastro de 61 muertos y pérdidas de 50.000 millones de dólares, poco si se tiene en cuenta la magnitud del huracán, María acabó con la vida de 25 personas, dejando costos que, según los expertos, fueron similares a los de Irma.