Daniel Gómez (ALN).- Tamara Adrián, diputada de la Asamblea Nacional de Venezuela y primera parlamentaria transexual de Latinoamérica, habla del éxodo. Y de cómo las mujeres trans que huyen del país “son víctimas de tráfico de persona y esclavitud sexual”.
“Encontramos indicios claros de que se usa a mujeres trans de la diáspora para la explotación sexual y tráfico de personas”, denunció este lunes en la Casa de América de Madrid, Tamara Adrián, diputada de la Asamblea Nacional de Venezuela y primera parlamentaria transexual de Latinoamérica.
Adrián habló de un caso reciente. El de una muchacha secuestrada y encerrada por 15 días en un prostíbulo en Cali, Colombia. “Por suerte se pudo escapar”, comentó. “También tenemos informaciones de tráfico de personas y esclavitud sexual en España, Italia, México, Panamá y Ecuador”.
Es otra de las consecuencias del éxodo. Un éxodo que, apunta, también afecta al colectivo de transexuales. “Por la crisis humanitaria que tenemos en Venezuela vemos una usencia absoluta de retrovirales, de métodos anticonceptivos. Esto afecta a toda la población, y también a las personas trans”.
No sólo es la crisis económica que golpea a Venezuela. También es el chavismo. Un movimiento que ha ido en contra desde los transexuales desde que llegó al poder en 1998.
“Cuando llega Hugo Chávez al poder, los jueces se designan a dedo, que como operadores políticos que son, empieza a inadmitir el reconocimiento de género”, explicó Adrián. “Desde entonces no ha habido ningún reconocimiento de una persona trans, esté o no operada”.
Adrián apunta que “el caso de Venezuela es especialmente lastimoso”. Es uno de los pocos países de Latinoamérica que no reconoce a las personas que deciden cambiar de identidad. Y esto no siempre fue así.
Recuerda que, en 1977, la Justicia en Venezuela comenzó a reconocer la nueva identidad de aquellos transexuales que se habían sometido a un cambio de sexo. Eso, que supuso un gran avance para la época, fue opacado por el chavismo.
“Estos son mecanismos de exclusión y marginalización. Que haya una incongruencia entre identidad legal con apariencia es una excusa trillada para que las personas trans no puedan acceder a la educación e incluso a la salud. También he hecho estudios que dicen que 90% de las mujeres trans o trabajan en la peluquería, o en el mundo sexual. Para los hombres trans las cosas están un poco mejor, pero el 40% están en paro”, apuntó.