Leticia Núñez (ALN).- Un estudio elaborado por el IE Business School revela que sólo 1% de las compañías españolas tiene pensado reducir las inversiones en Latinoamérica. Aunque la región está lejos de repetir las cifras de crecimiento de las que gozó en el boom de las materias primas, las compañías españolas apuestan fuerte por países como México, Colombia y Perú. Además, valoran positivamente la apertura emprendida por Mauricio Macri en Argentina. La excepción es Venezuela. Es la única nación de América Latina donde prevén bajar la inversión este año.
América Latina ya no es la tabla de salvación a la que se agarraron muchas empresas españolas en plena crisis. Es algo más. Es el complemento perfecto para conseguir que un negocio crezca. Así lo reflejan los planes inversores de muchas compañías de España en 2018. Y es que 75% de las firmas tiene previsto invertir más en la región este año, un porcentaje que asciende hasta 82% si solamente se tiene en cuenta a las pymes.
Son datos del XI Informe “Panorama de la Inversión Española en Iberoamérica”, elaborado por el IE Business School y presentado este jueves en la Casa de América en Madrid. El estudio, basado en la tendencia inversora de 105 empresas tanto cotizadas como pymes, también señala que 25% de las compañías piensa mantener el negocio en Latinoamérica en los niveles actuales y sólo 1% lo reducirá.
De ahí la reflexión del profesor Juan Carlos Martínez Lázaro, autor del informe: “Como venimos insistiendo, las empresas españolas hace tiempo que ven sus negocios iberoamericanos como algo inherente a su estrategia, por lo que no tienen pensado desatenderlos por mucho que mejore el mercado nacional”.
Sólo 18% de las empresas españolas piensa que el entorno económico global afectará negativamente a la región
Las cifras de inversión son similares a las que arrojó la décima edición del estudio, presentada en 2017. Sin embargo, el contexto económico ha variado significativamente. Hace justo un año, las perspectivas se revelaban sombrías. Las materias primas, “que tanta prosperidad habían generado a muchos países de América Latina durante una década”, según Martínez Lázaro, se cotizaban a precios muy inferiores a los que habían mantenido hasta 2014.
A ello se sumó la reducción del crecimiento y el consiguiente resurgir de “desequilibrios que parecían dormidos, como los déficits fiscales y comerciales y la tan temida inflación”. Y por si fuera poco, la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos desató toda suerte de temores. Algunos, dice el profesor del IE, de “carácter intangible”, como las políticas proteccionistas que Trump parecía dispuesto a aplicar especialmente contra México. Y otros, “muy reales”, como la fuerte apreciación que estaba experimentando el dólar.
Sin embargo, 12 meses después Latinoamérica presenta unas condiciones esperanzadoras. Así lo auguran distintos organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Banco Mundial. Todos coinciden en que 2018 será el año del crecimiento en la región. Las previsiones van desde 1,9% hasta 2,2%.
Una mejoría que también perciben las empresas españolas. De hecho, este año sólo 18% de ellas cree que el entorno económico global afectará negativamente a la región, frente a 50% de 2017. Por ello, tienen pensado invertir o mantener el nivel de inversión en todos los países de América Latina. Con una excepción: Venezuela. Vuelve a ser la economía con peores perspectivas, debido a la crisis política, económica y social que ha provocado el régimen de Nicolás Maduro.
Perú es el país donde las firmas consultadas por el IE piensan que la situación económica será más favorable en 2018, seguido de Chile, Colombia y México, que gana posiciones respecto a 2017, algo acorde con las previsiones del FMI, que sitúa el crecimiento de la nación azteca en 2,3%.
Respecto a México, quedan pendientes por resolverse las dudas sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). La séptima ronda de negociaciones entre el país latinoamericano, Estados Unidos y Canadá comenzó el pasado domingo.
Espaldarazo a las políticas de Macri
La percepción de Argentina también mejora. Según el estudio, “pese a lo difícil que está siendo la estabilización económica, se valora muy positivamente el camino de apertura emprendido por el gobierno de Mauricio Macri”. Asimismo, Brasil se estabiliza, gracias al repunte económico tras dos años de recesión.
“Se valora muy positivamente el camino de apertura emprendido por el gobierno de Mauricio Macri”
De ahí que Martínez Lázaro subraye que 2017 terminó siendo un año sobre el cual construir una base de crecimiento más sólida. Un camino por el que la región parece haberse enfilado. No obstante, el estudio también indica que, aunque la situación mejorará sustancialmente en 2018, la región está lejos de repetir las cifras de crecimiento de las que gozó en el boom de las materias primas.
Mientras, Cuba, que de acuerdo con el informe había “despertado grandes esperanzas de apertura hace un par de años”, se estanca ante la falta de reformas efectivas.
México, donde más empresas españolas prevén invertir
En consonancia con las percepciones sobre la evolución económica, el mercado en el que más empresas españolas piensan invertir en 2018 es México, seguido de Colombia, Perú, Chile, Argentina, Brasil y República Dominicana. Unos planes en los que, nuevamente, no figura Venezuela.
Inversiones que, según el estudio, se canalizarán en casi 60% mediante crecimiento orgánico, frente a 40% que lo combinarán con adquisiciones de otras compañías.
Por el contrario, la principal amenaza que perciben los inversores españoles, especialmente en México y Colombia, es el tipo de cambio. No obstante, observan que el riesgo es menor que en 2017. Lo que no ha disminuido es la inseguridad ciudadana, cada vez más presente tanto en México como en Centroamérica, de acuerdo con el IE.
Finalmente, el informe destaca que la presencia de multinacionales y grandes empresas españolas en Iberoamérica se mantuvo “muy estable” en 2017 a pesar de algunas salidas como la de Gas Natural Fenosa en Colombia (el gobierno de Juan Manuel Santos liquidó su filial Electricaribe) y la de BBVA en Chile, que vendió su negocio al canadiense Scotiabank por 2.200 millones de dólares.