(EFE).- El Gobierno estadounidense volverá a implementar el próximo lunes el programa «Quédate en México», que obliga a los solicitantes de asilo a quedarse en México mientras se resuelven sus casos en EE.UU., después de llegar a un acuerdo con el Ejecutivo mexicano.
Así lo confirmó este jueves el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS, en inglés), que precisó que, una vez que el programa esté «completamente» activo, los migrantes serán devueltos a México en siete puertos de entrada a lo largo de la frontera común.
El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, derogó este año esa polémica medida que había impulsado su predecesor, Donald Trump (2017-2021), y que fue muy criticada por organizaciones de derechos humanos.
Sin embargo, un juez federal invalidó ese intento de Biden de terminar con el programa y ordenó al DHS que lo reanudara, y desde entonces, el Gobierno estadounidense ha mantenido negociaciones con el mexicano sobre los parámetros en los que volvería a implementarse esa iniciativa.
En su comunicado, el DHS dijo que ha trabajado «de cerca» con el Ejecutivo del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para que haya «refugios seguros» para aquellos migrantes a los que se les apliquen los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, en inglés), designación formal del programa «Quédate en México».
Preguntada el respecto en su rueda de prensa diaria, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, hizo hincapié en que Biden «sigue creyendo» que este programa tiene «defectos endémicos y supone un costo humano injustificable».
«Es por esto que acabamos con los MPP», dijo Psaki, quien remarcó que ahora lo que el Gobierno está haciendo es cumplir con una orden judicial.
Pese a estar obligados a reanudarlo, la portavoz subrayó que el DHS va a introducir una serie de cambios en el programa para abordar «algunas preocupaciones humanitarias», sin ofrecer más detalles.
Los puertos de entrada en los que se aplicará el programa una vez que esté del todo en vigor serán los de San Diego y Calexico (California), además de en Nogales (Arizona), y en cuatro puntos de Texas: El Paso, Eagle Pass, Laredo, y Brownsville, según el DHS.
El Gobierno de Biden ha prometido buscar nuevas vías para acabar con el programa «Quédate en México», que según organizaciones de derechos humanos no cumple las obligaciones estadounidenses en materia de migración y asilo, porque los migrantes enviados al norte de México pueden ser víctimas de redes de trata o secuestrados para exigir un rescate.
En la práctica, Estados Unidos sigue deportando a la mayoría de indocumentados que llegan a su frontera sur sin darles oportunidad de solicitar asilo, en base a otra medida conocida como «Título 42» y que su Gobierno justifica por la pandemia.
Según fuentes oficiales citadas por el diario The Wall Street Journal, las autoridades estadounidenses seguirán dando prioridad al «Título 42» y solo colocarán a los indocumentados en el programa «Quédate en México» en aquellos casos en los que no puedan expulsarlos usando esa medida amparada en la pandemia.