Luis Espinosa Goded (ALN).- La realidad de la elección popular del próximo domingo en Ecuador es simple, y el pueblo ecuatoriano ha sabido interpretar lo que se le pregunta en términos políticos claramente: un rechazo a Rafael Correa. Sin embargo, no creo que el futuro sea mejor si estas siete enmiendas y consultas son aprobadas.
El próximo domingo los ecuatorianos están llamados a una consulta popular para definir algunos cambios constitucionales y legislativos en el país.
La consulta se puede analizar desde tres perspectivas: política, jurídica y sus implicaciones para el futuro del país.
Desde el punto de vista político la consulta es clara: se pregunta siete veces si se rechaza el correísmo. Siete veces. Un número muy bíblico, parece escogido adrede. Dice Jesús en Mateo 18-22 que debemos perdonar hasta 70 veces siete, pues hasta siete veces creía Pedro que era mucho. Políticamente es irrelevante el contenido particular de cualquiera de las preguntas, lo que los ciudadanos ecuatorianos han entendido que se les está preguntando es si apoyan al presidente Lenín Moreno y rechazan al expresidente Rafael Correa.
El pueblo ha entendido lo que Moreno les ha planteado: un plebiscito con siete aclamaciones. Julio César sólo dejó que el pueblo le pidiese la corona tres, Lenín Moreno parece querer que el pueblo le reafirme a sí mismo siete veces frente a Correa (probablemente porque se siente tan cercano a Correa que necesite siete afirmaciones para convencerse él mismo de que está separado de él, más aún después de lo poco claro que fue su triunfo en la segunda vuelta).
Desde el punto de vista político la consulta es clara: se pregunta siete veces si se rechaza el correísmo. Siete veces
Esto es de lo que trata la consulta, y no se puede pedir a los ciudadanos ecuatorianos que hablen de otras cosas, pues las preguntas son complejas, enrevesadas, complicadas, y siete veces difíciles. Lo siento para mis amigos juristas y teóricos de la democracia, pero no es verdad que “el pueblo constituyente” “analiza” los asuntos llegando a consensos. La realidad de la elección popular es mucho más simple, y el sabio pueblo ecuatoriano ha sabido interpretar lo que se le pregunta en términos políticos claramente: un rechazo a Correa.
Las siete preguntas
El problema es que las preguntas que plantea Moreno para reafirmarse como Presidente legítimo de Ecuador son siete preguntas muy controvertidas si se analizan con cuidado, aunque puedan parecer muy populares o fáciles. Yo, si la consulta fuese sólo en términos jurídicos, no políticos, al tenor literal de lo que se me pregunta respondería que No a muchas de ellas, me explico:
1) ¿Está usted de acuerdo con que se enmiende la Constitución de la República del Ecuador, para que se sancione a toda persona condenada por actos de corrupción con su inhabilitación para participar en la vida política del país, con la pérdida de sus bienes, según lo dispuesto en el Anexo 1?
No. No creo en la cadena perpetua. No creo debido a que la prisión tiene una doble función. Una punitiva, castigar a quien ha cometido un acto que la sociedad considera inaceptable (como ser corrupto), pero también la capacidad de rehabilitación en la sociedad, por tanto se pueden establecer periodos largos de inhabilitación, de hasta 15 años por ejemplo, pero también se debe dar la oportunidad de redención de quien ha cometido un delito, por tanto no condenarle a perpetuidad.
2) ¿Para garantizar el principio de alternabilidad, está usted de acuerdo con enmendar la Constitución de la República del Ecuador para que todas las autoridades de elección popular puedan ser reelectas por una sola vez para el mismo cargo, recuperando el mandato de la Constitución de Montecristi y dejando sin efecto la reelección indefinida aprobada mediante enmienda por la Asamblea Nacional el 3 de diciembre de 2015, según lo establecido en el Anexo 2?
No. Creo que no debe haber reelección para cargos del Poder Ejecutivo, o para cargos como prefectos provinciales, es decir, para cargos que manejen presupuestos. Considero que ocho años es tiempo más que suficiente para que una persona lleve a cabo un proyecto político, y creo que hay mucho peligro de que se perpetúe en el poder usando los recursos públicos.
Pero sí considero que debe haber reelección para cargos como asambleístas, alcaldes de pueblos pequeños (siendo consciente del peligro de caciquismo en estos casos, lo puedo poner en duda), etc…
El caso más clamoroso es el de los asambleístas. Un asambleísta reelegido que tenga 8 años de experiencia es un gran activo para el país, que puede contribuir magníficamente al mejor funcionamiento de la Asamblea, de la Democracia y de la República.
Por tanto aquí se nos plantea una pregunta con una doble vertiente. Yo creo que hay que evitar la reelección de Presidentes o prefectos en un país presidencialista y con tendencia de los políticos a usar los recursos públicos para sus campañas; pero no creo que deba ser así para los asambleístas.
