(EFE).- Ciudadanos, partido liberal que llegó a ser la tercera fuerza en el Congreso español hace cuatro años, renunció este martes a presentarse a las elecciones generales del próximo 23 de julio, tras su debacle en los comicios municipales y regionales del pasado domingo.
El partido no consiguió representación en ninguno de los doce parlamentos en liza y desapareció de las principales ciudades españolas, incluida Madrid, donde tenían la vicealcaldía, y Barcelona, donde nació la formación.
Tras estos resultados, la dirección de Ciudadanos decidió hoy no presentarse a las próximas elecciones generales, aunque no se disuelve como partido, y se dan un margen para iniciar un proceso «de rearme orgánico e intelectual».
Los resultados de las elecciones de este domingo quedan lejos de los que consiguió en mayo de 2019, cuando se convirtió en el tercer partido más votado en España y fue clave para formar gobiernos regionales y ayuntamientos, junto con el PP.
Ciudadanos, que nació en Cataluña en 2006, vivió un gran crecimiento a nivel nacional a partir de 2015; lograron 40 escaños en el Congreso español en las elecciones de diciembre de ese año y, junto con la formación de izquierda Podemos, contribuyó a acabar con el bipartidismo entre socialistas (PSOE) y conservadores (PP) que imperó en la política española durante años.
El partido asumió entonces un papel protagonista en las intensas negociaciones entre los partidos para la formación de gobierno, ya que ni PSOE ni PP consiguieron mayoría suficiente, aunque los conservadores tenían más escaños.
El descalabro de Ciudadanos
Finalmente firmó un acuerdo con los socialistas para una investidura de Pedro Sánchez como jefe del Gobierno, pero no obtuvo el apoyo del Congreso y España volvió a las urnas en junio de 2016.
El partido consiguió su techo electoral en las elecciones generales de abril de 2019, cuando se convirtió en la tercera fuerza del Congreso, con 57 escaños, a solo nueve del PP, que en esos comicios obtuvo sus peores resultados.
En ese momento, el entonces líder de la formación, Albert Rivera, no quiso apoyar al socialista Pedro Sánchez en su investidura como presidente del Gobierno, lo que provocó la convocatoria de nuevas elecciones en diciembre de ese año, en las que Ciudadanos sufrió un gran descalabro, al quedarse con solo diez escaños.
Crisis internas y derrotas
Este fracaso, después de unas expectativas en las incluso aspiraban a ser partido de Gobierno, provocó la dimisión de Rivera y la elección de una nueva líder, Inés Arrimadas.
Pero el partido no remontó y fue acumulando crisis internas y derrotas, a las que se sumó un continuo goteo de militantes destacados que dejaban el partido para sumarse al PP, partido que recoge una parte importante de los votos que pierde Ciudadanos.
Este cúmulo de circunstancia ha llevado a esta formación a la irrelevancia política y ha desembocado en la decisión que han adoptado hoy.