Leticia Núñez (ALN).- La visita de Luis Videgaray, enmarcada en la celebración de los 40 años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y España, se produce en un momento trascendental para el país latinoamericano. El ministro español de Exteriores ya manifestó su disposición a mediar con EEUU. No es una visita meramente protocolaria. El canciller mexicano, Luis Videgaray, el hombre fuerte del presidente Enrique Peña Nieto, visita estos días Madrid. Llega en un momento clave. Justo cuando México intenta ampliar los apoyos internacionales ante la hostilidad que ha mostrado Donald Trump, quien alcanzó la Casa Blanca con la promesa de construir un muro en la frontera con el país latinoamericano.
Videgaray, actual interlocutor de la Presidencia mexicana con la Casa Blanca, aterriza por primera vez en Europa tras varios viajes a Washington. En su primera visita, el 9 de marzo, reafirmó la presión que ejerce EEUU para que el país latinoamericano reciba a inmigrantes indocumentados que no sean mexicanos. “Solo México decidirá quién entra y sale de México”, dijo en un encuentro con periodistas en la capital estadounidense tras reunirse con varios asesores cercanos a Trump.
Videgaray fue el supuesto organizador de la visita que Trump realizó a México el pasado verano como candidato
En la siguiente visita, el 7 de abril, bajó el tono. Transmitió la impresión de que las tensiones que marcaron el inicio de la relación con el Gobierno estadounidense empezaban a disiparse. Videgaray se pronunció como ya lo había hecho en enero cuando aseguró que no podían romper “abruptamente” con EEUU o a principios de febrero en Naciones Unidas, al subrayar las “coincidencias” con su vecino del norte por encima de las “diferencias”.
Una actitud, aparentemente conciliadora, que procede de quien supuestamente organizó la visita que el actual presidente estadounidense realizó a México el pasado verano como candidato. Se da la circunstancia de que Videgaray, como han recordado algunos medios internacionales como Bloomberg o Newsweek, fue elogiado por Trump, quien le describió como una “maravillosa persona”. Fue a raíz de su dimisión y el entonces candidato republicano lo lamentó en Twitter: “México y Estados Unidos habrían hecho grandes acuerdos juntos”.
Dastis manifestó en febrero que España está dispuesta a mediar entre México y EEUU / Flickr: UN Geneva
Ahora, elogios al margen, Videgaray llega a Madrid en una visita enmarcada en la celebración de los 40 años del restablecimiento de las relaciones entre España y México. Su objetivo pasa por conseguir más respaldo, consciente de que la llegada de Trump al poder ha fracturado, pero no roto por completo los lazos diplomáticos entre ambos países. El de España ya lo tiene. El ministro español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, con quien se reunirá el canciller mexicano este miércoles, manifestó en febrero que el Gobierno está dispuesto a mediar para que México y EEUU restablezcan sus buenas relaciones y recuperen “la confianza”. México, por su parte, es quien ha asumido el liderazgo en la crisis de Venezuela.
“España está a la orden”
Un mes después, el 17 de marzo, Dastis trasladó al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que España “está a la orden” de México para apoyarle frente a Trump. Fue en la gira que el jefe de la diplomacia española realizó por varios países latinoamericanos, en la que ofreció su apoyo, pero “sin echar leña al fuego”.
Además, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, había comunicado a Peña Nieto su “apoyo inequívoco” en una conversación telefónica el pasado 1º de febrero y Dastis lo reiteró semanas después a su homólogo Videgaray durante la reunión del G-20 en Bonn (Alemania). En todo caso, según el ministro, España no ha hecho nada que pueda molestar o “llamar la atención” de Washington, consciente de los vínculos que unen a España y México.
De hecho, España es el segundo país inversor en el país latinoamericano después de EEUU, que, según cifras oficiales de México, lidera la Inversión Extranjera Directa (IED) con 35,7% frente a un 13,2%. Además, hoy la nación mexicana es la que más invierte en España de toda América Latina.
Trump no altera los planes de las firmas españolas
Quienes no han temblado frente a las amenazas de Trump han sido las empresas de España con presencia en México. La Cámara Española de Comercio en el país latinoamericano aseguró que el interés por invertir no ha bajado y que incluso es superior a un año antes porque “hay varios concursos públicos en infraestructuras y energía y son proyectos que van a muy largo plazo”.
España es el segundo inversor en México por detrás de Estados Unidos
Aunque miran de reojo los movimientos del mandatario de EEUU, las 5.800 firmas de España presentes en México tienen sus propios planes para 2017. Es el caso de Iberdrola, OHL, Banco Santander y BBVA. En enero Iberdrola anunció la adjudicación a Gamesa de 134 aerogeneradores para dos parques eólicos que construirá en México y que entrarán en funcionamiento en 2019. La compañía que dirige Ignacio Sánchez-Galán, primer productor privado de electricidad en el país mexicano, prevé poner en marcha entre 2016 y 2020 nuevas centrales de ciclo combinado y plantas de cogeneración.
Por su parte, la filial de la empresa española OHL en México, también anunció que en 2017 contempla invertir más de 330 millones de euros (aproximadamente 350 millones de dólares) en diversos proyectos de infraestructura. En un comunicado, la compañía subrayó que “mantiene firme su apuesta y compromiso por México”, un país “con grandes oportunidades de crecimiento, a pesar de la incertidumbre”.
Finalmente, la economía mexicana recibió a finales de 2016 otro espaldarazo después de que Banco Santander anunciara que invertirá 15.000 millones de pesos (casi 700 millones de euros, 749 millones de dólares) en México, su mayor inversión desde que tiene presencia en el país, para modernizar los sistemas y sucursales. Asimismo, el presidente de BBVA, Francisco González, reiteró su confianza en el país latinoamericano con una inversión de 1.425 millones de euros (aproximadamente 1.500 millones de dólares).