El problema es que las preguntas que plantea Moreno para reafirmarse como Presidente legítimo de Ecuador son muy controvertidas
3) ¿Está usted de acuerdo con enmendar la Constitución de la República del Ecuador para reestructurar al Consejo de Participación Ciudadana v Control Social, así como dar por terminado el período constitucional de sus actuales miembros, y que el Consejo que asuma transitoriamente sus funciones tenga la potestad de evaluar el desempeño de las autoridades cuya designación le corresponde pudiendo, de ser el caso, anticipar la terminación de sus periodos de acuerdo al Anexo 3?
No. Esta pregunta tiene una carga política importantísima, pero también errores de base graves. El problema es el Consejo de Participación Ciudadana, que se creó con la retórica de que el pueblo iba a controlar los poderes políticos, era una perversión de la democracia y del poder efectivo que acabó siendo el camino para que el poder no fuese controlado por nadie.
Hay un grave problema de legitimidad. ¿A quién representan los electos en el Consejo de Participación Ciudadana? ¿Cuánta “participación ciudadana” hay en su elección? La única manera que la ciudadanía tiene de realmente elegir en una democracia es con elecciones. La idea de que algunos especialmente activos en ciertos “movimientos sociales” son realmente “representantes” del conjunto de la sociedad más allá de los intereses particulares que les movilizan o aglutinan es perversa y ataca la idea democrática misma.
Ahora no nos preguntan si queremos deshacernos del Consejo de Participación Ciudadana en sí (como debería ser), ni si queremos modificar el proceso de elección al Consejo de Participación Ciudadana para que tenga alguna legitimidad real, ahora se nos pregunta si queremos remover a sus actuales miembros (algo que es obvio que queremos pues han demostrado ya no sólo ser poco representativos, sino unos impresentables, de hecho), pero para sustituirlos por otros que nombre el presidente Moreno (que tendrán aún menos legitimidad), para que estén interinamente hasta que dentro de unos años se vuelva a nombrar otros miembros por el proceso de concurso que ya se ha demostrado nefasto (y que aquí defiendo que es democráticamente ilegítimo).
Considero que ocho años es tiempo más que suficiente para que una persona lleve a cabo un proyecto político
Esta pregunta no plantea un mejor Ecuador, sino la sustitución del poder de uno por el poder de otro, de una camarilla por otra. Tampoco podemos confiar en que el presidente Moreno presente o escoja ternas presentables para estos puestos, pues cuando tuvo que elegir ministros aún conserva a 26 ministros correístas, y cuando tuvo que escoger una terna para vicepresidentes escogió tres personas de capacidad y trayectoria más que cuestionable.
4) ¿Está usted de acuerdo con enmendar la Constitución de la República del Ecuador para que nunca prescriban los delitos sexuales en contra de niñas, niños y adolescentes, según el Anexo 4?
No, no estoy de acuerdo. Uno de los elementos que permiten la seguridad jurídica es la prescripción de los delitos. Aunque hayas cometido un crimen si han pasado 30 años y no has sido condenado, ya no tiene sentido condenarte por ello después de tanto tiempo.
Entiendo que en el caso de los delitos contra niños el plazo ha de ser muy amplio, para darle a ese niño el tiempo de crecer, y si lo desea, denunciar. Pongamos 30 años. Ok. Pero eso no es a perpetuidad. Pero si abrimos la no-prescripción para algunos delitos (o la ampliamos) podemos ir recorriendo un camino que a largo plazo puede tener peores consecuencias que las buenas intenciones justicieras plantean.
5) ¿Está usted de acuerdo con enmendar la Constitución de la República del Ecuador para que se prohíba sin excepción la minería metálica en todas sus etapas, en áreas protegidas, zonas intangibles y centros urbanos, de conformidad con lo establecido en el Anexo 5?
No, no estoy de acuerdo. Los recursos minerales son un gran recurso que puede ser susceptible de ser utilizado para el desarrollo del Ecuador. Que haya más minería puede dar mucho trabajo a miles y miles de ecuatorianos, puede traer prosperidad y riqueza. La izquierda a la que pertenece Moreno desde hace tiempo denosta la minería metálica (ojo, eso no quiere decir que denosta los metales que se extraen de la minería, que los siguen utilizando como usted y como yo con gran aprovechamiento), pero hace una retórica contra la minería que se ve reforzada en esta pregunta.
Es obvio que no va a haber minería en zonas urbanas (en el centro de Quito por ejemplo), pero cuando se amplía a “zonas protegidas” sin especificar, o “zonas intangibles” se está poniendo aún más restricciones a una actividad económica que puede ser muy útil para el Ecuador.
6) ¿Está usted de acuerdo con que se derogue la Lev Orgánica para Evitar la Especulación sobre el Valor de las Tierras y Fijación de Tributos, conocida como “Ley de Plusvalía”, según el Anexo I?
