Daniel Gómez (ALN).- Para los españoles, aunque haya cinco partidos, las opciones siguen siendo dos. El bloque de izquierda liderado por PSOE y Unidas Podemos. Y el de derecha conformado por el tridente PP-Ciudadanos-Vox. Se evoluciona del bipartidismo a la política de bloques. Así lo hacen ver los partidos. Y en consecuencia, así lo hace ver la prensa en los análisis publicados tras la última ronda de sondeos.
Según las encuestas, el próximo Gobierno en España se decidirá entre cinco formaciones políticas. ¿Fin del bipartidismo? Sí en la forma. No en la práctica.
Como lleva ocurriendo desde 1982 -como ocurrió incluso en las elecciones de 2015 y 2016 en las que los partidos tradicionales captaron más de la mitad de los votos- las opciones para los españoles siguen siendo dos.
La izquierda, que promete distribuir la riqueza, proteger los servicios públicos, y encontrar una salida dialogada para Cataluña. Y la derecha, que ofrece bajar impuestos, acabar con la burocracia y acabar con el independentismo catalán con una intervención inmediata desde Madrid.
Todo esto, a pesar de que existen cinco partidos con opciones de ganar las elecciones generales del 28 de abril. A pesar de que, por primera vez en 37 años y según los sondeos, 50% del apoyo no se repartirá entre el Partido Socialista y el Partido Popular. Y es que, a pesar de todo, las formaciones políticas, y en consecuencia la prensa, simplifican la lucha a un juego de dos.
La prensa tradicional apuesta por los bloques
“La izquierda crece pero aún necesita apoyos para gobernar”, tituló El País este domingo, reseñando los resultados de 40dB. La encuestadora -que entrevistó a 2.000 personas entre lunes y jueves de la semana pasada- indica que el PSOE de Pedro Sánchez ganará con 28,8% del apoyo.
El segundo lugar es para el PP de Pablo Casado. Este apenas recabaría 17,8% de los votos, en el que sería el peor resultado histórico de la formación. Tercer puesto para Ciudadanos, cuyo candidato es Albert Rivera, con 14,1%. Unidas Podemos, liderado por Pablo Iglesias, quedaría cuarto con 13,2%. Y muy cerca tendría a Vox y a su jefe Santiago Abascal, con 12,5%.
Como lleva ocurriendo desde 1982, como ocurrió incluso en las elecciones de 2015 y 2016 en las que los partidos tradicionales captaron más de la mitad de los votos, las opciones para los españoles siguen siendo dos
Con estos números, El País determina que “El panorama de la gobernabilidad continúa siendo complejo. El bloque de izquierdas PSOE-Unidas Podemos-Compromís suma 165 diputados. Son 11 menos de la mayoría absoluta (176 escaños en un Congreso de 350). Los siete parlamentarios que los socialistas ganarían sobre los datos del sondeo de 40dB. para este periódico de hace casi un mes compensan los mismos que se dejaría la alianza que encabeza Pablo Iglesias, y afianzan la ventaja de las izquierdas ante el descenso de populares y Ciudadanos”.
Una lectura parecida ofrece El Mundo. “Ambos bloques podrían quedarse, pues, a falta de muy pocos representantes para la mayoría absoluta. El PSOE tiene más bazas para superar el listón, aunque siempre quedando al albur de fuerzas nacionalistas o independentistas. El bloque de centro y derecha, por su parte, se quedaría sin opciones y a lo más que podría aspirar sería a arañar un diputado más con Coalición Canaria, quedándose así a las puertas de La Moncloa”.
La encuesta de este periódico la elaboró Sigma Dos. 8.000 entrevistas entre el 3 y el 17 de abril determinaron que PSOE ganará con 30,3% del apoyo. Un PP no tan debilitado se pondrá segundo con 20,1%. Tercero Ciudadanos con 15%. Unidas Podemos cuarto con 13,2%. Y quinto Vox con 12,3%.
Con porcentajes parecidos, el patrón del voto se repite en las encuestas compartidas por el resto de medios. También la lectura de los resultados. “La división en la derecha da el Gobierno a Sánchez”, titula La Razón.
“El bloque de centro-derecha sigue teniendo más votos que el PSOE y los populistas juntos, pero la división les castiga de forma evidente, al sumar solo entre 156 y 165 diputados, lejos de los 176 de la mayoría absoluta, que les permitiría formar un Gobierno alternativo al de Pedro Sánchez”, escribe ABC.
