Zenaida Amador (ALN).- Este viernes los ojos del mundo estuvieron puestos sobre Venezuela. Todos seguían con atención el concierto “Venezuela Aid Live”, así como el movimiento de los diputados y voluntarios a los puntos fronterizos para buscar la ayuda humanitaria, mientras el chavismo intentaba mostrarse fuerte en su desvencijado concierto paralelo “Por la paz y la vida”. Todo esto hizo más notoria la ausencia de Nicolás Maduro en toda la jornada.
En las últimas semanas Nicolás Maduro se ha dedicado a aparecer al menos una vez al día en algún acto de Gobierno o visitando instalaciones militares, actividades que son transmitidas por todo el sistema nacional de medios del Estado y, la mayoría de las veces, también en cadena de radio y televisión. Sin embargo, este viernes Maduro optó por estar ausente, invisible, en silencio.
Delcy Rodríguez, la vicepresidenta, fue la encargada de dejarse ver con otros funcionarios tratando de dar la sensación de que hay normalidad operativa en la administración pública. Hizo un reparto de huevos, carne de res y de pollo, y “no esa falsa ayuda humanitaria” aportada por la comunidad internacional, y -en un total contrasentido- afirmó: “nuestro pueblo no necesita migajas”.
Como parte de esta movilización, en el lado colombiano de la zona fronteriza el presidente Iván Duque compartió con sus homólogos de Chile, Sebastián Piñera; de Paraguay, Mario Abdo Benítez; y con Luis Almagro, secretario general de la OEA. Hasta allí llegó Juan Guaidó
Todo esto mientras la atención internacional estaba centraba en la frontera con Colombia, donde tenían lugar en simultáneo el concierto “Venezuela Aid Live” organizado por Richard Branson a fin de de recaudar ayuda humanitaria para los venezolanos y el concierto “Por la paz y la vida” que el régimen de Maduro armó a la carrera para hacerle contrapeso.
En la medida en que transcurrían ambos conciertos comenzó el boicot del chavismo para impedir que los venezolanos pudieran ver el despliegue de “Venezuela Aid Live”. Comenzaron las fallas selectivas en la conexión a internet, fue bloqueado el acceso a los sitios web que transmitían el concierto y luego se extendió el cerco a las cableras para suspender la señal de los canales, como Antena 3 y NatGeo, que llevaban en vivo las incidencias del evento. Aun así, los venezolanos se las ingeniaron para ver, al menos por pedazos, el desfile de artistas que pedían un cambio para el país y que le pidieron públicamente a Maduro que permita la entrada de la ayuda humanitaria.
Mientras tanto el sistema de medios públicos bombardeaba con imágenes muy cerradas de su concierto, donde era obvia la ausencia de público. Allí apareció Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), dando saltos en tarima y haciendo amagos de baile.
En otro punto fronterizo con Colombia, en el estado Zulia, apareció Pedro Carreño, uno de los miembros de la ANC. Lo hizo con un fusil terciado en el pecho y con el discurso de «Venezuela quiere paz y no la guerra”.
Pero quizá la aparición más destacada de un funcionario del chavismo durante la jornada de este viernes fue la de Jorge Arreaza, canciller de Maduro, quien estuvo en la sede de la ONU en Nueva York. Dijo que se reunió con sus aliados internacionales para definir “siete acciones concretas” que se irán adoptando en las “próximas semanas” para lograr la paz en Venezuela.
En ese escenario aseguró que “en Venezuela todo está en paz y calma, incluso en este momento la economía está dando señales de recuperación, al menos preliminares, el abastecimiento ha mejorado”.
Muestra de fuerza
Por su parte los diputados de la Asamblea Nacional concluyeron su caravana desde Caracas hasta el estado Táchira gracias al respaldo de la población a lo largo de la ruta, pese a los ataques y el amedrentamiento de parte del chavismo. Su misión es activarse en el ingreso de la ayuda humanitaria previsto para este 23 de febrero.
