María Rodríguez (ALN).- El Banco Interamericano de Desarrollo considera que la recuperación de las exportaciones de la región es aún “frágil”. Para consolidarlo, ve necesario “dar un salto en la sofisticación del sector externo”. Es decir, potenciar más las manufacturas de origen industrial frente a los productos primarios.
En 2017 las exportaciones de América Latina y el Caribe retomaron la senda del crecimiento después de las caídas protagonizadas desde 2014. Sin embargo, en 2018 la recuperación de los flujos comerciales aún es “frágil”, según destaca el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un reciente informe titulado ‘El salto de calidad: la sofisticación de las exportaciones como motor del crecimiento’.
En concreto, de enero a junio las exportaciones de Latinoamérica aumentaron 9,7% respecto al mismo periodo del año anterior. En todo 2017 crecieron 12,1% frente al desplome de 14,7% en 2015 y la caída de 3% en 2016. Pero para el BID esta recuperación aún no es suficiente.
¿Cómo enfrentar una “frágil” expansión de las exportaciones en un contexto de “inminente desaceleración de la demanda global”, tal como augura el BID? Este banco multilateral tiene la receta: Hay que dar “un salto en la sofisticación del sector externo”. En otras palabras, la clave está en aumentar la calidad de la canasta de exportación que América Latina ofrece al mundo. Según el BID, la “calidad de las exportaciones de la región es relativamente baja y estable” y se encuentra por debajo del resto del mundo, a excepción de África.
Para el BID, una canasta de exportación es de mayor calidad cuantas más manufacturas de origen industrial incluye
Para el BID, una canasta de exportación es de mayor calidad cuantas más manufacturas de origen industrial incluye en comparación con los productos primarios.
En este sentido, el banco multilateral critica: “Si bien la región cuenta con algunas claras oportunidades de expansión de las exportaciones en el margen cualitativo, a pesar de algunas excepciones, las políticas públicas no han situado esta dimensión en el centro de los esfuerzos de promoción comercial o no han sido lo suficientemente efectivas”.
Pero aún hay más. El BID lamenta que no se haya aprovechado “completamente” el potencial de la integración regional. Y como consecuencia, “las economías latinoamericanas han acumulado un marcado atraso competitivo global y cedieron cuotas del mercado regional a la competencia”, destaca el informe.
Por otro lado, el Banco Interamericano de Desarrollo afirma que en un contexto global de frágil recuperación y de baja competitividad regional, “es necesario priorizar una ambiciosa agenda de políticas que apunte a sostener activamente la incipiente recuperación comercial y a sentar las bases para la transformación cualitativa de la canasta de exportación”.
Para encarar estos retos el BID destaca “el acompañamiento del sector privado”, necesario para “avanzar en un rápido e incisivo proceso de internacionalización”.
En este sentido, el informe apunta que a nivel nacional cada país debería priorizar la construcción de sistemas de infraestructura integrales y eficientes y claramente orientados a la internacionalización.
A nivel regional, la clave está -según el BID- en fortalecer las cadenas de valor regionales. Todo ello para que los flujos comerciales de mayor calidad favorezcan no solamente la diversificación de las exportaciones, sino que contribuyan a aumentar la competitividad de las economías latinoamericanas en el mercado mundial.