Daniel Gómez (ALN).- “Creo que el asesinato de este capitán [Rafael Acosta Arévalo] puede contribuir a que la Fuerza Armada se autocuestione la unidad que tiene contra la dictadura”, dice en entrevista con ALnavío la diputada venezolana Tamara Adrián, también conocida por ser la primera parlamentaria transexual de Latinoamérica y activista en favor de las personas LGTBI. De hecho, este es otro de los temas que se aborda en la conversación.
Tamara Adrián es la primera parlamentaria transexual de América Latina. Este lunes estuvo en Madrid como ponente de un foro en el marco de las fiestas del Orgullo. Allí contó su experiencia como diputada en Venezuela, un país en ruinas y en el que los derechos de las personas LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales) brillan por su ausencia. Una ausencia provocada por los más de 20 años que ha durado el chavismo. Por dos décadas en las que no ha habido legislación alguna que apueste por los derechos igualitarios. Así lo piensa Adrián, quien dedica un rato de su tiempo en Madrid para charlar con el diario ALnavío. En la entrevista se aborda la situación del colectivo LGTBI, pero también temas de actualidad. Uno de ellos es la muerte del capitán Rafael Acosta Arévalo, quien falleció tras ser torturado en la Dirección General de Contrainteligencia Militar, un organismo controlado por el régimen de Nicolás Maduro.
– ¿Cómo está Venezuela luego de la muerte del capitán?
– Lo único que no tiene solución es la muerte, y seguir donde estamos es la muerte. Las reuniones que deberíamos continuar teniendo para lograr una salida negociada se suspendieron con la muerte del capitán Acosta.
– ¿Se refiere a las conversaciones en Oslo?
– Sí. Creo que, como en toda guerra, en todo conflicto, siempre hay necesidad de diálogo y de acercamiento. Lo que yo siento es que el cese de la usurpación tiene que ser negociado. Y esto tiene que empezar con una conciencia colectiva para lograr el cambio. Creo que el asesinato de este capitán puede contribuir a que la Fuerza Armada se autocuestione la unidad que tiene contra la dictadura.
– Usted apuesta por la negociación. Una negociación en la que participan todos los actores internacionales, salvo EEUU. ¿Es necesario que se involucre?
– Creo que en este proceso ya EEUU está de cierta forma involucrado. Desde el punto de vista geopolítico se está recrudeciendo un conflicto parecido al de la crisis de los misiles de 1962. El riesgo pudiera ser que, de no generarse presión general, pudiera entonces solucionarse el conflicto entre Vladímir Putin y Donald Trump, pudiera suceder una cosa tan loca como que los rusos se queden en Venezuela, a cambio de que EEUU baje la presión en otros sitios como pudiera ser Siria. A una negociación bilateral entre Putin y Trump por Venezuela le tengo más miedo que a cualquier otra cosa porque corremos el riesgo de que se convierta un proceso ajeno a nosotros.
– ¿Es Venezuela un país homófobo y transfóbico?
– ¿Será que somos más homófobos que Colombia, Brasil, Uruguay, Chile, Argentina, México? Probablemente no. Tenemos raíces culturales similares. Presencia similar de iglesias. Lo que puede cambiar es la ausencia de políticas públicas. Tampoco tenemos evidencia clara porque no hay en la región sondeos de opinión adecuados sobre el grado de homofobia y transfobia. Lo que sí puedo corroborar es que en Venezuela hay más o menos el mismo número de asesinatos, más o menos el mismo número de rechazos. Lo que cambia es la ausencia de políticas públicas.
– ¿Puede dar números?
– Ahora mismo en Venezuela no se puede. Hace tres años sacábamos los datos de pequeños periódicos de provincia que, por su amarillismo, les daban cabida a los temas de homofobia y transfobia, desde un trato, además, homofóbico y transfóbico, tratando a la persona trans por el masculino y cosas así. En los últimos tres años han desaparecido 90 medios escritos, entre ellos uno que usábamos mucho que es el diario Panorama de Maracaibo, que, por cierto, era el más antiguo de Venezuela. Ante esta ausencia de medios mi respuesta a la pregunta es: no sé. Lo que sí sé es que hace cuatro años hicimos un informe que demostraba 35 asesinatos en el año.
– ¿Es el chavismo homófobo y transfóbico?
– Es significativo que el chavismo-madurismo nunca haya enfrentado el tema de derechos iguales para la población LGBTI. Es harto significativo que no haya leyes contra la discriminación, aspectos de bullying escolar, reconocimiento del matrimonio igualitario, y el derecho a la identidad de las personas trans. Esto es común en toda la región salvo en Centroamérica, Paraguay y Perú en algunos aspectos. ¿Por qué? La respuesta tiene que ver con el régimen político. Ante la ausencia de legislación que vive Venezuela, la responsabilidad va directamente a la acción u omisión del Estado. En el contexto de Venezuela, en los últimos 20 años, a pesar de la propaganda, no ha habido ninguna acción efectiva.
– ¿Por qué dice lo de la propaganda?
– Son cosas que no se pueden atribuir directamente a Hugo Chávez ni a Nicolás Maduro. En el pasado había ciertos grupos que se autodefinían LGBTI a comienzos de los años 2000. Tenían eslóganes que decían que esto sólo es posible en revolución, que sólo en revolución tenemos iguales derechos… Esto tenía sentido cuando no había países en la región con derechos iguales. Pero cuando en 2010 la región empieza a evolucionar de manera dramática, se siente mucho más la inacción del régimen.