Redacción (ALN).- América Latina es la región más golpeada por el coronavirus. También en lo económico. El PIB caerá más de 9% en 2020, según el FMI y la Cepal. Sin embargo, el Banco de España tiene unas proyecciones menos negativas, apuntando una contracción de 8% para este año.
Para el Banco de España la actividad económica de Latinoamérica “se ha visto afectada de manera drástica” por la crisis del coronavirus, pero esta “ha sido mitigada, en parte, por las actuaciones en materia de política económica tomadas por las autoridades nacionales y las instituciones multilaterales”.
Quizá por eso en las proyecciones sobre el PIB latinoamericano presentadas este jueves el Banco de España muestre una visión menos pesimista que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El Banco de España señaló que el PIB de Latinoamérica registrará una caída del 8% en 2020. Esto es un desplome 1,4 puntos inferior al de las proyecciones presentadas por el FMI, y 1,1 puntos más bajo que las estimaciones de la Cepal.
A pesar de esta visión menos negativa, el Banco de España coincide con el FMI y la Cepal en que la caída de América Latina “es notablemente superior a otras regiones emergentes”. También, que tiene por delante un futuro incierto.
“Las perspectivas de crecimiento de la región también se encuentran sujetas a una alta incertidumbre, principalmente ligada a las dudas sobre la evolución futura de la pandemia. En general, predominan los riesgos a la baja, en un contexto en el que las vulnerabilidades preexistentes de la región se podrían ver amplificadas por la persistencia de la crisis”, explican los técnicos del Banco de España.
Como nota positiva está el aguante de la banca. “Los sistemas bancarios de la zona han acusado también el deterioro económico, pero han mostrado un nivel de resistencia notable en esta primera fase de la crisis”.
Banco de España, FMI y Cepal piden reformas
De cara al futuro, el Banco de España recomienda a los países de Latinoamérica establecer una agenda de reformas con la vista puesta en el medio plazo. “Reformas que permitan aumentar la resiliencia de la región y sus capacidades de crecimiento potencial, y favorecer la absorción de los principales desequilibrios macroeconómicos y sociales”.
Coincide en este punto el FMI. En el informe publicado en junio recomendó a Latinoamérica “un compromiso claro con un plan de mediano plazo de consolidación fiscal y reformas estructurales que impulsen el crecimiento será clave para despejar estas inquietudes”.
Por su parte, la Cepal, por medio de su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, también instó a la región a aplicar una agenda reformista.
“La política fiscal activa debe vincular el corto con el mediano y largo plazo, para cambiar el modelo de desarrollo hacia la transformación productiva con sostenibilidad e igualdad”, señaló Bárcena este martes en una conferencia telemática. “Los países deben orientar el gasto público hacia la reactivación y transformación económica fortaleciendo la inversión pública hacia sectores que fomenten el empleo, la paridad de género, la inclusión social, la transformación productiva y una transición igualitaria hacia la sostenibilidad ambiental”.