Daniel Gómez (ALN).- Según el Pew Research Center, hay un significativo número de personas dispuestas a ser gobernadas por un líder fuerte o un sistema militar. Una tendencia definida como no democrática y que en el informe lidera América Latina. El 24% de los encuestados en la región es proclive a ello cuando la media global es de 13%.
Está en auge el populismo, la proliferación de líderes autócratas. También hay estudios que alertan sobre recesiones democráticas mundiales. Recesiones que afectarán incluso a democracias consolidadas. Todo esto produce “ansiedad”, dice el Pew Research Center, uno de los think tanks más prestigiosos del planeta.
Con el fin de calmar los ánimos, el organismo con sede en Washington preguntó a 41.953 personas de 38 países del mundo sobre tendencias y actitudes democráticas. Los resultados globales sosiegan este mar de incertidumbre: existe un amplio apoyo para la democracia representativa y directa en todo el mundo. Pero hay datos preocupantes. Es significativo el número de personas que dicen estar dispuestas a que las gobierne un líder fuerte o un sistema militar. Una tendencia definida como no democrática y que en el informe lidera América Latina.
El 24% de los ciudadanos de la región es proclive a gobiernos no democráticos. El dato supera por varios puntos a África (16%) y Oriente Próximo (13%). Causa de ello es una insatisfacción generalizada por el actual rumbo de la democracia en los países representados en el informe: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Venezuela. Según la encuesta, el 73% de los ciudadanos latinoamericanos se siente disgustado con la democracia en su país.
Sin embargo, llama la atención que los más proclives a gobiernos no democráticos sean aquellos países de América Latina con un sistema, a priori, sólido. El ejemplo más gráfico es el de Perú. La nación acumula 100 meses seguidos de crecimiento económico y un periodo histórico de estabilidad política con cuatro gobiernos democráticos sucesivos. Aun así, Perú es el país latinoamericano que más se inclina hacia sistemas autoritarios. De hecho, sobre un prisma global, sólo los tunecinos, con un 32% de aceptación, están más convencidos de esta opción que los peruanos (28%).
Falta de calidad institucional
Entre las posibles explicaciones se encuentra la falta de calidad institucional. Dice la agencia de calificación estadounidense Moody’s que la efectividad del Estado y el control de la corrupción funcionan de manera “deficiente” en Latinoamérica, incluso peor que en África subsahariana.
Moody’s, que publicó este informe en septiembre de 2017, advirtió que la trama de corrupción protagonizada por Odebrecht puso al desnudo “las debilidades institucionales de algunos países latinoamericanos”. Países donde la clase política ha sido duramente zarandeada como es el caso de Perú (con tres expresidentes salpicados), y como es el caso de seis de los siete países encuestados por el Pew Research Center.
No hay que olvidar que los latinoamericanos siguen prefiriendo la democracia
Y es que sólo Chile se salva del escándalo de los sobornos de Odebrecht, y, aun así, presenta un alto índice de aceptación de gobiernos no democráticos.
En Chile, el 24% de los ciudadanos está a favor de este sistema de gobierno. En línea con la media latinoamericana y 11 puntos por encima de la media global. El régimen militar de Augusto Pinochet parece seguir teniendo adeptos casi tres décadas después. Hoy, según el Pew Research Center, el 27% de los chilenos vería con buenos ojos un gobierno regido por militares.
Dentro de los gobiernos no democráticos, los ciudadanos de América Latina se inclinan por un sistema militar frente a uno autocrático. Así lo señala el 31% de los encuestados. Son 12 puntos por encima de la media global. Mientras, un 17% considera positivo un modelo mesiánico.
Preferencia por la democracia directa
Al margen de estos datos y de la “ansiedad” reseñada por el Pew Research Center, no hay que olvidar que la democracia sigue imperando dentro de las tendencias de los latinoamericanos. Democracia normalmente representada a través del modelo parlamentario, el cual cuenta con el respaldo de 58% de la ciudadanía, más proclive a potenciar los modelos de democracia directa.
El 62% de los latinoamericanos quiere votar directamente sobre los asuntos nacionales. Un sistema que, según juristas expertos en la materia, es efectivo en regiones pequeñas. Y el ejemplo es Suiza, donde el pueblo es convocado a las urnas con mucha regularidad para aclarar temas específicos.