Sí, a esta rotundamente sí. Ya he expresado reiteradamente lo desafortunada que es la ley de plusvalía. Ahora, que se podría haber derogado simplemente por mayoría en la Asamblea, como se aprobó.
Está bien deshacerse de los males, y una década de socialismo del siglo XXI ya ha sido más que suficiente
7) ¿Está usted de acuerdo en incrementar la zona intangible en al menos 50.000 hectáreas y reducir el área de explotación petrolera autorizada por la Asamblea Nacional en el Parque Nacional Yasuní de 1.030 hectáreas a 300 hectáreas?
No. Creo que si el Ecuador tiene la tremenda fortuna de tener un gran patrimonio como es el petróleo es arbitrario, erróneo y empobrecedor no aprovecharlo.
Entiendo perfectamente que el Yasuní puede tener un valor ecológico importante, pero no entiendo que todas las 50.000 hectáreas sean tan importantes, ni por qué no se establecen criterios en función de cada zona. La cuestión es que Ecuador desde el inicio del boom petrolero de los 70 no ha sido capaz de dar una seguridad jurídica que permita la exploración de nuevos yacimientos, y la inversión en mejores técnicas de extracción.
La izquierda ha hecho de la lucha contra la explotación del petróleo otra de sus banderas (pero tampoco se engañen, aunque les ve montando en bicicleta en las manifestaciones consumen plásticos como los de las llantas de sus bicicletas, productos trasladados por camiones y barcos igual que usted o yo, viajan en avión, y cuando se desplazan para trayectos largos van en carro o bus), pero la realidad es que la explotación petrolera ha traído, y puede seguir trayendo, una gran prosperidad al país, dando empleos a miles de trabajadores, y rentas a muchos más.
El futuro
Así que como verán estoy en una dicotomía. Por un lado, políticamente, quiero votar Sí, para rechazar el correísmo, como quieren el 70% de los ecuatorianos. Por otro, jurídicamente, quiero votar No a muchas de las preguntas, pues no creo que el futuro sea mejor si salen estas siete enmiendas y consultas aprobadas.
Y ese es el problema: el futuro. En el mejor de los casos tras esta consulta Ecuador ha dejado atrás un mal, se deshará del correísmo, pero no necesariamente traerá un bien.
Esta consulta es la firma del certificado de defunción política de Correa con miles de papeletas. Pero Correa hoy es un zombie político, un cadáver. El pueblo ha entendido lo que Moreno le ha planteado: un plebiscito con siete aclamaciones ver que se arrastra en caravanas patéticas por el Ecuador, siendo la parodia de sí mismo, sin ningún futuro político. El domingo lo vamos a enterrar. Y en su entierro habrá muchas viudas de Correa, aquellos que con Correa vivían mejor, por intereses o proyección; y muchas plañideras de Correa, aquellos que contra Correa vivían mejor, pues tener un antagonista les permitía no tener que definirse nada más que por oposición, no tener que presentar un proyecto o plan de futuro hasta ahora más que ser anticorreísta. El domingo Moreno -y cierta oposición- tendrá que definirse como algo más que “el Presidente que no es Correa aunque era correísta”.
No hay ni una de esas 490 afirmaciones en las papeletas que sirva para construir un Ecuador mejor
Aunque Moreno pide el Sí, en realidad las siete preguntas son un No (No a la minería, No a la explotación del Yasuní, No a la prescripción de delitos, No a la reelección…). Pero no se puede gobernar en negativo, no se puede gobernar sin un proyecto de país, de futuro, económico, más allá de la negación de lo anterior. El presidente Moreno tiene que presentar algo en positivo al Ecuador (aparte de unas pocas sonrisas y mucha más deuda, que hasta ahora es prácticamente lo único que ha hecho).
Está bien deshacerse de los males, y una década de socialismo del siglo XXI ya ha sido más que suficiente -no más socialismos trasnochados en América Latina por favor-, y nos hemos ganado el derecho a deshacernos de él. Pero deshacernos de un tirano no nos garantiza una democracia. Eliminar un cáncer no quiere decir que estemos sanos, de cierta manera es condición necesaria, pero no lo suficiente. Lo que no veo por ningún lado es un proyecto político, un proyecto económico, un proyecto de país más allá de ‘descorreízar’ el Ecuador… teniendo en cuenta que se sigue manteniendo la misma nefasta Constitución que ha hecho posible todo este desastre.
Al final la consulta ha gastado muchos recursos (no me refiero a los 60 millones de dólares, sino al tiempo perdido en el debate, y el desgaste en la política, que ha impedido avanzar en presentar nuevos proyectos) para que Moreno consiga siete Sí, que uno a uno, ninguno representa o garantiza un mejor Ecuador, y tan sólo sirven para que se lleve siete reafirmaciones a su ego que le confirman como Presidente más allá de no ser Correa.
70 veces siete halagos al ego del Presidente de Ecuador y rechazo del anterior, pero no hay ni una de esas 490 afirmaciones en papeletas que sirva para construir un Ecuador mejor.