(EFE).- El 2022 marcó un drama para los venezolanos que tuvieron que abandonar su país de manera masiva y quedaron varados en ciudades mexicanas como Tapachula, en el sureño estado de Chiapas, y en la norteña Ciudad Juárez, en su deseo por llegar a Estados Unidos.
El incremento en el flujo de inmigrantes venezolanos, de acuerdo con autoridades, se incrementó casi cuatro veces este año por lo que el pasado 12 de octubre Estados Unidos anunció permisos humanitarios para los ciudadanos de Venezuela que llegaran por aire y que tuvieran un patrocinador en el país.
TRAVESÍA DESDE EL SUR
Jefferson José Medina es un migrante venezolano varado en Tapachula que ha intentado de todo. Salió en la última caravana con destino al norte de México, pero fue regresado por la autoridad migratoria.
Desde hace tres meses viaja desde Venezuela y aunque ha intentado sacar sus documentos para poder transitar por México, no ha tenido suerte.
“La mayoría de los venezolanos estamos varados en Tapachula, esperando respuesta de los jueces en Estados Unidos para seguir caminando”, afirmó.
Adrián Méndez, otro migrante venezolano, señaló que es triste permanecer en México sin dinero y sin saber qué será de su futuro.
“Los hijos, aquí tirados en el suelo, no tenemos plata para comprar, no sabemos qué vamos hacer, si vamos a continuar o permanecer en Tapachula”, lamentó.
Los venezolanos tenían la esperanza de que el pasado 21 de diciembre terminara el Título 42, una normativa sanitaria aprobada por la Administración de Donald Trump por la pandemia y que implica su deportación inmediata, pero el martes el Supremo ordenó mantenerla de forma cautelar, lo que les ha quitado las ilusiones de albergarse en Estados Unidos.
El director del Centro de Dignificación Humana (CDH), Luis Rey García Villagrán, remarcó que 2022 fue un año terrible para la migración, “porque aumentó un 300 %”.
“A pesar de todo lo que diga la política migratoria de Estados Unidos, los migrantes venezolanos siguen pasando a cuenta gotas. El trayecto en México se ha vuelto un verdadero viacrucis para la población venezolana”, afirmó.
CIUDAD JUÁREZ EN CRISIS MIGRATORIA
La norteña Ciudad Juárez es uno de los principales puntos de la frontera mexicana que recibe a los venezolanos expulsados de Estados Unidos que han sufrido el maltrato de las autoridades y las inclemencias del tiempo.
Erick Urribarri, tiene ocho días en esta entidad y afirmó que solo ha pasado sufrimiento durante su estancia, aún así, dijo, seguirá esperando para llegar a Estados Unidos.
“Autoridades nos extorsionan, nos quitan nuestro dinero, hemos sufrido aquí en México. Voy a esperar lo que sea necesario para poder cruzar a Estados Unidos».
Otro caso es el de Diego Flores quien aseguró que también ha sido víctima de las autoridades mexicanas y de las condiciones climáticas.
“Las autoridades nos quitan el dinero. También ha sido difícil el frío, hay gente que nos dona cobijas para poder cubrirnos», apuntó.
Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) de Estados Unidos, más de 150.000 venezolanos ingresaron a territorio estadounidense a través de la frontera con México, durante el último año fiscal.
El padre Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante en Ciudad Juárez, criticó la falta de organización de los tres órdenes de Gobierno de México para atender esta crisis.
“Si volteamos a ver la ciudad de El Paso (Texas), vemos un gobierno humano, un gobierno que responde, algo que le faltó a Juárez, en México somos un Gobierno dividido y nada a favor de los migrantes», lamentó.
Fernando García, director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, señaló que estos son los estragos de las políticas del expresidente Donald Trump.
“Se ha puesto en práctica una política de terror, es necesario que los congresos de México y Estados Unidos dejen la política de persecución de migrantes y hagan centros de ayuda para los indocumentados», zanjó.