“La pregunta es cómo llegamos aquí hoy cuando prohibieron el espacio aéreo, prohibieron todo tipo de zarpe marítimo, obstaculizaron las vías (…) Estamos aquí precisamente porque las fuerzas armadas también participaron en este proceso”, señaló Guaidó desde Colombia
Como parte de esta movilización, en el lado colombiano de la zona fronteriza el presidente Iván Duque compartió con sus homólogos de Chile, Sebastián Piñera; de Paraguay, Mario Abdo Benítez; y con Luis Almagro, secretario general de la OEA. Hasta allí llegó Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela y sobre quien pesa una orden de prohibición de salida del país dictada por el Tribunal Supremo de Justicia de Maduro.
“La pregunta es cómo llegamos aquí hoy cuando prohibieron el espacio aéreo, prohibieron todo tipo de zarpe marítimo, obstaculizaron las vías (…) Estamos aquí precisamente porque las fuerzas armadas también participaron en este proceso”, señaló Guaidó desde Colombia.
Llegó hasta donde se encuentra la ayuda humanitaria y ordenó «la apertura de todas las fronteras” para este sábado a fin de que los materiales puedan ingresar. «Los obstáculos que pone una dictadura el día de mañana serán ríos de unidad, de paz, de gente buscando salvar vidas».
A la frontera también llegó el comisionado especial de la Casa Blanca, Elliott Abrams, quien le pidió a la Fuerza Armada venezolana que escuche “los gritos de sus hermanos y hermanas, de sus padres y madres, de los niños que claman por comida, medicina para sobrevivir. Reteniendo la entrega de ayuda venezolana, el único que se perjudica es el pueblo venezolano”.
Abrams fue lapidario al asegurar: “Venezuela será libre quizás mañana, quizás pasado mañana”.
El silencio
Aún con todo esto, Maduro se mantuvo ausente. Se supo poco de él a través de su cuenta oficial en Twitter. Desde allí lanzó un par de mensajes dirigidos a la población indígena. Lo hizo pocas horas después de que efectivos militares se enfrentaron a indios de la etnia pemón que defendían el ingreso de la ayuda humanitaria internacional en la zona sur del país. El incidente dejó más de una docena de heridos y al menos un civil asesinado, según confirmaron diversas fuentes.
Maduro, sin mencionar estos hechos, se limitó a poner unas fotos de Diosdado Cabello en Puerto Ayacucho, estado Amazonas, el 21 de febrero con la leyenda “Hermosa marcha la del estado Amazonas, un pueblo que está en la calle, movilizado en defensa del derecho a la paz. Me siento orgulloso de poder contar con ustedes, hombres y mujeres que aman a la Patria. ¡Gracias!”.
También había versiones acerca de que Maduro se encontraba refugiado en Fuerte Tiuna, la principal instalación militar de Caracas. Otras, más aventureras, daban por hecho que estaba ultimando los detalles de su salida del poder
Luego se refirió al acto en la zona fronteriza de Zulia: “Nuestros pueblos indígenas se concentraron en la frontera con Colombia en el estado Zulia por la dignidad de Venezuela y en respaldo a la Revolución Bolivariana”.
Más tarde repitió imágenes de su paso por los cuarteles con el lema “máxima moral, máxima cohesión y máxima acción”, para rematar con una promesa de “estamos haciendo todos los esfuerzos para que el Sistema Público Nacional de Salud no se detenga y se eleve al más alto nivel en el mundo”.
Y nada más. Ni siquiera por tratarse de la víspera de la fecha fijada por Guaidó para el ingreso de la ayuda humanitaria al país.
Ante la ausencia, por las redes sociales comenzaron a correr rumores acerca de que Maduro estaba bajo la protección de los cubanos, a quienes no les conviene que su régimen caiga antes de este domingo cuando la isla celebra el referendo sobre la nueva Constitución. También había versiones acerca de que se encontraba refugiado en Fuerte Tiuna, la principal instalación militar de Caracas. Otras, más aventureras, daban por hecho que estaba ultimando los detalles de su salida del poder.