Los medios digitales también hablan de bloques
Los medios digitales también siguen esta línea. El Confidencial apunta que “el PSOE ganaría las elecciones del próximo domingo, con bastante holgura sobre el resto de fuerzas, aunque necesitaría apoyos para gobernar. Con Unidas Podemos, Compromís y PNV [Partido Nacionalista Vasco], alcanzaría la mayoría absoluta, aunque muy por los pelos, por lo que en un escenario ligeramente más pesimista para el presidente del Gobierno debería recurrir a los independentistas catalanes para mantenerse en la Moncloa. Las derechas de PP, Ciudadanos y Vox, por su parte, sentarían a 151 diputados, muy lejos de los 176 necesarios para superar la investidura en primera vuelta”.
“El PSOE afianza sus opciones para ganar antes de los debates que podrían marcar el desempate entre bloques”, señala eldiario.es.
El Español añade que “a Sánchez no le bastaría un acuerdo ni con Podemos ni con Ciudadanos; la suma del centro y la derecha, lejos de alcanzar la mayoría absoluta”.
La derecha no quiere saber nada de la izquierda
La prensa habla de bloques. No por capricho, sino porque los propios partidos son los que establecen la agenda. Rivera se mantiene firme con que Ciudadanos no pactará con el PSOE de Sánchez. Al presidente lo define como “un peligro público”. Así lo repite en sus discursos.
Por eso Rivera le tiende la mano a Casado. Que acepte un gobierno en coalición liderado por Ciudadanos. El otro le dice que no. Que al revés. Que sea el PP el que lidere ese pacto. Mientras, ¿qué pasa con Vox?
Sobre la alianza con Vox no se postulan explícitamente. Ni Casado ni Rivera. No obstante, sí que afirman que la alianza de Andalucía, donde las tres derechas se unieron para quitar al PSOE de la comunidad, está marchando bien.
Abascal, por su parte, se ve como ganador. “Nosotros vamos a ver qué quieren ellos para apoyar la investidura de Vox”, declaró este lunes en una entrevista a El Mundo donde afirmó: “Nosotros salimos a ganar, no salimos a ser la muleta de nadie, y nos vemos absolutamente capacitados para gobernar”.
Sánchez ataca a la derecha pero no se posiciona
Gobernar, preferiblemente en solitario, es lo que quiere también el PSOE. Las encuestas colocan a Sánchez en La Moncloa. Pero los socialistas no se fían. No quieren que los votantes se desmovilicen. Temen la decisión de los indecisos (entre 30-40% de los votantes). Por eso tratan de captar el voto desde la derecha hasta la izquierda.
Sobre pactos, Sánchez no dice nada. No cierra ninguna puerta. Pero sí que enfila la mayoría de ataques hacia un bloque: el de la derecha. “El gran reproche que hay que hacerle al PP y a Ciudadano es que no hayan luchado con sus propios argumentos contra los argumentos de la ultraderecha, sino que los hayan abrazado sin rubor. El 28A hay que abrir las puertas al futuro, pero cerrárselas al pasado. Cerrárselas a una ultraderecha que siempre ha existido, pero que no puede influir de la forma en que lo está haciendo en los posicionamientos de los otros dos partidos vinculados a la derecha. Vox no deja de ser una escisión del PP. De hecho, su máximo dirigente viene del PP. Ciudadanos pudo ser otra cosa, pero con su cordón sanitario al PSOE lo que ha decidido es ser la tercera pata de ese banco. Creo que lo van a pagar en las urnas”, dijo Sánchez el pasado miércoles al Diario de Mallorca.
El PSOE carga contra la derecha, contra Vox, PP y Ciudadanos. Se entiende que no buscará el apoyo de Vox. Por las discrepancias históricas con PP, tampoco. ¿Pero con Ciudadanos?
Esa es la pregunta que se hace Iglesias. De hecho, el líder de Unidas Podemos aprovechará los debates que tendrán este lunes y martes, para obligar a Sánchez a posicionarse.
“¿Por qué cada vez que emplazamos al PSOE a que aclare que no hará un acuerdo de gobierno con Ciudadanos, mira para otro lado?”, se preguntó Iglesias este viernes en Burgos. En un mitin en el que también sugirió “presiones de los poderes económicos para empujar al PSOE a pactar con la derecha”.