Enrique Vélez (ALN).- El MQ-9 Reaper, usado por EEUU en el ataque en el que mató al general iraní Qassem Suleimani, es un arma temible por lo sigilosa y efectiva. Pero abre nuevamente la discusión entre los grupos pro-defensa de los derechos humanos y los grupos antiterroristas. También entran en el debate los vendedores de armas, así como los defensores de la Segunda Enmienda de la Constitución de EEUU o el derecho constitucional de portar armas para legítima protección y defensa, abanderados por la poderosa organización National Rifle Association (NRA), con unos cinco millones de miembros.
La mayoría de los estadounidenses cree que la guerra con drones ayuda a mantenerlos a salvo. Según datos de Pew Research de mayo de 2015, el 58% de los estadounidenses aprueba el uso de aviones no tripulados en ataques contra presuntos terroristas en países extranjeros.
Independientemente de que nos guste o no el uso militar de los drones, debemos tener en cuenta que estos ya forman parte de las armas de guerra de cuarta generación pues:
-Los drones se están convirtiendo en ejércitos de aviones no tripulados, controlados a distancia, que se utilizan para transportar armas letales de gran precisión.
-El ataque con drones permite la focalización sofisticada, limitando los ataques a objetivos individuales que no pueden ser sometidos a la justicia internacional; sin embargo, generan acusaciones de crímenes de lesa humanidad.
-Los ataques con drones no involucran tropas de primera línea, sometidas al desgaste del combate y el estrés de pensar en ser dadas de baja. Los operadores de drones se mantienen lejos de las zonas de combate, muy bien resguardados y combatiendo con aire acondicionado.
-Existen igualmente consideraciones de carácter moral entre miembros de los equipos operativos, pero muy reducidos traumas físicos o psicológicos de postguerra.
-Los drones permiten el combate con menos víctimas colaterales, lo que hace políticamente menos costoso para las naciones ir a la guerra.
-Estados Unidos tiene la tecnología de drones más avanzada; los drones son su arma principal contra los terroristas desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
-A partir de 2015, los drones estadounidenses habían eliminado a más de 50 líderes de alto rango de Al-Qaeda y talibanes.
Sin embargo, los críticos creen que los ataques con aviones no tripulados estadounidenses han transgredido los estándares legales y éticos globales.
Por un lado, comparten que los ataques con aviones no tripulados son útiles tácticamente, pero creen que pueden ser estratégicamente inconvenientes. Eliminan terroristas individualmente, pero sirven como poderosas herramientas de reclutamiento para organizaciones terroristas al fomentar el sentimiento antinorteamericano.
Consideran que Estados Unidos debería cambiar su política de guerra de drones para que otras naciones no sigan su ejemplo con sus propias políticas de “licencia para matar”.
Históricamente, las eliminaciones selectivas de oponentes en tiempos de guerra habían sido excepciones que requerían justificaciones especiales.
Pero dadas las circunstancias de que el terrorismo representa una amenaza mortal que evoluciona constantemente sin consideraciones de respeto a seres humanos inocentes y personas indefensas, los Estados Unidos consideran que pueden legítimamente desafiar la precisión y restricciones de las leyes anteriores, priorizando sus garantías constitucionales.
Esto se aplica directamente al derecho penal internacional y la vigencia del uso de los drones para la guerra, y está cambiando su forma políticamente correcta de encarar el terrorismo. Están dejando de considerar lo que es la “legítima defensa”, por lo que consideran es “legítima defensa preventiva”, basados en lo que siempre nos enseñaron nuestros ancestros: “Es mejor prevenir que lamentar”.