(EFE).- Las aves son un “termómetro” de la salud de los ecosistemas, y desde hace tiempo nos están advirtiendo de que algo falla. El 49 % de las 11.000 especies de ave que hay en el mundo están en declive, según el último informe que ha estudiado el estado de estos animales a nivel global.
La expansión de la agricultura, la tala de árboles, las especies invasoras o la caza -especialmente la furtiva-, así como el cambio climático o el desarrollo urbano, son algunas de las principales amenazas, según los datos que maneja la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife). Esta organización, que elabora el Libro Rojo de las Aves, lamenta que en este país el 56 % de las aves evaluadas presenta problemas de conservación y el 25 % (90 especies) de la avifauna española se encuentra amenazada e incluida en categorías de riesgo de extinción según las clasificaciones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Las más afectadas en Europa son las aves agrícolas, seguidas de las comunes y de las forestales. Estas últimas también ha sufrido una caída en sus poblaciones pero algo menor que las dos anteriores categorías de aves. En total, todas ellas han disminuido a lo largo de las últimas tres décadas en un 12 %, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Esta entidad estima “poco probable” que el declive de las poblaciones de aves comunes pueda invertirse de aquí a 2030 y afirma que, para que las poblaciones se recuperen, “los Estados miembros deben aumentar significativamente la aplicación de las políticas existentes y establecer nuevos objetivos y medidas adecuados de conservación y restauración”.
Aves y calidad de vida
Desde SEO/BirdLife inciden en que las poblaciones de aves y la conservación de las especies es una manera de medir no sólo el estado de los ecosistemas sino también del bienestar de la población. Así lo refleja el hecho de que la UE incluya el Índice de Aves Comunes entre los indicadores que emplea Eurostat para calcular el desarrollo sostenible en los diferentes países.
“Liderar y garantizar la conservación de la naturaleza, el único patrimonio que nos asegura nuestra supervivencia con salud y calidad de vida, debe ser el objetivo desde Europa”, señala la directora de esta organización, Asunción Ruiz, para quien se trata de un momento “crucial”.
“En SEO/BirdLife llevamos 70 años estudiando y observando a las aves desde el rigor científico; y los datos de la evolución de sus poblaciones no son buenos. Son el termómetro de salud del planeta. Si a ellas nos les va bien, a la humanidad tampoco”, agrega en declaraciones a EFEverde.com.
“La sociedad necesita información veraz y contrastada para entender la emergencia de poner la naturaleza en el centro de todas las políticas. Sobran evidencias. Necesitamos mirar al cielo y ver aves, porque sin ellas nuestras vidas están en el aire”, concluye.
El declive poblacional de las aves no se da de la misma forma en un continente o en otro, pero las dinámicas de la globalización contribuyen a que las responsabilidades sean de alguna manera compartidas. SEO/BirdLife argumenta que “el 33% de los impactos sobre la biodiversidad en América del Sur y el 26% en África son propiciados por el consumo en otras partes del mundo”.
Desde esta organización sostienen que este descenso en las especies de aves a nivel mundial se debe especialmente a la expansión e intensificación de la agricultura (que afecta a un 73% de las especies amenazadas), seguida de la tala de árboles (que impacta sobre un 50%), las especies exóticas invasoras y otras especies problemáticas (un 40%), la caza, “fundamentalmente la ilegal” (un 38%), el cambio climático, (de momento, un 34%) y el desarrollo urbano (un 27%).
Especies comunes en nuestros campos de cultivo hace 20 años como la alondra, la calandria o la codorniz ostentan declives poblacionales significativos. La progresiva transformación e intensificación de la agricultura, basada en un modelo de producción y consumo cortoplacista esta afectando gravemente al medio que nos da de comer.
Otro grupo de aves que se encuentra en declive son las urbanas, por ejemplo, las poblaciones de gorrión común han descendido casi un 20%. Esto nos indica el estado en el que se encuentran las ciudades, donde viene más de la mitad de la población mundial. Es urgente conservar la biodiversidad para garantizar ciudades saludables y resilientes al cambio climático, ha subrayado el director de Desarrollo Institucional de SEO/BirdLife, Ramón Martí.
Relación entre humanos y aves
Además de ser parte del Patrimonio Natural y “una pieza clave en el mantenimiento de todos los ecosistemas donde viven”, SEO/BirdLife subraya los beneficios que aportan a los humanos: “servicios de regulación, culturales, de apoyo y de aprovisionamiento”.
Las aves, insisten, son dispersoras de semillas, especialmente de árboles y arbustos. “Algunos de nuestros bosques no serían lo que son hoy día sin la ayuda de la dispersión de los frutos de los árboles a larga distancia. Gracias al paso por el tracto digestivo de las aves muchas semillas de arbustos son capaces de germinar mejor, ofreciéndonos luego ricos frutos como moras o frambuesas silvestres”, explican.
Un conocido dispersor de semillas en los bosques españoles es el del arrendajo, que puede llegar a enterrar entre tres mil y siete mil bellotas en un solo año.
También, como depredadores en los ecosistemas, son aliadas en el control de poblaciones de posibles vectores de plagas y enfermedades. “Los casos más evidentes son las rapaces que durante la época reproductora se alimentan de grandes cantidades de roedores que afectan a los cultivos agrícolas, pero hay otros ejemplos de aves que son grandes “cazadoras” pero de insectos, como son los aviones, golondrinas y vencejos que consumen millones de moscas y mosquitos, evitando que supongan un problema de salubridad y que nos piquen”, precisa SEO/BirdLife.
Un cuco gigante para sensibilizar
Los expertos en ornitología apuntan, además, el ejemplo de pequeños páridos como carboneros y herrerillos, “unos magníficos controladores de las plagas que asolan los cultivos leñosos como las vides o el manzano de sidra, donde se alimentan de los insectos que suponen una plaga para estos cultivos, controlando su propagación”.
Para concienciar sobre este problema SEO-Birdlife ha lanzado hoy una campaña en diversas ciudades que ha comenzado hoy en la céntrica Plaza del Callao de Madrid , donde un cuco gigane alerta del declive poblacional de la avifauna , en el marco de una iniciativa de sensibilización que cuenta con el apoy de EFEverde.com de la Agencia EFE.
Cuco News, como se denomina la iniciativa, va a estar presente desde hoy, y durante una semana en casi todo el territorio español en marquesinas y mupis digitales de Madrid, Zaragoza, Santander, Sevilla, Valencia, Bilbao, Vitoria, Oviedo y Donostia.
La campaña que pone en valor la información como herramienta indispensable para la concienciación a través de un ave (el cuco) que nos alerta del estado de salud del planeta con un mensaje claro: El 49 % de las especies de aves están disminuyendo.